CAPITULO XXXV

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Las lágrimas caían por mis mejillas hasta mi cuello, una sonrisa pequeña adornaba mi rostro y en mis manos seguía aquella carta.

Mire el cielo que se empezaba a tornar oscuro y mi sonrisa se ensancho más.

- Tú serás mi Evangeline.

Me limpie las lágrimas, deslice el dorso de mi mano por debajo de mi nariz y respire hondo.

- Feliz aniversario, cariño.

Me levante del césped, pase mi mochila por encima de mi hombro, mire la lápida con su nombre y su fecha de nacimiento hasta la de su muerte.

- Aidan Ryan Gallagher, 18 de Septiembre de 2003 al 09 de Mayo de 2022.

Sonreí, solté un suspiro y me empecé a alejar donde se encontraba mi novio, mi chico, mi alma gemela y posiblemente, el amor de mi vida.

En el camino a casa les marque a mis padres y les avise que estaría con unas personas muy especiales.

Cambie de dirección y me dirigí hacia la casa de mis suegros.

Al llegar presione suavemente el timbre y pasaron unos segundos para que la puerta se abriera, dejando ver al Señor Rob.

- ¡Hola! - exclame felizmente por verlo de nuevo.

- Hola querida, que gusto tenerte de nuevo en casa, adelante - se hizo a un lado dándome acceso para entregar.

Una vez que entre, me dirigí a la cocina donde estaba la Señora Lauren.

- ¡Hola cariño! - exclamo, una vez se percató de mi presencia.

- Hola, espero no haber llegado en mal momento - dije un poco avergonzada.

- Claro que no, ¿te quedas a cenar? - pregunto su esposo atrás de mí.

- Sí, claro - sonreí, sintiéndome cómoda.

Sentía como si me hubieran quitado un peso de encima, parecía que todo había vuelto a la realidad, pero no del todo.

Sin duda esa carta hizo algo en mí.

Tome asiento en la silla de siempre, la señora Lauren acomodaba la mesa y su esposo se acercaba con la cena.

Mire la silla vacía a lado de mí y solté un suspiro.

Ese era su asiento.

- Y ¿Cuándo te iras a Nueva York? - la voz del Señor Rob me saco de mis pensamientos.

Parpadee un par de veces, procesando su pregunta.

- Tal vez me valla en las últimas semanas de enero.

- ¿Qué carrera estudiaras? - pregunto esta vez mi suegra.

Tome aire y sonreí.

- Actuación o Cinematografía.

La cena transcurrió normal, risas, platicas y recuerdos.

Era la primera cena normal que tenía en meses, me sentía relajada y tranquila.

Estaba segura que todo mejoraría después de esto.

Porque estaba con las personas que crecí.

Las que me vieron llorar y reír sin fin de veces.

Las que me hicieron parte de su familia.

Las que estuvieron para mí en cualquier momento.

Hacía falta una persona entre nosotros, pero yo sabía que Aidan estaba aquí, podía sentirlo.

Yo siempre estaré ahí, aunque sea invisible para ti.

Sentía que él estaba a un lado, tomando mi mano, mirándome a los ojos como solía hacerlo y con esa sonrisa que siempre adueñaba su rostro.

Cerré los ojos recordando cada parte de su rostro, sus característicos dos lunares en su mejilla izquierda, sus ojos de color verde, sus labios rojizos y su cabello en forma de librito.

Abrí los ojos y con una pequeña sonrisa en el rostro mire a las dos personas que estaban enfrente de mí, riendo como si nada importara.

Pero todo estaba bien.

Porque estaba en casa.

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Hasta aquí el CAPITULO XXXV

Nos vemos en el CAPITULO XXXVI

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