IV

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Su espalda dolía, pero no más que sus piernas dormidas. Gon se despertó en medio de la habitación con el cuerpo dormido de Fernanda encima. Habían tenido una intensa noche de Karaoke y de películas, así que se quedaron dormidos en el sofá. -Fer... Despierta.- La movió con cuidado haciendo que se quejara.

-¿Qué pasa...?- Se levantó y fregó sus somnolientos ojos para encontrar a su nuevo amigo mirándola con una sonrisa.

-Vamos a llegar tarde a clases Fer.-

-¿¡Qué!? ¡Y me lo dices con esa sonrisa!- La chica se levantó rápido mareandose en el intento y comenzó a vestirse para salir a sus clases. Gon imitó la acción y llegaron solo 30 minutos atrasados.

El día transcurrió con normalidad hasta que tocó la hora de almuerzo. Siempre se juntaba con Kurapika en el mismo árbol, pero esta vez quiso darle privacidad con su novio y llamó a su nueva amiga para comer con ella.

-Fer, ¿Dónde estás?-

-Acabo de salir de clases.-

-¿Quieres que almorcemos juntos?-

-Uhmmm, está bien.-

-Te veo en el pabellón de artes.-

-Okey, nos vemos.-

Colgó el teléfono y se dirigió al pabellón de artes con tranquilidad hasta que alguien lo tomó del hombro y lo giró hacía él, era Killua. -¿Y tú a dónde vas si se puede saber?-

-Buenos días Killua, así se saluda.-

El albino rodó los ojos y soltó el hombro del moreno. -Sabes que Kura nos espera en el árbol.-

-Ehhh, no voy a comer con ustedes hoy. Mi amiga me está esperando...- Intentó irse, pero Killua lo jaló de la mochila.

-Que amiga ni que nada, te vienes conmigo y me pagas el almuerzo.-

-Lo siento Killua, pero ella me está esperando.-

-Entonces la llamas y le dices que se van a juntar en otro lado, pero de que me pagas el almuerzo me lo pagas.-

Gon ya estaba perdiendo su paciencia, no quería ser grosero. -Ya te dije que voy a comer con ella, no con ustedes.-

-Sólo estás evadiendo tus responsabilidades.-

La mirada suave de Gon cambió a una seria. -Cuando digo que no es no. No voy a comer con ustedes hoy y punto. Kurapika no se va a enojar conmigo por eso. Ahh, y yo siempre cumplo con mis responsabilidades, quieres que pague tu almuerzo, pues toma.- Sacó de su bolso dinero y se lo pasó. -Ahora me haces el favor y me dejas de joder la existencia, amigo.-

Los ojos de Killua estaban abiertos de par en par, nunca nadie le había dicho que no. Por eso estaba acostumbrado a conseguir lo que quería.
Le sorprendió que Gon notara sus malas intenciones al pedirle el almuerzo y no pudo evitar sentirse avergonzado, se sintió diminuto frente al moreno.

Se sintió intimidado.

Cuando llegó con su novio le contó la experiencia recién vivida y el rubio se burló de él.

-Gon es muy amable y bondadoso, pero cuando lo enojas debes tener cuidado.- Kurapika suspiró. -Recuerdo que una vez pelee con él y me sentí tan pequeño... Quizás en ese momento me volví gay.- Soltó una pequeña risita. Vaya que lo ponía nervioso cuando se enojaba.

-Oye estoy presente.-

-Ya lo sé.-

-¿Quieres que me ponga celoso?-

-Claro que no tonto.-

En cierto punto Kurapika tenía razón. Él también se había puesto nervioso ante la mirada penetrante que le lanzó el moreno hace un par de minutos.

-Sí Gon fuera gay seguramente sería el dominante...- Habló pensativo Kurapika.

-¡No vuelvas a decir eso en mi presencia!-

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Las clases habían acabado y Gon no dejaba de pensar en Killua, quizás había sido un poco grosero. Así que decidió buscarlo para disculparse debidamente, ya que eran "amigos" hace poco tiempo, debía cuidar esa relación por el bien de Kurapika. Sabía que al rubio no le gustaría saber qué se llevaban mal. Se dirigió al cuarto de los chicos y tocó la puerta después de comprobar de que no había ningún ruido extraño de connotación sexual dentro de la habitación.

-Esta abierto amor pasa.- Era la voz del peliblanco.

-Uhmmm soy yo.-

Killua dejo caer la toalla con la que secaba su cabello al suelo al corroborar que ese no era Kurapika.
Gon pudo observar que el chico estaba desnudo de la parte de arriba y que tenía marcas de dientes y rasguños por todo el torso. Se sonrojó al ver las marcas que su amigo rubio había dejado en un cuerpo ajeno.

-¿Qué quieres?- Recogió la toalla que había tirado hace solo unos segundos.

-Quería perdirte perdón...- Agachó la cabeza. -Fui un poco grosero contig...-

-Naaah, no te preocupes. Yo fui el que fue a joder, todo bien.-

-¿Seguro?- Levantó la mirada y vió que el albino le sonreía.

-Seguro Gon, todo bien.-

Estaba seguro de que Killua estaba siendo sincero, por alguna razón sentía que podía leer através de sus ojos.

-Me alegra... Entonces me voy.- Rascó su cabeza y estaba dispuesto a irse cuando notó que Killua le quería decir algo.

-La próxima cena la pago yo.-

-Esta bien.- Le regaló una sonrisa y salió dejando a un albino hablando sólo.

Gon no sabía lo que le esperaba...

Estragos De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora