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Ya llevaba dos días yendo a clases particulares por mis malas calificaciones, el colegio me asigno con el profesor más exigente y amargado del mundo, algo que me parece patético pero en fin. Ningún alumno reprueba cuando asiste con el, por eso la escuela me indico asistir con el todos los días al terminar las clases. Me contó que su"meta" es que no haya ningún tres o cinco en mis notas finales solo diez quiere ver ahí.
En todos los años que he tenido tutores siempre tengo las mismas notas, no espero que eso cambie, solo me esfuerzo cuando debo por eso pase con diez el examen de admisión del colegio. Los profesores se sorprenden desde la primera entrega de calificaciones, me han advertido que si sigo así me sacan del colegio, en esas veces una fila de mis notas tiene solo diez.
Mis padres también están ha tanto de mi, tratando de "subir" mi autoestima que está hasta el núcleo de la tierra, siempre mencionan que estoy arruinando la reputación del colegio y que debo aprovechar mi inteligencia para algo útil en ves de estar de vago con Mikey, mi amigo, que geniales son subiendo la autoestima ¿No creen?
Todos los profesores se enfocan más en mi que en nadie más, dicen "Vamos Frank, eres un gran estudiante ¿Por qué lo ocultas?", "Aplícate más Anthony". Solo lo dicen porque es su trabajo, bueno, por el dinero, en serio que les pagan bien, tienen hasta auto de última generación . De catorce profesores y profesoras solo dos son buenos, el profesor Ray y.....
—Profesor Gerard, lo siento, me entretuve con el profesor de historia —Mencioné en la entrada del aula.
El profesor Ray enseña historia, realmente me hubiera gustado que el fuera el tutor que me ayudara ha pasar segundo año. El profesor Gerard o como yo le digo "El todas mías" estaba en su escritorio al final del aula que nos asignaron, se preguntarán "¿Por qué el todas mías joven guapo Frank?" Fácil, todas las alumnas están enamoradas de el, es el profesor más joven, veinticinco años, sin mentir es guapo el profesor, sus ojos verdes, es como ese vampiro que su piel brilla como diamante a la luz del sol, ¿Edward Cullen?
—Adelante, solo fueron diez minutos de retrasó, no es la gran cosa —Dijo viéndome con una sonrisa mientras entraba.
—Entiendo perfecto el sarcasmo —Me senté el la butaca de enfrente —¿Que vamos a aprender? ¿Sumar números con punto decimal?
—Ya hablamos que yo solo puedo hacerme el chistoso y también que eres inteligente pero solo te da flojera usar esa inteligencia —Se dirigió al pizarrón.
—Ay si, es taaaaan aburrido —Le sonreí —En fin, empiece.
—Sino fuera por las nuevas leyes de no tocar a los alumnos, saldrías con el ojo morado —Me apunto con el marcador —Saca tu libro de tecnología, rápido.
Una ley que no siguió la escuela es que no debo estar solo con un profesor, pero soy el único que va poder reprobar el año escolar. Asistir ha estas clases es muy obligatorio, claro que me intente ir el primer día de la tutoría, pero todos las autoridades de este colegio me tienen vigilado y no me dejaron salir del colegio.
