Capítulo 2

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-Como quieres que empiece?- Apoyo la botella de vodka sobre la alfombra a un lado del sillón marrón a pocos centímetros de la cama y bebo todo el contenido del vaso de cristal que llevaba en mí mano.
Volteó a ver a la mujer parada en medio de la habitación que vestía muy provocativa, su cabello rubio caía sobre sus hombros en alocadas ondas y su mirada clavada en mí transmitía lujuria.

-Aguarda aquí- Me dirijo al armario, pasando por su lado, puedo sentir su mirada curiosa pegada a mí nuca mientras busco entre el montón de cajas que guardaba allí. Cuando doy con el que quería lo tomo y me acerco a ella entregándole la pequeña caja blanca.
-Pontelo- La rubia la toma sin mucho interés y se dirige al cuarto de baño -Espera- La detengo, recojo algo más del armario y se lo entrego, entonces adopta una expresión aburrida.

-De nuevo?- Hace una mueca enseñandome la peluca que le acababa de entregar -No quieres probar algo nuevo- Me acerco a ella con pasos firmes fulminandola con la mirada mientras la rubia retrocedía.

-No pago para saber tu opinión, lo hago para que hagas lo que yo te ordeno, si tienes algún inconveniente con ello hazmelo saber antes de perder el tiempo contigo- Su espalda choca con la pared, la aprisiono contra este sujetando sus hombros con fuerza y quedando a muy poca distancia de su rostro -Pontelo- Ordeno nuevamente, aflojo el agarre, algo temblorosa asiente y desaparece por la puerta.
Vuelvo al sillón, recojo la botella y lleno una vez más el vaso del líquido transparente, tomo asiento, apoyo los codos sobre las piernas, clavo la mirada en un punto ciego y comienzo a recordar a la muchacha que vi hoy.
Lo hacía todo el tiempo, cada momento del día, no lograba despejar la mente, ella tomaba el control, me quitaba el sueño por las noches, su sonrisa, su piel, estaba matándome lentamente, me sentía un completo enfermo.

Rubí vuelve a aparecer frente a mí interrumpiendo mis pensamientos, tenía puesto el conjunto de ropa interior de encaje color negro junto con la peluca, ahora se veía castaña, al igual que aquella mujer.
-Bien, estoy lista, ahora que?- Le doy un trago a la bebida y la observo con los ojos entrecerrados, el parecido era increíble, se veía bastante bien.
Sin decir palabra alguna me acerco peligrosamente, acaricio muy suave su cuello con el borde del vaso -Esta helado- Con vos temblorosa, sonríe.

-No hables- Le susurro, continúo la caricia bajando por su pecho, echa la cabeza hacia atrás dejando expuesto su cuello, pego mis labios en el y comienzo a dejar un camino de besos, siento como su piel se eriza a causa de mis caricias.
Sin previo aviso la empujo haciendo que caiga sobre la cama, dejo el vaso sobre la alfombra, me coloco sobre su delgada figura, acaricio el cabello castaño con delicadeza, noto como me observa con deseo mientras muerde su labio inferior, desabrocho mí cinturón, lo retiro y lo arrojo
a alguna parte de la habitación, sus pupilas estaban dilatadas, sabía que estaba desesperada.
Con una mano sujeto su muslo separando así sus piernas dejando espacio para posicionarme en medio de estás,  dejo un beso húmedo cerca del borde de sus bragas, ella tiembla y arquea su espalda, sus dedos se clavan enredandose entre las sábanas.
Pego los labios más abajo, levanto la vista y la veo morder su labio inferior con mirada suplicante, me acerco más, bajo una de las tiras de su sostén y muerdo su hombro, suelta un fuerte gemido, aprovecho para pasar una mano por su feminidad y siento la humedad en la tela, así también puedo sentir mí entrepierna dura peleando por liberarse.
Arranco de un tirón el elástico de las bragas, pego una vez más los labios en su cuello dejando besos húmedos y succionando a mí antojo, puedo sentirla trabajar en la bragueta de mí pantalón, continúo con lo mío muy entretenido hasta que siento sus manos ingresar bajo mí camisa acariciando mí espalda.

Abro los ojos de golpe, siento una corriente eléctrica subir por mí espina dorsal, mí sangre hervir y mí rostro acalorado.
-Nunca vuelvas a hacer eso- Sujeto con fuerza su cuello, ella abre su boca intentando respirar, comienza a golpear mí brazo queriendo escapar.
-Lo entiendes? Nunca!- Le grito. Aflojo el agarre, automáticamente se lleva la mano al cuello y comienza a toser con desesperación, me incorporo, tomo un cigarro de la cajetilla del bolsillo de mí pantalón y lo enciendo, dejo que el humo llegue a mis pulmones y lo dejo salir, rasco mí frente con la punta del pulgar y volteó a verla.
-Estas loco- Gimiendo casi sin aire, se deja caer sobre la alfombra, gatea alejándose de mí, yo solo asiento dándole otra pitada al cigarro.

•SICK LOVE•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora