•SICK LOVE•

Capitulo 16

Narrador:

Había estado rebobinando una y otra vez aquellas imágenes, sin siquiera quererlo, se había reprochado el hacerlo aún con el vaso de cristal vacío en sus manos y la mirada fija en un punto ciego, podía oír las pisadas de sus vecinos en el piso de arriba pero no le tomaba importancia, se había acostumbrado a ello.
Largó un suspiro pesado, se sentía cansado, como si los años le hubieran pasado por encima pisoteandolo en el proceso. Tenía algo de barba, de hacía a penas unos días, lo hacía lucir un poco mayor, tal vez lo resolvería luego.
Observó la botella descansando sobre aquella mesa a su lado, estaba vacío y sólo había bebido un par de copas, entonces cayó en cuenta que no había visitado el club nocturno en un tiempo, lo que era extraño para ser honestos.

Notó las quebraduras sobre sus nudillos, algún que otro rasguño en sus antebrazos, no pelearía esa noche por lo que podría aprovechar y darse una vuelta por aquella zona. De todos modos no tenía nada mejor que hacer y ya no quedaba que beber en el apartamento.
Se incorporó decidido atrapando su chaqueta, tomó su cartera depositandolo en su bolsillo trasero y emprendió camino.
Una vez fuera divisó un par de cuerpos dirigiendose hacia las escaleras que daban al piso de arriba, algo tambaleantes y riendo a carcajadas, pasó de largo siendo ignorado por la joven pareja, la mayor parte de su vida pasaba desapercivido por los demás y creía que así era mejor.

Eran más de las 11pm, a pesar de ello las calles eran muy transitadas, el aire era fresco pero no exagerado, al llegar a la esquina notó un taxi disponible y lo frenó con un movimiento de mano, este se montó mientras indicaba la dirección.
Ni siquiera se inmutó a la sonrisa picara del chofer, no era bueno entablando conversaciones y menos haciendo amistades por lo que prefirió realizar su viaje en completo silencio.

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-Matt, sube al coche ahora mismo!- Demandante.

-Dónde está Thomas?-.

Echa su pesado cuerpo adolorido contra el asiento del copiloto mientras observa a su alrededor. Arrastra con él su pierna herida a causa del disparo que le había propinado un oficial que se hayaba comprando en la tienda dónde había ingresado el par de hombres.
Su cabeza libre de cabello dejaba expuesta una marca del golpe que había recibido al forcejear un poco con el mismo antes de que su compañero lograra tirarlo con una bala que a penas llegó a rozar su oreja derecha.

-Que demonios sucedió ahí dentro?!- Acelerando la camioneta queriendo huir sin cuidado alguno.

-Dónde está Thomas?!- Insistió al no recibir respuestas.

-No lo sé!- Gritó captando las luces rojas y azules parpadeantes desde el espejito retrovisor -Se suponía que venía contigo!-.

-Debemos volver!- Voltea viendo hacia la tienda pero tan solo veía el cristal de este hecho trizas -No podemos dejarlo allí-.

-Estás loco?- Gira bruscamente subiendo sobre la vereda haciendo que algunas personas cayeran al suelo para evadirlos -No podemos arriesgarnos!- Al llegar a una esquina vuelve a girar topandose con un rostro conocido, algo agitado, sosteniendo fuertemente un bolso contra su pecho mientras un par de ojos brillosos escapaban de debajo de su gorro de lana oscuro.

-Es Thomas, frena frena!- Insiste el mayor.

-Anda, no tenemos tiempo, deprisa!- Grita el de piel canela, Thomas se monta a la parte trasera con agilidad sin esperar a que este se detuviera y entonces arranca nuevamente.

-Demonios, niño!- Suspira el calvo -Creí que te habían atrapado- Sonó más protector de lo que esperaba.

Era uno de los más veteranos de la banda, a pesar de ser una persona a la que no le temblaba la mano a la hora de acabar con la vida de alguien, si fuera necesario, le había tomado aprecio al niño.
Pues a pesar de sostener un arma y tener gran destresa, era bueno peleando y eso no podían negarlo, ante su mirada tan solo seguía siendo un niño perdido que necesitaba ser comprendido y guiado en la vida, que por situaciones injustas del destino había acabado allí metido.