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CAPITULO DIEZ:
COLLIN
Un beso.
Finalmente nos habíamos dado un beso, y estaba más que feliz por ello. Y el hecho de que Clara pudiera sentir un poco de celos..., me hacía reír sin parar.
Pero, ahora me ignoraba. Lo cual bajaba mi rango de la semana. Si antes estaba en la cima, bajé como espuma.
Una pena
Decidí que no diría nada para incomodarla, porque parecía querer huir siempre de mí. Como ahora, que estaba en asientos demasiados lejos del mío. O como hace unas horas en el descanso, donde se había ocultado para no comer conmigo. Incluso lo hacía de Alaska.
Algo estaba raro...
—¿Qué es lo que pasa con Clara y tú? —me preguntó Alaska, en un susurro. No me giré a verla, porque estaba prestando atención a la clase, pero, Alaska había estado pellizcándome por más de cinco minutos. —¿Por qué están actuando raro? ¿eh? ¿Ya se acostaron?
Empecé a toser exageradamente, llamando la atención de todos. El profesor me vio con mala cara, y una ceja enarcada.
—Perdón, estoy enfermo —mentí, aclarándome la garganta. Alaska soltó una risita, para después pellizcarme. El profesor soló me vio con mala cara, otra vez y continuó dando la clase. Alaska volvió a pellizcarme, pero, me limité a ignorarla.
—¡Collin! —chilló, bajito. —Debes decirme, porque Clara no me dice nada. Y sé que pasó algo entre ustedes... la tensión se siente.
—No pasó nada —murmuré, tratando de sonar convincente. Pero, es que si había pasado mucho... y estaba enloqueciendo internamente.
Me había besado.
Ella a mí.
Dio el paso.
Sus labios...
—¡Collin! —volvió a protestar Alaska, empujándome suavemente. Resoplé, a veces podía ser un tanto pesada... ¿Clara pensaba igual de mí?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el timbre anunciando el final de las clases. El fin de semana había estado aburrido sin una novia... y conforme pasaban los días... empezaba a preocuparme. No es que la semana estuviera por terminar..., bueno, en realidad sí. Era miércoles, y presentía que seguiríamos así si no teníamos una conversación. O no daba el paso de fingir nada de nerviosismo al estar cerca de ella... como si no la hubiera besado...
Como si no la hubiera pegado a la pared...
Como si no...
—¿Vendrás hoy al juego? —me preguntó Alaska, sobresaltándome. Cerré los ojos, mascullando en voz baja.
—Me has espantado...
—Ya, deja de llorar. ¿Entonces? ¿Vendrás? —volvió a preguntar. Fruncí el ceño, negando con la cabeza. —¿No?
—No sé de que me hablas —la corregí, encogiéndome de hombros. Caminé hasta mí auto, y esperé a que Alaska se subiera. Como Clara me evitaba, incluyendo a mi auto. Solo éramos Alaska y yo, pero, los días anteriores no estaba así de preguntona.
Y hablando de ella...
—¡¿No?! ¡¿Cómo que no?! —chilló, con total indignación. —¡Es el juego más importante de nosotras! ¡Es la competencia!
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FOR YOU: Por tiempo indefinido ©
RomancePrimer Libro. A veces fingir por mucho tiempo, se olvida. ▪︎(+18) ▪︎BORRADOR...