Era difícil mantenerme concentrada en mis pensamientos teniendo a Mia semi desnuda a mi lado, con sus piernas mezcladas entre las mías y su brazo apoyado arriba de mi pecho, sintiendo su calor por todo mi cuerpo, su suave respiración en mi cuello y sus ronquidos pequeños en mi oído, haciéndome cerrar los ojos cada vez que sentía como se pegaba mas a mi, buscando un poco de calor porque esa mañana estaba siendo fría.
Ya no me sentía bien con mis emociones hacía ella, ya no me gustaba recordar como se escuchaba "Baby, i'm yours" en mi cabeza mientras la miraba a los ojos tratando de descifrar que había significado aquel beso para ella, y lo mas importante aun, porque me lo había pedido.
¿Quería besarme o solo quería tener su primer beso con alguien importante? Como lo hizo Alana. Me iría mas por la segunda opción porque, por lo que yo sabia, Mia estaba enamorada de Alyssa, habían pasado una semana juntas y desde que se fue no había parado de hablar sobre ella, o bueno, eso hasta que pedí que se detuviera porque realmente me molestaba.
El moustro de mi estómago se había despertado en el primer momento en que pensé en la pelirroja la idea de que había tratado de besarla literalmente había hecho que me pusiera furiosa, o bueno, él. Se calmó en cuanto pensé en el beso de anoche, en que fui su primer y único beso, fui yo.
¡Toma eso, estúpida Alyssa!
«Eres súper madura»
Ay como chingas.
Mi cabeza ya comenzaba a doler de tanto pensar, y las ganas de mear y tomarme una buena taza de té me estaban matando, así qué con cuidado aparté el brazo de Mia de mi cuerpo y me levanté muy despacio de la cama.
Sentí como pude respirar con normalidad una vez lejos de ella, no es por ser mala, pero había estado tensa toda la mañana desde que desperté. No quería creer que era por ella, pero mierda, ¿A quien quería engañar? Tal vez a mi misma, hacerme creer de alguna forma que no me gustaban las mujeres, que solo me gustaban los hombres y que Alana era la excepción.
No podían gustarme las mujeres, era algo que no podía pasar.
Caminé por lo pasillos con el dulce que había llevado para mi abuela en la mano, con una remara grande de mi padre y unos pantalones cortos a pesar de que hacía frío. No podía ir a verla semidesnuda y dejar que sepa que dormí así con mi amiga, que de paso también besé, no está de más decirlo.
Si, estaba orgullosa de haberlo hecho, pero sabía que no se iba a repetir. Y de alguna forma, sabía que no podía traicionar de esa forma a Alana, al menos yo si me tomaba lo nuestro en serio.
El olor a tostadas llegó a mi nariz, una sonrisa tranquila se formó en mi rostro y dejé que todos mis pensamientos se hicieran a un lado en mi mente, abrazando por detrás a mi abuela que ya estaba desayunando mientras veía las noticias sin mucho interés.
—Buen día, hija— me saludó, dejando un beso en mi mejilla.
Me senté a su lado, dejando que me sirviera un poco de té en una de las tazas que había apartado para nosotras. Dejé el frasco con mermelada arriba de ella mientras le regalaba una sonrisa, me miró sorprendida.
ESTÁS LEYENDO
Léeme En Braille, Mia [LIBRO 1]
Ficção AdolescenteLa vida de Kate tiene dos problemas ahora mismo: 1. Le gusta su mejor amiga hetero. 2 . Su banda se quedó sin lugar para ensayar. El regreso de clases se hizo presente y en su primera clase le llegó la noticia de que una nueva chica había ingresado...