FOR YOU: Por tiempo indefinido ©

¨1: "¡Te odio, púdrete!"¨

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CAPITULO UNO:

CLARA

—Debes estar bromeando —respondí, haciendo una mueca. Sentía la mirada de Tamara sobre mí, y sobre todo sentía su sonrisa burlona. Esto no podía estar pasando, ¿Por qué ahora? Pero, lo más importante ¿Por qué yo?

Solté un gemido agudo, cubriéndome el rostro con las manos.

—No es tan malo, Clarita...

Volvía quejarme con un lloriqueó.

—Es horrible —me lamenté. —Necesito que esto sea una broma de mal gusto..., pellízcame para que...

—Clara —me interrumpió, mi compañera de biología. Vi su rostro entre mis dedos, tratando de parecer perdida. Bueno, en realidad, lo estaba. —No es para tanto, solo es un chico que quiere hablar contigo...

—No es solo un chico —la interrumpí, resoplando. Quité las manos de mi rostro, pasándome una y otra vez por la frente. —Es él..., eso es malo. Deber ser una broma...

—No es una broma, lo juro —repitió, con los ojos en blanco. —Oh, vamos Clara eres una chica linda y dulce ¿Por qué sería una broma? Es normal que seas tendencia en la escuela, todo chico quiere contigo.

Hice una mueca horrorizada.

—Eh..., no, esa era Cara —le recordé. Tamara frunció el ceño, pensando a quien me refería. Sacudí la cabeza, pensando un plan para nuevamente ser invisible de la escuela. La atención no me gustaba para nada..., porque se me daba fatal el tema de socializar. —Como sea, no es como si el presidente estuviese hablando de mí ¿Por qué tanta importancia? —me quejé, otra vez.

—Solo es una plática, seguro que le va mal en algún curso..., como cualquier idiota...

—¿Qué se supone que significa eso? ¿Qué soy tutora?

Acomodé mi bolso sobre mi hombro, viendo a los lados. Tamara resopló, tomando mis hombros. Suspiré, tratando de no parecer una dramática por todo.

—Tienes razón, no es para tanto... —mentí, queriendo huir ahora de mi amiga. Tamara volvió a fruncir el ceño.

—¿Qué dices? ¿Acabas de enfermarte en menos de un minuto? —me preguntó, tocando mi frente. Quise poner los ojos en blanco, pero, no era común en mí. Mucho menos la violencia, así que no podía zarandearla.

—Estoy bien, Tam —volvía a mentir. —Ahora..., necesito ir por unos apuntes de una clase... eh..., nos vemos —le dije, caminando rápidamente lejos de ella. Sabía que no me había creído, porque además de ser fatal en eso de ser fría con las personas..., era fatal mintiendo.

Vaya talentos

Continué caminando hacia mi casillero, ignorando las miradas que sentía. En la escuela no era normal..., vale, si que era normal los cotilleos y rumores, pero, no en plan peli de Disney. Era más relajado, pero..., eran cotilleos con los que no me sentía cómoda.

Tomé mis dos cuadernos necesarios para mis dos clases siguientes, acomodándolos en mi bolso. Al cerrar mi casillero, dio un brinco horrorizada.

—¡Alaska! —me quejé, al oírla reír. Ella continuaba riendo, secando las lágrimas que recién le resbalaban por sus mejillas. Resoplé, totalmente indignada. —¡No es gracioso!

—Lo es —murmuró, moviendo sus manos frente a su rostro. —En fin..., creo que no era la sorpresa que esperabas ¿A qué sí?

Entrecerré los ojos hacia ella, negando con la cabeza.