- No puedo creer que tus padres hallan hecho eso - se quejó Kaia.
Después de subirme a mi habitación le marque a kaia para que viniera a hacerme compañía, no quería pasar las últimas horas rodeada de solo 4 paredes.
- Bueno para mí ya es muy común - y era la verdad mis padres seguido solían cancelar nuestras "reuniones" o más bien dicho encuentros.
- Pensé que saldrías hoy con Aidan - me volteo a ver.
- Salió con sus padres a comer, no siempre debo estar pegada a él como una garrapata.
- Tienes razón – soltó una risa.
Solo nos quedamos acostadas en silencio mirando el techo.
- Oye hay que despejar tu mente, vamos - exclamo mientras se levantaba de la cama.
- ¿A dónde? - pregunte copiando su acción.
- Al cetro comercial, andando - respondió dirigiéndose a la puerta.
******
Al llegar al centro comercial nos dirigimos hacia una tienda de ropa, sabía que el plan de venir a "despejar mi mente" solo lo uso como excusa para venir, Kaia es ese tipo de chica que le fascina la moda y era de ley que a tienda que entraba, tienda en donde compraba.
Después de media hora, Kaia seguía indecisa sobre que vestido llevar, cada que salía del probador volvía a entrar pero con uno diferente.
- Oye no te quedes solo viéndome, ve y escoge algo - exigió.
- Compre ropa hace poco – dije sin mirarla.
- No te pregunte si ya habías comprado, te dije que fueras a escoger algo - soltó en tono exigente.
Solo rodee los ojos y me lévate del mini sillón que tenían afuera de los probadores.
Me dirigí a la sección de hombres para ver las sudaderas, antes de llegar pude ver a un chico alto y de cabello rubio dándome la espalda escogiendo que sudadera llevar, no le tome importancia y me acerque.
Mientras veía las sudaderas pude sentir que aquel chico no me quitaba la mirada de encima y para ser sincera ya me estaba poniendo incomoda.
- ¿Se te perdió algo? - dije con fastidio girándome hacia el chico.
Pude notar que el chico tenía ojos azules, pecas que a simple vista no notarias y un lunar cerca de los labios. Lo admitiré, si era atractivo.
- ¿Perdón si te incomode, pero creo haberte visto antes?
- Pues nunca te había visto - me voltee de nuevo a ver las sudaderas.
- Soy Adam ¿y tú eres? - pregunto poniéndose a un lado de mí.
La verdad si paso por mi mente solo decirle "que te importa" e irme, pero lo que salió de mi boca fue:
- Me llamo ____ - respondí sin importancia y sin mirarlo me aleje de él.
Mientras me alejaba mi teléfono empezó a vibrar dentro de mi pantalón, lo saque y pude ver que eran mensajes de Aidan.
[Aidan Gallagher]
- ¿Dónde estás Ayers?
- Vine a tu casa y me dijo tú nana que no estabas.
[T/N]
- Vine al centro comercial con Kaia, pero en un rato ya estoy en casa.
[Aidan Gallagher]
- Bueno te esperare en tu habitación.
[T/N]
- ¿Sigues en mi casa?
[Aidan Gallagher]
- Si, tu nana me preparo esas tortitas que tanto me gustan.
Desde que éramos niños a Aidan le gustan las tortitas de chocolate que nos prepara mi nana, siempre de niños me decía que le dijera a mi nana que nos visitaría para que tuviera las tortitas listas.
- ¡Ya vámonos niña! - escuche que Kaia grito desde la caja. Al parecer si supo que vestido escoger.
******
- ¿¡No puedo creer que te acabaras las tortitas!? - lo mire enojada.
- Ni yo - Aidan soltó una risa - y eso que todavía me la pensé al comerme la última.
- Como sea - lo mire un poco más tranquila - ¿te quedaras a dormir?
- No, me iré en un rato.
Ambos nos acostamos en la cama mirando hacia arriba en silencio.
- Y ¿Cómo te fue con tus padres? – hablo rompiendo el silencio.
Quería decirle que muy bien, pero a él no le puedo mentir.
- No pudieron venir - murmure.
- ¿Y cómo te sientes? – me volteo a ver.
- Bien, creo que ya me acostumbre - le sonreí.
Aidan solo me miro y me sonrió, esas pequeñas cosas eran a las que hacían a Aidan especial, el no necesitaba de un discurso para decirte que todo iba a estar bien, el solo con una sonrisa te lo dice todo.
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Hasta aquí el CAPITULO III
Nos vemos en el CAPITULO IV
No se les olvide votar
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Coincidencia
FanfictionUna historia comenzara después de conocer al niño nuevo....dos mejores amigos, dos personas, pero un solo destinó. [...] -Tal vez el destino nos quiere juntos. La niña soltó una risa y dijo: -O talvez es solo una coincidencia. El pequeño bajo su mir...