Capitulo 11

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Thomas:

Sentía su intensa mirada clavada en la nuca, como si cargara una pesada mochila por horas, sabía como incomodarme sin siquiera entablar una conversación.
No abrió la boca por varios minutos, sin embargo, una sutil sonrisa se mantenía intacta en su rostro el cual deseaba golpear en este momento.
Suspiró por cuarta vez, inhalo con fuerza, clavo la punta de los dedos en mi palma.
Rogaba en mi interior que no comentara nada ante lo recientemente ocurrido.

Respetaba a James más que a ningún otro, lo consideraba lo más cercano a una familia y es por ello que prefiero alejarme de él antes de reaccionar de forma violenta, él lo sabía y me comprendía.
Había presenciado miles de veces situaciones en las cuales mi lado oscuro, violento, inconsciente se apoderaba de mí y terminaba reaccionando de la manera más baja que alguien podría imaginar, aún así, jamás me ha juzgado, todo lo contrario, me recuerda que siempre tendré un hombro amigo dónde apoyarme y eso es algo que jamás olvidaré.
Es lo que yo considero más valioso y que no muchos suelen valorarlo.

Y aunque significara mucho para mí, no consideraba que meterse con Joy fuera algo que debía pasar por alto.
Conocía muy bien a mi amigo, tenía algo que decir atorado en su garganta, dudas, burlas, quién sabe?..
Pero no estaba listo para confesarme de esa manera, no aún.
El asunto de la castaña era muy delicado, lo que menos quería era exponerla, tenía muy en claro que era la única que no representaba una mancha en mi vida, un punto oscuro. En realidad, era yo quién significaba tal cosa y aunque intenté meterme esto en la cabeza con la intención de alejarme no sirvió, terminé metiendome más de la cuenta hasta perder noción de mi yo real.

James tose intentando llamar mi atención, no lo logra puesto que iba sumergido en mi propia tormenta mental, no conforme frota las palmas de sus manos, puedo notarlo al verlo de reojo, se apresura hasta colocarse a mi lado, sonríe, lo ignoro. Ya no quiere esperar.

-Quién es la niña?-.

Suelta sin un poco de consciencia de como me había afectado unas simples palabras.
La había llamado "Niña".
Por supuesto que no lo era, su apariencia era delicada, fresca y natural.
Existía una diferencia en cuanto a edad, claro está, pero no para considerarla una niña.

-De que hablas?- El palillo de madera bailaba inquieto entre mis labios, este soltó una risita divertido.

-Oh Vamos..- Me da un pequeño empujón -En verdad crees que soy idiota?-.

-Espero sea una pregunta retórica- Ataco.

-Como dijo que se llamaba?..- Piensa -Joy?- Cierro los ojos por unos pocos segundos intentando no perder la calma.

-Eso creo..- Susurro.

-Es muy bonita- No respondo -Te la estás tirando?- Freno en seco y giro para enfrentarlo pero me contengo y desvío la mirada -Que ocurre? A caso viste algo?- Cuestiona ajeno a mis emociones, le lanzo una mirada filosa y niego para retomar mi camino nuevamente.
El silencio volvió a envolvernos hasta llegar por fin al club, en el momento en que crucé la vereda los recuerdos de la noche anterior me bombardean la cabeza y la furia se apodera de mi, aprieto los dientes, mi mandíbula se tensa y los nudillos han perdido su color por la forma en que presionaba mis manos.
-No es tu tipo..- Comenta mi amigo luego de un rato sacandome del trance volteo a verlo con confusión -La mujer, estaba pensando en que podría tener que ver contigo pero nada logra tener sentido-.

-Sentido?- Asiente quitandose la capucha y acomodando su gorro de lana.

-Si, ya sabes, tus gustos son más.. particulares- Girando su muñeca varias veces como haciendo un ademan buscando las palabras correctas. Levanto una ceja esperando a que continuara -Prostitutas- Finaliza.

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