Una diversión embrujada

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Hoy es el día, mis amigos me invitaron a ir a una casa embrujada para festejar el Halloween. Como soy una miedosa, al inicio me negué, pero cuando me enteré de que Jin también iría, no me pude negar. Jin es el chico más lindo de mi clase y también el más popular. Desde aquel día hacen tres años que me ayudó con los libros y me sonrió, he estado enamorada. Sin embargo, soy tímida por lo que nunca le he hablado. Decidí ir a esta salida con la esperanza de pasar más tiempo juntos y quizás hablarle, pero ya me estoy arrepintiendo. Estamos en la fila para entrar a la casa embrujada y los gritos de la gente, me están poniendo nerviosa. Lo único que hago es mirar al suelo y jugar con mis manos. De pronto, siento una mano sobre mi hombro y alzo mi mirada para encontrarme a Jin.

-Eres Lía, ¿cierto?- No puede ser, Jin sabe mi nombre. Pues claro tonta, llevan estudiando juntos tres años. Por favor, acaba y responde para que dejes de parece una boba.

-Eh, s s si, soy Lía.- dije tartamudeando. Él sonrió y se pasó la mano por su cabello.

-¿Estás bien? Es que te noto algo preocupa.- Qué lindo, se está preocupando por mí.

-Sí, es que no me gustan las casas embrujadas.-

-Tranquila, ya verás que todo esto es mentira y no tienes nada que temer.-

-E es espero.-

De pronto, ya eramos los próximos a entrar. Cuando mis amigos y yo entramos, la puerta automáticamente se cerró y se escuchaba una risa a través de los alttavoces.

"Ha, ha, ha. Bienevenidos a este juego. Hace siete años aquí vivía un hombre llamado Luke y un día enloqueció y mató a su familia. Se dice que todavía su espíritu y los de sus víctimas rondan por la casa en busca  de nuevas almas para su colección. Encuentren la llave oculta en la casa y podrán salir. Pero recuerden que hay muchos peligros que les esperan. Muajaja."

Y de pronto, las luces se apagaron. ¿Quién dijo que podía estar aquí? Quiero irme ya. Las luces se encendieron y estoy sola. No puedo creer como todos me abandonaron. Intento salir por donde mismo entré, pero la puerta está sellada con seguro. Dios por qué no me quedé en mi casa y accedí a esta locura. Decido que lo mejor será buscar la llave si no quiero estar aquí. Comienzo a adentrarme en la casa y cuando entro a uno de los pasillos, las luces comienzan a prender y apagar. Y cuando me fijo hay unas personas que vienen en mi dirección, intento irme por donde vine, pero también vienen personas de ese lado. Estoy en el medio del pasillo y estoy a punto de entrar en pánico. Entonces, escucho como se comienza a reír  y a golpear las paredes con los bates que tenían en las manos. Las luces se vuelven a apagar y entonces siento que alguien me hala por la mano. Estoy a punto de gritar, pero alguien cubre mi boca con su mano. Lo único que sé es que estoy con la espalda contra la puerta y siento el cuerpo de otra persona contra el mío. Sé que debo abrir mis ojos, pero tengo mucho miedo.

-Lía, puedes abrir los ojos, soy Jin.- ¿Jin? Poco a poco fui abriendo los ojos y ahí estaba él. Me estaba mirando y yo no podía  evitar perderme en sus ojos. Así estuvimos por varios segundos con la mirada fija en el otro. El aire se sentía tenso, pero ninguno se atrevía a hablar hasta que Jin se dio cuenta que aún tenía su mano en mi boca. Lentamente sacó su mano de mi boca y también soltó el brazo que estaba aguantando y dio unos  pasos hacia atrás. Ahora había espacio entre nosotros y podía pensar con mayor claridad.

-Lo siento, no quería asustarte.- dijo con amabilidad

-No te preocupes, la casa ya está haciendo ese trabajo.-

-Si, lo vi. Si quieres quedémonos juntos y encontremos las llave. Tengo entendido que la llave está en la habitación al final del pasillo, según las pistas que encontré. Sin embargo, tenemos que pasar a estas personas. ¿Confías en mí?- Simplemente asentí y entonces él extendió su mano. Timidamente coloque mi mano encima de la de él. Jin entrelazó nuestros dedos y me dio un suave apretón antes de abrir la puerta. Las luces seguían parpadeando y las personas seguían ahí. Comenzamos a avanzar hacia la habitación, pero no podía con la gente así que enterré mi cabeza en su pecho para no verlos. Él simplemente pasó uno de sus brazos por mi espalda baja y con el otro fue dando suaves roces en el pelo. Mientras tanto él seguía caminando hasta que sentí una puerta contra mi espalda. Entramos y ahí estaba la llave, él la cogió y  esa risa volvió.

"Veo que han encontrado la llave, ahora veremos si logran escapar. Ha ha ha."

Entonces, él me pidió que cerrara los ojos, me agarró de la mano y comenzamos a correr hasta la puerta principal.

Una vez logramos salir, sentí el roce de sus labios en mi oído.

-Muy bien hecho, preciosa. Lo lograste.-

Pude sentir como un escalofrío recorría mi espalda y cuando lo volvía a ver, sus ojos brillaban y su sonrisa era igual de enorme que las mariposas en mi estómago y entonces nuestros amigos llegaron.

One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora