18-| Tratando de ser una buena amiga (me castigan)

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El viaje me había dejado exhausta a pesar de haber dormido unas cuantas horas de camino hacía acá, a penas pude mantener los ojos abiertos para abrir la ducha cuando logré dejar mis cosas en mi cuarto.

Con Mia llegamos a eso de las 3 de la mañana y, aún sabiendo que me tendría que despertar temprano, no pude ignorar mis ganas de darme una ducha. Aún sentía la sal del mar pegada a mi cuerpo.

«Aaaaa pinche hedionda»

Cállate.

Mis papás me habían dicho que iban a ir a buscarme pero al parecer no escucharon las VEINTITRÉS LLAMADAS que les dejé cuando entre en pánico porque era la única en la terminal. Al final Elías me obligó a subirme a su auto para traerme a casa, dijo que se iba a sentir culpable toda su vida si me secuestraban y me mataban para luego arrojarme a una zanja.

Era igual de extremista que yo, me caía bien.

«Buena onda el suegrito»

Son las tres de la mañana-

«Y estoy en tu ventana...»

....

¿Cuál ventana?.

«....»

«Uyyyy que chota que so'»

Escúchame bien.... Kate conciencia, son las tres de la mañana y me estoy muriendo de sueño, mi cuello duele y tengo un pie dormido ¡No estoy para lidiar contigo!.

«Que pena porque no tengo ganas de callarme»

....

Cómo sea. Salí de la ducha luego de haberme dado una ducha rápida porque no quería despertar a mis papás, ya mañana podría quejarme con ellos y hacerme la ofendida por olvidarse de su hija en la terminal.

Me puse un pantalón holgado porque aunque en Solencia no hacía tanto frío me había quedado impregnado el frío de la casa de mi abuela. Sin embargo me puse una musculosa lila para parte de arriba, no quería despertar toda sudada e ir con olor feo a la escuela.

No iba a permitir que Mia volviese a burlarse de mí por mi aroma.

Cepille mi cabello que estaba aún más seco que antes por la sal y pensé seriamente en cortarlo ahí mismo, no iba a ser la primera vez que me cortaba el cabello en mitad de la madrugada por una crisis existencial. Pero preferí dejarlo como estaba y mañana quizás iría a la peluquería para que volvieran a teñirme de rubio y de paso me lo cortaran bien ellos.

Utilizaría la ley de atracción para que no me quedara como hongo.

Apagué la luz del baño y la del pasillo mientras volvía caminando hacía mi cuarto, caminando mientras estrujaba mi cabello con la toalla para que mamá mañana no me regañara por haber dormido con el pelo mojado.

Prendí la lámpara de mi mesa de luz y dejé mi uniforme preparado para mañana, sabía que lo más probable era que me levantaría tarde por tratar de conseguir unos "cinco minutos más" y no quería estresarme por no encontrar el jodido uniforme.

Mi teléfono sonó cuando solté un cansado suspiro, me acerqué a la cama para tomarlo y leer la notificación de wattpad. Mi escritora favorita había actualizado después de casi dos semanas, rogaba porque sea el maratón que nos prometió.

Iba a verificarlo cuando un mensaje llegó a mi teléfono, silencie las notificaciones antes de que alguien se despertará por el molesto sonido, y entré al chat sin darme cuenta quien me había enviado el mensaje.

Despierta a esta hora?

Date la vuelta ;)

Fruncí el ceño, levanté la vista con cierto miedo mientras sentía a alguien mirando mi espalda.

Léeme En Braille, Mia [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora