El tiempo pasaba mientras nosotros seguíamos reunidos en el Santuario Narukami.
Este día, que comenzó con la tímida salida del sol acompañando el camino de dos fugitivos espadachines, había desembocado en un final que ninguno de nosotros había imaginado.
Pensar en qué pudimos hacer mejor, o en qué pudimos fallar, sería solo una pérdida de tiempo.
Nos culparíamos por algo que ni nosotros ni nadie en Teyvat podría haber previsto.
Sería más que intentar ser Dios, pues ni los Arcontes ni lo que esté sobre ellos podrían ir contra de algo más fuerte: el destino. Un destino implacable que no discrimina a nadie. Un final que espera pacientemente a cada uno de nosotros. Infalible como el disparo de un arquero, impecable como el corte de un samurái.
Un final que nos espera y desconocemos.
La Shogun llegó a tiempo para detenernos y descubrió el plan de Ayato. Se lo ha llevado a él y al viajero, posiblemente para quitarle la visión al primero...
Y matar al segundo.
Aunque no tenemos certezas de nada, es una verdadera posibilidad.
No quiero creerle a Yae Miko, pero ella es la única persona que comprende los complejos e incomprensibles pensamientos de Raiden.
Durante el largo día, aparte de contarnos los detalles del plan a ejecutar, también nos contó la historia de su intratable amiga.
La tragedia que envolvió a la familia real y terminó en la pérdida de su única hermana, así como sus compañeros de vida.
De ese modo, pudimos comprender un poco su corazón, dañado por los caminos del cruel destino.
Pero eso no justifica su antipatía por el progreso de Inazuma.
Aún conociendo sus motivaciones, nuestras razones solo se hicieron más sólidas. Ella no podía imponer su forma de pensar sobre nuestro pueblo.
Es por eso que desarrollamos un plan que involucraría a todo el equipo disponible.
Por desgracia, solo Thoma y yo estábamos habilitados para luchar.
Sayu podría ser usada como una herramienta de coordinación, pero no podría ir al frente de batalla.
Miko, por obvias razones, no podría estar al frente.
Nos faltaba personal, y eso era un problema.
Entonces, pasado el mediodía, llegó una visitante, cubierta bajo una túnica para no ser reconocida, escoltada por dos soldados.
Salimos todos a recibirlos en la entrada del Santuario.
"Lamento profundamente mis errores en el campo de batalla. Vengo a aquí a colaborar."
Era Kujou Sara, la nueva jefa del clan Kujou y Comisionada de Tenryou.
Si bien esperábamos su colaboración, era inesperado que nuestro encuentro se diera tan rápido. Librarse de la Shogun no sería sencillo. Y ni siquiera estaba garantizado.
"No esperaba que te liberaras tan rápido de Ei, Kujou"
Expresó Yae, hablando por todos nosotros.
"Creo que simplemente infravalora mis capacidades. A sus ojos todos debemos ser unos simples insectos que puede acabar con las yemas de sus dedos"
Ella se quedó mirando al piso, viéndose claramente decepcionada por su actuar.
En ese momento, me acerco a animarla.
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La Grulla Enamorada | Una historia de amor sobre Kamisato Ayaka
Romance¿Qué pasaría si el protagonista correspondiera a los sentimientos de Kamisato Ayaka? Bajo la luz de la luna, el viajero veía como Kamisato Ayaka se iba alejando en dirección a su residencia. Una figura dibujada por la luminosidad del bosque Chinju...