FOR YOU: Por tiempo indefinido ©

¨7: "Pareja del año"¨

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CAPITULO SIETE:

CLARA

La noticia no había tardado en ser confirmada por Collin y yo. Y suponía que cualquier otro entrometido.

El punto estaba en que nuevamente no había pasado mucho, y en realidad, ya éramos tendencia en la escuela. Había personas que habían creado una especie de combinación de nuestros nombres. Por otro lado, tenía a las chicas que me querían muerta por estar con Collin.

Pero, cambiemos a las personas que estaban alegres de nuestra relación. Con el puesto número uno estaba nada más y nada menos que: Alaska.

—Se ven tan bien juntos —murmuró Alaska, caminando frente a Collin y a mí. Collin solo sonrió, mientras revisaba su móvil. —Lo digo en serio... son como la pareja especial del año.

—No es para tanto —murmuré, notando las miradas de todos.

—Eso no lo piensan los demás —explicó Alaska, chasqueando la lengua. —Solo míralos... al pendiente de ustedes. ¿Qué piensas tu Collin?

Collin levantó la vista de su móvil, antes de sonreírle a mi amiga.

—No me importa lo que piensen los demás —murmuró. —Si a Clara le parece bien, a mí también.

—Eres literalmente el tipo de chico del que me gustaría enamorarme...

Collin se rio, negando con la cabeza.

—Claro...

—Hablo en serio, eres en pocas palabras perfecto. Atento, divertido, caballeroso...

—Ya encontrarás a alguien Alaska —le dije, con una sonrisa. Alaska soltó un bufido, antes de continuar caminando.

—Esperemos que sí, porque ahora parece que soy el mal tercio.

—No eres el mal tercio —la interrumpió Collin. —Puedes estar con nosotros todo el tiempo, y bueno, Clara y yo no la pasaremos todo el tiempo juntos. A veces entreno.

Alaska sonrió.

—¿Lo ves? Eres casi perfecto.

Seguimos caminando hasta llegar al salón de la próxima materia. Collin y Alaska entraron ya que compartían materia, a diferencia de mí que recibía en el salón próximo. Recorrí a todas las personas que estaban allí y noté a Sebastian. Alaska pareció notarlo porque puso lo ojos en blanco.

—Oh, esto esta peor —masculló Alaska, en voz baja. Tomó mi barbilla y la giró hacia la rubia que estaba sentada.

—¿Por qué? —le pregunté, con el ceño fruncido. Collin se había adelantado a dejar sus cuadernos y libros, mientras conversaba con un chico que no tenía ni idea de quién era.

—¡¿Cómo qué «por qué»?! —chilló, abriendo exageradamente los ojos. —¡Deberías saber que es la ex de Collin! ¡Quién no enloquecería con la ex de su novio!

—Ah, no tenía idea.

—¿Qué se supone que harás para marcar territorio? —me preguntó, sacudiéndome levemente del hombro. —¡Deberías besar a Collin!

—Alaska —le llamé, tirando de su brazo. —Esta relación no es real...

—¡¿Cómo no?! —chilló bajito. —Es lo más real que he visto en mi vida... ¡Si son la pareja del año!

—No lo somos —refunfuñé, negando con la cabeza. Alaska soltó una carcajada, viéndome con suavidad. La miré con mala cara.

—Clara, eres tan inocente —murmuró. —Obviamente sabes que las relaciones falsas, terminan volviéndose serias.