_Narra Anastasia_
Mi cuerpo se encuentra adolorido, no puedo mover ningún parte de mi cuerpo aunque yo quiera, trato de abrir mis ojos y al lograrlo me doy cuenta que estoy en una habitación diferente de la que me encontraba cuando ese hombre llegó.
Todavía recuerdo como me lastimó, mi cuerpo quería gritar que parara pero el medio que tengo que vaya hacer algo mucho peor, no me permitió quejarme, en medio de mis pensamientos la puerta de abre y la señora que dio la bienvenida a esta mansión se alegra al verme despierta.
-Niña que susto nos diste. - la señora habla en plural, lo que hizo que me preocupara, trato de levantarme aunque mi cuerpo se niega a obedecer.
-No te levantes. - buscó al dueño de la voz a un hombre alto en la puerta, mi cuerpo, mi cuerpo parece reconocerlo porque su voz y la mirada que tiene me causan escalofríos. -Rosa puedes traerle por favor algo para que desayune. - la señora obedece y sale de la habitación.
-¿Te duele? - sea cerca a la cama pero yo sigo sin poder verlo a los ojos, contestó de forma negativo con la cabeza. - Mirame y dime la verdad.
-Me duele tanto que mi cuerpo no me responde. - sus ojos están fijos en los míos, su rostro esta completamente serio, estoy segura que esta molesto.
-¿Porque no me lo dijiste? ¿Porque lo aceptas te sin quejarte? - el tono de su voz es fuerte mostrando lo molesto que se encuentra.
-¿Cree que las mujeres que son vendidas tienen el derecho de quejarse? - mi pregunta parece desconcertar lo a tal grado que bajo la mirada. - Por si no está enterado las mujeres que somos vendida no se les permite dar su opinión, ni quejarse, si queremos seguir vivas solo aceptamos en silencio. - con rostro muy preocupado él se acerca y se sienta en la cama y acaricia mi rostro.
Mi cuerpo la igual que es noche se puso en alerta al sentir su tacto y en mi mente solo me repetía una y otra vez que resistiera.
-¿Porque terminaste en una subasta? - su pregunta me afecto, responder a eso, es lo menos que quiero hacer.
-Eso es lo único que desearía olvidar en mi vida. - su caricia de detiene.
-¿Quieres decir que ese es un daño mayor del que yo te cause? - sus caricias continúan mientras él espera mi respuesta.
-Si una persona que no conoces te lastima físicamente, no te dolerá tanto comparado al daño que te puede causar la traición de un persona que lleva tu misma sangre. - una lágrima resbala por mi mejilla encontrándose con sus dedos que aún me acarician, de repente sus labios tocaron los míos en un suave beso es diferente del que me dio en esa noche.
Sus ojos permanecen en dirección a los míos mirándome muy fijamente, tenerlo tan cerca y en plena luz del día me hace ver su apariencia y no se puede negar su atractivo físico, ¡¡deja de pensar en esas cosas!!
-Quédate aquí hasta que te recuperes, quiero que comas los tres tiempo ¿Esta bien? - levanta una de sus cejas enfatizando sus palabras.
-Si señor.
-Me llamó Jared, no me respondas de esa manera, di mi nombre. - asiento muy entusiasmada porque ami tampoco me gustaba dar una respuesta tan denigrante. - Ahora vives aquí conmigo, puedes hacer lo que tu quieras en esta casa, no quiero que Rosa me diga que te en ciertas en tu habitación. - sus palabras no parecen concordar con la imagen que me había dado de él cuando estubo esta noche en mi habitación.
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Comprando un Ángel (Completa)
Romanceesta ya es la tercera vez que subo esta historia, si estoy molesta con Wattpad pero no por eso mis lectoras van a ser las perjudicadas, así que espero que le den mucho amor a este historia como lo hicieron desde la primera vez.