¨Epílogo Uno: "¿Futura esposa?"¨

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EPILOGO UNO: ¿FUTURA ESPOSA?

Un año después

14 de febrero

COLLIN

Tomé un sorbo de mi café, mientras llevaba un té y un croissant en la otra mano. Entrecerré los ojos buscando la mesa de dónde había venido, era un poco estresante ver la cantidad de personas alrededor de mí. No quería imaginarme a ...

—Joder, hay muchas personas —le dije llegando con Clara, haciendo una mueca. Clara resopló, viéndome con aburrimiento. Se veía espectacularmente bella, con las mejillas inflamadas. No era tan excesivas, pero, a mí me parecían de lo más adorable. Eso sí, no podía mencionar nada, si quería seguir con vida.

—Deja de verme así —se quejó, completamente seria. Me limité a quedarme en silencio, entregándole su bebida y el croissant que recientemente se le había antojado. Sin embargo, hizo una mueca de asco. —Creo que no me viene bien eso... ya no tengo ganas de comérmelo...

—Vale, supongo que va para mí —dije, quitándoselo de la mano. Clara me vio con una mueca de disgusto, con los ojos en blanco. Solté una carcajada al verla de nuevo enojada, de hecho, ahora parecía divertirme..., pero, había momentos donde... bueno, teníamos pequeñas guerras. Hice un pequeño asentimiento, con una sonrisa genuina. —No pasa nada, futura esposa.

Clara frunció los labios, viéndome fijamente mientras me comía el croissant lentamente. Me limpié las comisuras de los labios, levantando la vista hacia ella notando las lágrimas en sus ojos.

—Querida...

—Perdona si el viaje está resultando un desastre por mi culpa —murmuró, esnifando. Las lágrimas se deslizaban poco a poco por sus mejillas.  —No es mi intención...

—No es culpa de nadie, amor —la interrumpí, acercándome hasta ella. Le limpié las mejillas suavemente con los pulgares, antes de rodearle por los hombros y besarle el cabello. —Bueno, es culpa de Collin junior...

Eso la hizo reír.

—No se llamará así —me dijo, con una mueca. Volví a sonreír, besando sus labios fugazmente. —¿Te imaginas que salga igualito a ti? —preguntó, llevando su mano a su vientre. Coloqué mi mano sobre su pancita, acariciándola suavemente. —¿Te imaginas que salgo igualito a ti?

—Me gustaría más que se pareciera a ti, querida —le dije, riendo y guiñándole un ojo. Clara enrojeció, tratando de fingir que no pasaba nada. Sonreí burlonamente, pinchándole las mejillas sonrojadas y algo regordetas... ¿Mencioné que su deseo por mí había aumentado? Y estaba más que feliz por eso, no tenía por qué quejarme. De hecho, no era una queja en absoluto. —Tienes un bonito rostro.

—¿Qué tal si no se parece a ti? Quizás pueda parecerse a alguien más —murmuró, burlonamente. Hice una mueca, frunciendo los labios. Antes de pellizcarle por la cintura y pasar mi nariz por su cuello. —Ya, ya, ya... ¡vale! ¡Déjame!

—Qué pesada —me quejé, negando con la cabeza. —No hay quién te soporte...

—Pero, aquí estás —me dijo, con una sonrisa de suficiencia. —¿No es divertido qué los papeles cambien? Ahora yo soy la pesada y tu eres el aburrido.

—Si, debería parecerme divertido que mi novia diga que quizás no esté embarazada de mí...

—Ya, no seas llorón. Eres el único que me la...

FOR YOU: Por tiempo indefinido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora