Capitulo 7

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Thomás Jackson:

Mirada coqueta, piel sedosa, su cabello caía delicadamente al retirarse la goma con la que la sujetaba, curvas que enloquecerían a cualquiera, sabía cómo moverse para resaltarlas aún más.
Sentado en el sofá de mi habitación, sosteniendo un vaso con whisky y observando detenidamente sus eróticos movimientos sin desviar su atención de la mía.
La melodía de fondo le daba el toque especial, sus caderas se meneaban lento, ella sabía lo que hacía, sonríe, me enciende, lo goza, sus dedos atrapan los botones de su blusa, la deja caer al suelo su espalda estaba al descubierto.
Bebo el líquido de un gran trago, mi garganta arde pero disfruto la sensación, voltea, sus manos acarician su trasero, la falda pegada al cuerpo se vuelve una completa molestia, juega con el elástico en su cintura y comienza a bajarlo tan lento que me urge otro trago, paso la mano por mi frente retirando esa fina capa de sudor que había aparecido, tomo la botella pero quedaba menos de la mitad de la bebida por lo que ya no le veía el caso de utilizar un vaso así que lo bebo directo de el.
Ella se acerca, apoya su rodilla derecha entre mis piernas casi rozándome, su mirada baja y puedo notar lo largo de sus pestañas, mi mano tiembla, anhelaba ese tacto pero temía dañarla, mis dedos acarician levemente su piel de porcelana y suspiro.

-Había esperado tanto por este momento-. Beso su piel.

-Enserio?.. Jamás lo habías demostrado- Sonríe -Lo disimulas muy bien-.

-No podía acercarme, no estaba listo aún-.

-Espero que ahora si-. Su voz es seductora a pesar de lucir tan tierna.

Una de sus manos acarician el bulto entre mis piernas, instintivamente cierro los ojos y echo la cabeza hacia atrás, oigo su risita y me siento en el cielo por un momento, suspiro ante la satisfacción, siento que coloca la otra rodilla a mí lado, pausa el contacto, ahora sus manos iban hacia mí cuello el cual lo acaricia, aún distraído por lo anterior no soy capaz de reaccionar, sus dedos rozan una de mis cicatrices y hace un sonido de sorpresa, atrapo levemente sus muñecas.

-Eso no, cariño-.

-Estás seguro que no quieres que continúe?-.

Su voz cambia dramáticamente, mis ojos se abren y la miro fijo, la mujer frente a mi era otra, su piel era morena, de risos alborotados, sus labios pintados de rojo de forma exagerada. Observo confuso la habitación, donde estaba aquella mujer, castaña, de piel pálida, que hacía pocos minutos estaba a punto de hacerme acabar con tan solo una caricia.
Me mareo, mí cabeza punza, acaricio las sienes intentando calmar el dolor y concentrarme en lo que ocurría a mí alrededor, me remuevo incómodo y ella se percata de ello.

-Te sientes bien?-.

-Tienes que irte- La empujo un poco para que saliera de encima.

-Que?- Desconcertada -Bromeas cierto?-.

-Yo no bromeo-.
Paso ambas manos por mi rostro frustrado, se sentía tan real.

-No puedo creer que haya perdido mi tiempo contigo-.

Molesta, comienza a recoger sus prendas mientras se vestía torpemente, se coloca sus zapatos con grandes tacones y me lanza una mirada de odio. De mi billetera tomo unos cuantos billetes y se los arrojo sobre la esquina de la cama.

-A caso me ves cara de prostituta?- Escupe con enojo.

-Es para el taxi-. Viéndola por sobre el hombro.

-Olvidalo, llamaré a alguien que pase por mi-.

-Como quieras-.

Sale de la habitación y oigo el tan famoso portazo al que ya estaba acostumbrado, me dejo caer en la cama observando a la nada misma, entonces recuerdo, los oficiales llegando a la casa de Joy.
Joy, que habría sucedido?
Estaba casi seguro de que se trataba de aquel imbécil al que había atacado aquella noche. Detesto que ella tenga que pagar por mis actos, era lo último que quería que ocurriera y debía solucionar aquello, pero debía ser más cauteloso la próxima vez o sino empeoraría aún más la situación.

Escabullendome en la densa oscuridad convirtiéndome parte de ella, envuelto en un aura de excitación, debía ser tan anormal. Su pecho sube y baja  siguiendo un compás relajado, siento la humedad en las yemas de los dedos.
Parte de su cuerpo fuera de las sábanas,  esto definitivamente era ilegal puesto que nadie en su sano juicio podría experimentar lo que sentía en ese momento.
Suspiro en silencio, esta noche era distinta, necesitaba más de ella pero como dar un paso sin aterrarla? Ni siquiera era capaz de controlarme cuando un imbécil se le acercaba.
Ajena a qué una hambrienta bestia se encontraba frente a su ventana observando cada movimiento que ejecutaba haciendo crecer sus ansias por tomarla sin darle tiempo a negarse. Ella se remueve incómoda hasta terminar de arrojar las sábanas, su diminuto vestido se levanta dejando su redondo trasero expuesto libremente para mí, me acomodo mejor ya que no esperaba ese acto, paso una mano por mi rostro, mi boca se encontraba seca, intento tragar pero me es imposible.
Apoyo ambas manos sobre el cristal para mí sorpresa esta se abre haciendo un sonido algo chillón, torpemente intento colocarme detrás de la pared, luego de unos segundos me asomo pero Joy no parecía enterada de lo ocurrido. Golpeo mí frente varias veces intentando alejar cualquier pensamiento enfermo, el solo hecho de saber que está a tan poca distancia y verse de esa manera estaba enloqueciendome, no había manera de controlarme.
Maldigo en voz baja, no era momento pero estaba provocandome.
Ingreso a la habitación con mucha cautela, con la mirada fija en cada parte de su cuerpo, la había examinado cientos de veces, una fina tela de encaje negro se asomaba entre sus piernas formando un sutil triángulo, me acerco más a ella, su fragancia primaveral ingresa a mis fosas nasales lo que provoca que cierre mis ojos instintivamente.
Con manos temblorosas acaricio su cabello esparcido por las almohadas, es suave, sedoso, se mueve de nuevo, retiro la mano, corto el oxígeno antes de dejarlo salir.
Continúa sumida en aquel profundo sueño, mis ojos quedan fijos en sus labios rosas, se veían tan delicados, un deseo animal me invadió por querer probarlos, era una pésima idea lo sabía pero aún así estaba acortando la poca distancia que nos separaba, podía sentir su tibia respiración, estaba consumiendo cada parte de mí, había imaginado tantas veces esta situación que podía jurar que era irreal pero aquí estaba y cada maldita sensación era real.
Apoyo una mano en la cama entre sus piernas, el calor de su piel estaba quemandome, sentí el inicio de sus labios hacer un sutil tacto con los míos pero entonces la puerta se abre de golpe.

-Joder!-.

•SICK LOVE•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora