~42: Para mi, eres el alfa perfecto

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Un fin de semana por la mañana Gerard Arthur Way dormía espléndidamente en la cama matrimonial mientras abrazaba una gran almohada pensando que era su esposo junto a él, su saliva manchaba su almohada mientras roncaba sonriendo por su maravillosa ...

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Un fin de semana por la mañana Gerard Arthur Way dormía espléndidamente en la cama matrimonial mientras abrazaba una gran almohada pensando que era su esposo junto a él, su saliva manchaba su almohada mientras roncaba sonriendo por su maravillosa ensoñación y el solo saber que no tendría que ir a trabajar por lo menos una semana entera gracias al pequeño respiro que su jefe les dejó tomarse a todos sus empleados en la fábrica de lácteos.
 
Pero su hermoso sueño se vió interrumpido cuando sintió el cálido y delicado tacto de su pareja acariciando sus mejillas, abrió despacio aún adormecido sus ojos dejando a su marido apreciar el Esmeralda de Gerard.
 
—Buenos días dormilón— dijo en un susurro Frank mirándolo con ternura antes de dejar un simple beso en su frente y Gerard rió.
 
—Buenos días bombón— contestó sonriendo somnoliento y bostezó.
 
Intentó devolver a su marido el beso luego de bostezar más no lo veía por ningún lado, miró el baño de la habitación dándose cuenta que la puerta de este estaba abierta y rápidamente dedujo que se encontraba por ahí, miró su celular borrando notificaciones y en eso vió que recién eran las nueve de la mañana.
 
—Bombón, ¿por qué me despiertas temprano un sábado?— preguntó en voz alta esperando que su contrario haya escuchado y rápidamente recibió una respuesta.
 
—¡recuerda que nos invitaron para el Baby Shower de hoy!— gritó desde el baño Frank mientras se miraba al espejo afeitándose el bigote que se le había ocurrido dejarse durante un par de meses.
 
"Vaya cosa incómoda, parece que estuve en Woodstock" pensó el castaño mientras pasaba cuidadosamente la afeitadora negra por debajo de su nariz y mentón.
 
Terminó de afeitarse, lavó su rostro, se secó con una pequeña toalla colgada a un lado del espejo y por un momento se quedó mirando su reflejo ahora sin vello facial. Piel lechosa, fulgurantes ojos avellana con lindas pestañas largas, mejillas rosadas con pocas marcas, su pequeña nariz limpia de puntos negros y con un piercing plateado casi invisible a un costado de sus finos labios. Movió despacio a un lado y otro su cabeza para ver su cabello castaño azabache más descontrolado y le encantaba más siendo que se lo había dejado crecer hasta los hombros, descubriendo que se le hacían algunos rizos al levantarse.
 
Abrió poco su bata negra dejando al descubierto su pecho lleno de tatuajes y algunos vellos corporales, vellos que estaban ahí solo porque Gerard le había dicho que eran naturales y no tenía porqué quitarlos si no es lo que realmente quería. Amaba la forma de ver las cosas que tenía su marido y que lo acepte tal y cómo es ya que no era fácil ser un Omega tan "masculino" o poco delicado, desde niño se burlaban de él por no verse como un Omega.
 
"No todos los Omegas llegan a verse tan bien a sus treinta años como yo" pensó Frank peinando su cabellera rebelde aún mirándose curioso al espejo, quería verse casi perfecto ese día que tanto habían preparado junto a algunos amigos, estaba emocionado y nervioso solo de pensar que un amigo suyo más pasaría a la etapa de ser padre.
 
Tantas dudas, tantos nervios.
 
"¿Qué si ahora se volverá un viejo amargado y no quiere volver a salir con nosotros por cuidar a su bebé?, ¿si nos ven como inmaduros que se separarán en pocos meses por no entrar al mundo de la paternidad junto a ellos?"
 
—¡NO QUIERO IR!— los pensamientos de Frank se vieron interrumpidos por un gimoteo de su alfa desde la cama volviéndose a cubrir con las sábanas, haciéndolo reír y rodar sus ojos  rogando por paciencia.
 
—¡A veces siento que debo ser tu madre! realmente lo lamento por esa mujer que te tenía que despertar para ir a la escuela— dijo risueño hacia la habitación para luego comenzar a colocar algo de rímel en sus pestañas.
 
Se puso un poco de bálsamo labial rosado y una vez terminó de maquillarse fue hacia la habitación viendo los mechones rubios asomarse entre las sábanas.
 
—¡por favor! Quiero dormir.
 
Gerard dejó a su esposo ver su carita de perrito regañado suplicando por más horas de sueño, la noche anterior se había dormido tarde por las horas extra de trabajo pero por más lástima que le tenga a su pobre alfa ambos ya habían quedado en ir juntos además de que sería una vergüenza para el Omega ir solo mientras los demás iban con su pareja a festejar en la lujosa casa de sus amigos.
 
—hay que quedarnos juntitos durmiendo y luego ver una película bombón, debemos aprovechar mis días libres.
 
Comentó ahora dando palmadas a un lado suyo en la cama, sonriendo bobamente como si solo con eso pudiera convencer al castaño, quien suspiró con hartazgo y finalmente como último recurso decidió sacar de un tirón las sábanas que lo cubrían dejando a Gerard descubierto solo en ropa interior intentando taparse con una almohada.
 
—Ahora sí, levántate y date un baño.
 
El alfa hizo lo que su marido dijo aún con sueño algo molesto pero no tenía de otra.
 
una vez salió de la ducha se cambió ahí mismo poniéndose ropa que Frank le había dejado en el baño, era una camisa negra y pantalones negros, y en el suelo yacían las botas negras con cordones amarillo mostaza que tanto amaba.
Tardó varios minutos en cambiarse y peinarse, además de arreglar un poco más su aspecto y rostro somnoliento.
 
Cuando por fin salió lo primero que vió fue a Frank parado en medio de la habitación con un vestido negro con margaritas algo pegado a su cuerpo que terminaba en sus gruesos muslos, un gran escote de forma V y mangas hasta los codos. Aquel vestido combinaba tan perfectamente con sus tatuajes y dejaba apreciar la bella figura de Frank, que apenas escuchó pasos detrás de él vió a Gerard devorandolo con la mirada, y sonrió avergonzado antes de morder su labio y mirarlo rojo de la pena pues no era muy usual verlo en ese tipo de prendas.
 
—¡Gerard! Gracias cielo ya saliste, por favor ayudame— luego de decir eso se dió la vuelta dejando ver su espalda y el cierre abierto del vestido negro.
 
—oh, claro Frankie…
 
Se acercó lentamente hacia él y llevó sus manos a la espalda del otro, miró sus tatuajes, su suave piel de leche y miel, hasta la marca que él mismo había dejado en la nuca de Frank el día que hicieron el amor por primera vez y lo marcó como su omega, subió el cierre lentamente apreciando por última vez la espalda de Frank y cuando terminó le dejó un pequeño beso en su marca.
 
Ante esto rió enternecido por la acción de su alfa y la respiración cálida en su nuca.
 
—tonto— rió y volteo a mirarlo.
 
—¿no me lo devolverás?— preguntó Gerard.
 
El omega sin dudarlo un segundo se abalanzó sobre su alfa besándolo de una forma ruda, fue tan repentino el beso que Gerard se sonrojó y sonrió hasta soltar una risa nerviosa cuando Frank alejó sus labios.
 
—¿seguro que te tomaste tus medicamentos?
 
Frank saltó hacia él enrollando sus piernas en las caderas del rubio, quedando cara a cara, sintiendo la cálida respiración del otro.
 
—¿qué tal si no las tomé? Grrr— susurró contra los labios contrarios antes de dejar un beso.
 
—ya enserio mi amor, ¿las tomaste?— Gerard intentó sonar serio pero le era imposible no sonreír teniendo a Frank sobre él gruñendo de forma chistosa.
 
—¡Ay Arthur! No me voy a ir a una fiesta sin tomar los medicamentos para el celo. 
 
—bien hecho— dijo bajándolo rápido, podía sentir aún débilmente el celo de su Omega a pesar de las medicinas y respetaría si Frank no querría tener relaciones durante "sus días".
 
—¿Me ayudas a llevar los regalos al auto y ya vamos para ahí?
 
—si bombón— contestó el alfa abrazando al Omega por detrás y dejando un beso en su hombro.
 
 

 
 
Los Way tardaron poco en llegar a la lujosa residencia Walker donde les esperaba una gran aglomeración de gente para celebrar el embarazo ya que era recién el segundo bebé de la pareja, era un día muy importante para todos, dónde tratarían al omega como si ese fuera su cumpleaños o un día especial, cosa que generaba dudas en Frank.
 
—¿por qué celebran tanto solo por un embarazo?— preguntó repentinamente Frank cuando Gerard estacionó el auto, mientras miraban desde fuera la alegre reunión.
 
Ante tal pregunta el rubio levantó una ceja con confusión sin saber exactamente qué responder porque no sabía qué era lo que Frank quería escuchar.
 
—… supongo que porque habrá un nuevo integrante en su familia, además de que un bebé no es poca cosa— explicó con una voz suave y tranquila que transmitía seguridad al pequeño omega confundido.
 
—¿pero por qué?, Jon eyaculó dentro de Spencer pero ¿eso es motivo suficiente para una fiesta? Además, ¿no se supone que duele el parto?, ¡tendrá un aroma fétido, pañales sucios, llantos a la madrugada y un parásito chupandole las tetas hasta saciar su necesidad de arrugar su cuerpo mientras pierde la juventud!
 
—¡Frank!— exclamó en voz alta con su voz de alfa mientras tomaba las manos del castaño.
Sus manos tatuadas temblaban y jugaba nervioso con su piercing del labio, no solo nervioso ahora se sentía dominado ante la grave voz de Gerard que suspiró preocupado por su esposo.
 
—¿qué sucede? Sabes que puedes decirme lo que quieras o si algo te incómoda, quiero que estés bien y se que algo te pasa, desde que nos invitaron te comportas raro y me asusta lo que pienses de tí mismo o nosotros como pareja, no te sirve de nada guardarte esto.
 
La respiración del tatuado se volvió algo agitada y ahora comenzó a acariciar las manos de Gerard y lo miró a los ojos con temor, las dudas le estaban asfixiando.
 
—nos estamos tardando en entrar y nos están esperando adentro…  creo que sería mejor hablarlo en la tarde con más privacidad y tiempo.
 
El alfa gruñó frustrado por tal respuesta pero rápidamente se tranquilizó aceptando que Frank no quería hablar sobre eso, pero aún tenía esperanza de que no evitaría el tema constantemente y podrían comunicarse de buena forma luego.
 
Abrió la puerta y antes de salir el de ojos avellana lo tomó de las mejillas plantando un beso rápido en sus labios.
 
—Gracias.
 
Sentía pena por evitar el tema cuando sabía que su pareja solo se preocupaba por él, pero dejó de sentir culpa cuando vió la reluciente y tierna sonrisa del rubio.
 
—¿gracias por qué?
 
—por tenerme paciencia— dijo con una sonrisa mirando sus propias manos apretando los bordes del vestido.
 
—¡Te amo bombón!
 
El corazón de Frank palpitó con fuerza y se llenó de regocijo al ver la alegría en él y el dulzor de sus palabras que siempre lo tranquilizaban cuando más creía estar haciendo mal las cosas.
 
—te amo Gee… — suspiró enamorado antes de salir del auto.
 
La reunión en la casa de los Walker era tranquila para suerte de Gerard que traía un dolor de cabeza por no haber descansado bien, se encontraba sentado en un sofá de la casa mientras miraba como Frank socializaba con sus amigos omegas los cuales creía parecían estúpidos lanzándose con tanta fascinación a ver y acariciar el vientre de Spencer mientras este solo sonreía como si no estuvieran manoseando sin pudor alguno su cuerpo.
 
—¡Ay chicos! ¡No tenían que molestarse!
 
El omega Spencer James Walker lloraba de emoción al abrir cualquier regalo que le daban, incluso con la simple ropa de bebé que le había regalado la pareja Way, y Gerard quería reír pero sería de mala educación, comprendía poco lo sensible que podía estar un omega durante su etapa de embarazo.
 
—¿Y cómo se lo tomó Jon?— preguntó Jamia, una amiga de las pocas que aún no había tenido hijos.
 
Frank de repente puso atención a la conversación.
 
—él… él primero no me creyó, pensó que era una broma y cuando le mostré la prueba de embarazo se puso a llorar y me abrazó, y me besó— contaba entusiasmado el omega mientras sonreía apenado pero feliz ante la situación.
 
—qué raro, en general los alfas siempre se frustran y le echan la culpa a los omegas cuando se embarazan, y si no es eso entonces se van por cigarros.
 
Todos voltearon a ver a uno de los amigos de Spencer, un tal Ryan Ross que casi nadie conocía.
La mayoría de omegas y betas del lugar rieron a diferencia de Frank que tragó saliva nervioso al escuchar aquello y volvió a apretar el borde de su vestido con nervios.
 
—bienvenido al mundo de cambiar pañales, de ver quinientas veces el mismo vídeo musical infantil, de "no toques eso", " no muerdas aquello", "deja dormir a papá" y "otro día te lo compro"
 
—¡Se te olvidó el "no dibujes la pared"!
 
—¿El tuyo también hace eso? Es horrible cuando hacen eso, y más cuando lo hacen hasta con mugre o comida.
 
—si, por lo menos no hacen cómo el mío que manchó mí vestido favorito con sus crayones y luego se vómito en mí bolso mientras buscaba galletas.
 
—ni que lo digas, es cómo si el romance se hubiera muerto, desde que los tengo mí marido ni me voltea a ver aunque me ponga hasta un disfraz de dinosaurio, se la pasa trabajando y realmente yo también lo haría si tuviera alguien que cuidara a los niños.
 
Frank sintió sus manos sudar, realmente se había espantado ante los comentarios de quienes ya tenían hijos y ahora las dudas invadían su mente al pensar que todo aquello le suceda a él, si Gerard dejaba de ser así de amoroso, si tenía que limpiar suciedad de bebé y que el romanticismo de su vida de casado se vaya con el tiempo, temía, dudaba.
 
Se sentía frustrado.
 
—¡hey! Puede que tal vez tener un bebé no haya sido como pensaron, ¿pero acaso se arrepienten de haberlos tenido?— dijo Spencer desafiante ante todos los omegas.
 
Un silencio profundo invadió la sala por un minuto hasta que todos dijeron "no" y otros se quedaron callados.
 
—un bebé no les arruina la vida cuando es algo que hicieron con amor y decidieron tenerlo, quizá haya suciedad y malos ratos, pero piensen que son solo eso, ratos, luego de eso solo les queda una pequeña sonrisa que al final del día les recuerda que estuvieron haciendo lo correcto todo el tiempo y el fruto de eso está creciendo, ¡yo prefiero limpiar suciedad toda mí vida que ver a mí angel crecer y dejar su hogar! y seamos sinceros y digamos que nos duele verlos alejarse, la primera vez que se van a la escuela solitos, los primeros pasos, ¡todo! Es perfectamente imperfecto, mí matrimonio se fue haciendo cada vez más feliz y mí esposo más dulce con el pasar de los años mientras criamos a nuestros hijos.
 
 
Los demás lo miraron como si nada y algunos asistieron o simplemente ignoraron lo que acababa de decir Spencer, casi todos menos Frank que se sentía a morir con las palabras de su amigo las cuales sólo generaron más dudas.
 
"No se verían mal unos dibujos en mis paredes blancas" pensó con una pequeña sonrisa, realmente estaba ilusionado por tener un bebé a pesar de no estar seguro de si tenía la madurez y responsabilidad apropiada, pero ¿y Gerard?
 
El omega buscó con la mirada entre toda la gente a su esposo, pero no lo encontró por ningún lado dentro de la casa y tuvo que levantarse para ir a verlo, para su suerte no tuvo que ir más allá del jardín principal que era donde se encontraba Gerard, jugando con la pequeña hija de los Walker en el columpio mientras la niña reía.
 
Sintió que podría morir de ternura al ver a Gerard sonriendo tan lindo, jugando y hablando animadamente con la niña mientras los demás padres en el patio sólo miraban sus celulares sin prestar atención a sus hijos que hacían desastre en casa ajena.
 
"¿Él jugaría así con nuestro bebé?" la ilusión aumentaba en el omega parado en el umbral de la puerta que guiaba al patio de juegos.
 
—¡Bombón!— Gerard notó la presencia de Frank en el patio y lo saludó columpiando con una sola mano a la niña.
 
—¿qué haces aquí?
 
Caminó hacia los columpios moviendo sus caderas en ese sensual vestido negro mientras sus cabellos se movían en el viento, aquella imagen hermosa a los ojos esmeralda del rubio.
 
—Los alfas de adentro no son como yo, no tengo a nadie con quien hablar ahí, preferí venir a jugar con los niños…  son más divertidos que esos viejos amargados.
 
—¿Mi papá es un viejo amargado?— preguntó inocente la niña mirando a Gerard y rió.
 
—Claro que sí princesa, dile que yo dije eso.
 
Frank rodó los ojos y apreció como Gerard acariciaba con cuidado los cabellos de la niña y la acomodaba bien en el columpio para que no se vaya a caer, era tan tierno como le cuidaba.
 
 
 
...

FRERARDTOBER 2021Where stories live. Discover now