¨24: "Bellamente intimidante"¨

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CAPITULO VEINTICUATRO:


CLARA

Los intimidantes ojos azules de Cara estaban sobre Collin y yo. Y bueno, se sentía la presión de su poder..., aunque obviamente no tenía alguno... eso creía.

Salvo leer las mentes, pero, esperaba que no... por el bien de Collin y yo

—No puedo creer que hayan tenido sexo... —espetó, con los ojos entrecerrados. —Y ahora vengan aquí... como si fuese su estúpida hada madrina...

—¿Eso quiere decir que no nos ayudaras? —le pregunté, con una sonrisa tímida. Sus ojos se posaron en mí, aniquilándome lentamente. Soltó un suspiro, inhalando lentamente.

—Por supuesto, para eso estamos los sirvientes —masculló, cruzándose de brazos. Lo cierto era que Cara tenía todo el derecho de estar molesta, por múltiples razones... no es que fuera agradable interrumpir en su casa en medio de la madrugada. Y bueno, se sabía que mi mejor amiga no era para nada mañanera o madrugadora....

En mi defensa, era una emergencia... precisamente.

—¿Significa que me ayudas? —repetí, con un tono de suplica. Quizás no ayudaba mucho que fuese antipersonas, pero, yo era una excepción y... Collin venía en el paquete.

—Supongo, no hay de otra —respondió, con los ojos en blanco. —Pero, antes de que dejen sus huellas y gérmenes por todas partes. Una ducha, que hasta acá huelo su apareamiento.

Si, también odiaba los gérmenes que no fueran precisamente los suyos

—Cara, estoy muriendo de vergüenza —murmuré, en cuanto escuché la palabra con "a". Collin comenzó a reírse a mi lado, pero, se calló en cuanto Cara le vio.

—¿Crees que es gracioso? ¿eh? ¿de verdad? Porque justamente ahora estaría durmiendo pacíficamente en mi cómoda cama, ya que dentro de nada tengo trabajo, pero no, porque ¡Sorpresa! A mis amigos se les da por aparearse hasta perder la noción del tiempo y encima soy su única salvación.

Solté un suspiro, sonriéndole.

En cuanto comenzó a caminar protestando en voz baja, le dirigí una mirada a Collin. Se encogió de hombros, antes de rodearme los hombros con sus brazos. «Ya se le pasará» articuló, antes de besarme fugazmente. Vale, después de esto le debíamos la vida a Cara, considerando todo lo que habíamos hecho o estábamos haciendo. Nadie se tomaría de buena manera que llegaras a su casa cerca de las tres de la mañana, ya que es tu casa esta tu tía fisgona y no puede verte con la rasgada y llena de chupetones cuando solo quedan horas para tu graduación.

Dios, sonaba horrible

—¿No hay nadie en casa? ¿cierto? —le pregunté, en un susurro. Acercándome a ella, pero, simplemente negó con la cabeza, guiándonos en silencio por su casa. La culpa empezó a carcomerme lentamente al pensar en los problemas, pero, Collin nuevamente se encargó de distraerme. Me centré en no pensar en nada hasta la mañana siguiente, y aproveché la situación para husmear la casa de mi mejor amiga, que por cierto nadie conocía —hasta ahora— y bueno, mi curiosidad era enorme al igual que la de mi novio que abría y cerraba la boca al ver cosas realmente impactantes... como si no fuese rico. No sabía mucho de los padres de Cara, y menos a que se dedicaban, pero, parecían trabajos realmente importantes y de gran poder... eso creía. Aparté esos pensamientos considerando que esta sería mi primera —o nuestra— y última vez. Ya que nunca había tenido la valentía de visitarle con sus padres aquí, eso incluía arriesgarme a que me cerraran la puerta en la cara.

FOR YOU: Por tiempo indefinido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora