¨3: "Escena de crimen"¨

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CAPITULO TRES:


CLARA

Si había algo que no me gustaba de ser mujer.

Era tener el período.

A lo mejor estaba exagerando, pero, antes de que cualquiera me odiara..., y posiblemente me quisiera explicar con peras y manzanas lo maravilloso de ser mujer. No me agradaba, en nada. Y la principal razón era porque me causaba mucha inseguridad, aparte de que era un tema del que todavía era difícil hablar. Sobre todo, con los hombres

Pero..., era tan odioso que hubiese un «pero», Collin no estaba siendo molesto con eso. Y estaba enloqueciendo por ello, queriendo estar en cualquier otro sitio, menos este. Es decir, en el carro de Collin. ¿Por qué no estaba enloqueciendo? ¿Siquiera quejándose del período de las mujeres, como cualquier hombre? no, nada de eso. Todo lo contrario, estaba conduciendo con tranquilidad, sin entrometerse en la conversación que teníamos Alaska y yo.

-Oh, no... -se quejó Alaska, en voz baja. -Esto va mal..., muy mal. Clara esto ha pasado a un accidente mucho más grande..., necesito pasar a una farmacia.

Emití un gemido, enloqueciendo mentalmente.

-¿Ahora? -le pregunté, con el pánico creciendo en todo mi ser. -¿Cómo... ahora?

Alaska asintió con la cabeza, viendo hacia sus piernas.

-No..., no veas nada. No estamos muriendo, ni nada -le tranquilicé. Quizás podía decirse que exagerábamos, pero, a no ser que alguien estuviese pasando por algo similar y fuese mujer... la opinión no me importaba en este momento. -Vamos..., déjame hablar con Collin ¿vale?

-Vale, gracias -agradeció, nerviosa. Solté un suspiro, girándome para ver como Collin conducía sin percatarse de nada. Dios, ¿Cómo había pasado todo esto? No enloquezcas Clara, va todo bien...

Pasé una de mis piernas al asiento del copiloto tratando de no revelar nada, porque tenía una falda. E hice lo mismo con la otra pierna, Collin me veía de reojo, sin emitir ningún sonido. Sin embargo, mi visión captó una farmacia en medio del camino, solo faltaban unos metros.

-Oye... Collin -murmuré, viéndolo. Collin me vio de reojo con la ceja enarcada, y fue entonces donde detallé que tenía los cascos puestos. Hice una seña para que se los quitará, esperando pacientemente. Collin fue hábil en quitarse uno, viéndome fugazmente para luego ver la carretera.

-¿Qué sucede? -me preguntó. En este instante quise que leyera mis pensamientos para explicarle que era lo que necesitaba. No es que me apenara pedir toallas sanitarias, pero, el problema es que no eran para mí y no era mi período... De igual manera no se lo pediría a Collin, estoy muy segura

-Eh..., si..., necesito que... que te detengas en esa farmacia -le dije, señalando la enorme farmacia que empezaba a estar más cerca. Vi como Collin fruncía el ceño, asintiendo.

-Vale, ¿pasa algo?

-No, nada, solo necesito comprar unas cosas...

Collin no dijo nada más, y se estacionó frente a la farmacia. Se giró hacia mí, examinándome varias veces.

-¿Está todo bien...?

-¡No, estoy muriendo! -chilló Alaska. Collin se giró hacia ella con una mirada de horror, mientras examinaba cada parte de ella.

-¿Cómo que muriendo...? -tartamudeó Collin, girándose hacia mí. Alaska no paraba de quejarse, emitiendo gemidos dolorosos. Mientras Collin esperaba una respuesta mía.

FOR YOU: Por tiempo indefinido ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora