Capítulo 6

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Narrador:

-Fué de locos, creí que moriría..-.

Una castaña completamente emocionada narraba la ficticia aventura que había vivido la noche anterior sin haberse despegado de su cómoda cama, frente a ella una pelinegra oyendo divertida mientras seguía con la mirada sus movimientos.
En una mañana templada y sin más que hacer compartían una taza de café mientras conversaban de cosas sin importancia, escapando un poco de los sonidos ensordecedores de la Ciudad.

-Creo que la rutina está acabando con tu cordura- Suelta divertida la pelinegra.

-Concuerdo-.

Su expresión cambió, parecía pérdida, sumida en algún pensamiento en particular, cierta situación de hacía a penas unas horas aún rondaba por su cabeza y si su amiga tenía razón? estaba perdiendo la cordura?
De hecho si lo pensaba bien no hacía mucho que todo comenzó y es que ya no sabía que pensar, si solo ella se inventaba todo esto o realmente ocurría algo que la castaña desconocía.
Incluso habían momentos en los que se ponía a pensar en ello y se creía una loca, si ella misma pensaba eso como esperaba que alguien más la comprendiera?

-En que piensas?-.
La morena cuestiona pero su amiga muerde el interior de su mejilla para no dejar escapar alguna locura, decide rápidamente cambiar de tema esperando olvidar lo anterior.

-Estaba pensando en aquel chico, recuerdas?- Parándose a ver por la ventana -Del que te conté-. Ella asiente con la cabeza -No llamó, eso dice mucho-.

-Eso no dice nada-.

-Creeme, eso dice mucho-.

-Dios, eres hilarante- Suelta una carcajada -No te preocupes, ya te llamará y si no lo hace no sabe lo que se pierde-.

La castaña sonríe y continúa con la mirada al exterior, fué hasta mucho tiempo después que notó un cuerpo masculino apoyado en un coche rojo, vestía de negro y llevaba una gorra que cubría gran parte de su rostro, se encontraba fumando un cigarro tranquilamente, ella no lo sabía pero aquel desconocido llevaba mucho rato en ese lugar y era claro que había encontrado lo que buscaba, la joven lo ignoró y volvió hacia su amiga quién se encontraba hablando sobre otro tema ya olvidando lo anterior.

Mientras esto ocurría, un hombre con evidente obsesión hacia la dueña de sus sueños más eróticos se encontraba observando como de costumbre sus movimientos y es que no había visitado la cafetería esta vez, es por ello que prefirió investigar el porque de su ausencia.
Sin embargo, no fué solo aquello lo que llamó su atención, sino también la sorpresiva llegada de la policía al sitio, lo que limitó su paso y decidió no ingresar, se quedó a pocos metros analizando todo con detenimiento hasta que estos se marcharon.
Luego de unos minutos decidió acercarse sutilmente hasta llegar a la caja, una morena al verlo lo reconoció al instante, se acomodó el cabello y levantó un poco más sus senos para hacerlos más evidentes, acto que no pasó desapercibido por el hombre.

-Buenos días, que puedo hacer por ti?- Coqueta.

-Café, para llevar-.

Tomó un palillo de madera y se lo llevó a sus labios sin despegar la vista de la muchacha.
Volteó hacia la mesa donde solía apreciar la belleza de cierta joven pero solo se topó con un hombre que pisaba los cincuenta tal vez y esto lo decepcionó.

-Se te ofrece algo más?-.

-Tal vez si- Su voz ronca salió precipitado enviando una corriente eléctrica que recorrió la espalda de la morena -Oí a algunas personas decir que algunos oficiales estuvieron por aquí, ocurrió algo?-.

-No, bueno, creo que asaltaron a un tipo al salir de aquí, al parecer es hermano de uno de los oficiales así que como fue el último lugar que visitó antes de lo ocurrido estaban investigando-. Asintió lento, ella depositó el vaso de plástico frente a él y este pagó en respuesta.

-Sabes que ocurrió con el tipo?- Ella se mordió el labio inferior.

-Si te digo que me das a cambio?-.
Él sabía muy bien que si deseaba podía averiguarlo por su cuenta pero el hecho de tener a alguien de su lado que hiciera lo que él quisiera con tan poco a cambio como lo es su atención le resultaba útil y lo aprovecharía.

-Que quieres?-. Suena algo coqueto también sin cambiar su expresión de seriedad.

-Que aceptes salir conmigo, te prometo que no te arrepentirás-.

-Antes lo harías tú- Sin saber que esa era una clara afirmación ella se sentía emocionada, lo que él acababa de decir era una advertencia pero la morena desconocía su personalidad y en ese momento simplemente deseaba a ese hombre y no entendía razones.

-Aceptas?-.

-Por que no?-.

-Bien, el tipo tuvo una fractura, no sé muy bien si en la pierna o en el brazo pero fué lo que oí, además, andaban buscando a una mujer con la que había compartido la mesa, fué la última persona con la que estuvo. Y por lo que noté, el oficial que hacía las preguntas dudaba que fuera un intento de robo, creo que sospecha de un ataque intencional, ya sabes, algo personal tal vez-.

-Sabes si encontraron a la mujer?- Bebe un poco de la humeante bebida.

-Por que tanta curiosidad sobre el tema?- Ella sonríe y él simplemente observa a los demás por sobre sus hombros.

-Las preguntas no eran parte del trato- Responde serio.

-No la han encontrado, pero es cuestión de tiempo que lo hagan- El hombre asiente, para ese entonces se sentía lo bastante tenso para continuar lidiando con la morena por lo que recoje el café y decide irse del lugar.

-Gracias por el café, pasaré por ti en la noche- Sin más se aleja sin ver hacia atrás, tenía claro donde quería estar en ese momento, confirmando que la castaña estuviera bien y lejos de los problemas con la ley, peor aún siendo él el causante de todo aquello pues él juraba que el hombre que estaba movilizando todo aquello era el mismo que él había atacado con la única finalidad de dañarlo sin ningún remordimiento.

Al llegar frente al pequeño edificio donde estaba viviendo la castaña se acomoda mejor el gorro cubriendo lo máximo posible el rostro para que nadie pudiera reconocerlo, busca en sus bolsillos la cajetilla de cigarros dónde saca uno y lo enciende para luego liberar todo el humo.
Ya iba por el tercer cigarro cuando nota el cuerpo femenino tan conocido asomarse a la ventana sosteniendo una taza, con la mirada perdida y moviendo sus labios, era claro que no estaba sola, no pasó mucho para que se alejara perdiéndose de la intensa mirada del músculoso, y no mucho más para que un carro con sirenas encima se hiciera presente nuevamente.
Maldijo unas cuantas veces, no quería irse pero debía hacerlo, no quería levantar sospechas y si se quedan allí sería tentar a la suerte, decidió alejarse lo más rápido posible ya tendría oportunidad de saber todo a como de lugar.

Dentro del apartamento se encontraba una castaña despidiéndose de su padre mientras su amiga pelinegra le hacía señas de que ella atendería a quién sea que estuviera llamando a la puerta, la castaña asiente sonriendo, la puerta es abierta y la figura de un hombre robusto vestido de uniforme aparece.

-Señorita Beckham, soy el oficial Burns, necesito hablar con usted un momento- Señalando su placa.

-Quién es?- Grita desde el teléfono.

-Creo que deberías colgar y atender este asunto ahora- Responde seria y algo asustada.
Se despide de su padre sin decirle lo que ocurría y se apresura a la pequeña sala de estar junto con su amiga y al igual que ella se sorprende por la visita inesperada.

-Señorita Beckham, quisiera pasar un momento si me lo permite a hacerle unas preguntas- Ella asiente y se hace a un lado para dejarlo pasar.

-Digame, en que lo puedo ayudar- Duda en cerrar la puerta pero de todas maneras lo hace pero sin seguro.

-Quisiera comenzar con decirle que probablemente se encuentre en peligro...-

•SICK LOVE•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora