Prólogo

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Dicen por ahí que el primer amor nunca se olvida y Killua lo tenía sumamente claro. Desde que aceptó ser novio del chico que le gustaba en primaria su vida se había llenado de colores y alegrías, olvidando por completo las noches de desvelo por sus inseguridades.

El primer beso fue cuando entraron a secundaria, había sido un día lluvioso y Killua estaba nervioso porque tenía claro lo que iba a hacer. Llevaba un tiempo con ese chico y los abrazos y besos en la mejilla ya no le bastaban. Lo besaría bajo la lluvia cómo en las películas románticas... Y así fue.

Conoció al chico cuando tenía 10 años, venía de una isla muy lejana y por alguna extraña razón se fijó en Killua para ser amigos, se volvieron los mejores amigos en el mundo y prometieron no separarse jamás.

Cada día a su relación era mejor y el amor entre ellos no cesaba de crecer, realmente se querían. Por eso Killua no entendía por qué se sentía así.

La sonrisa de ese chico siempre le daba paz y sus ojos... Esos hermosos ojos lo embobaban por completo, pero ahora que sentía la respiración de ese chico en su nuca sólo podía desear una cosa, que fuera alguien más.

















Estragos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora