Siete

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Desde que anunciamos nuestro descanso, he sido de los pocos miembros que ha hecho algo. A tan solo días de la gran noticia que sin duda alguna trajo muchos malos entendidos, Jungkook decidió acallar los rumores y distraer a todos con el lanzamiento de su nueva canción. Creo que muchas armys quizás lo vieron venir porque no es secreto que desde aquella premiación se ha vuelto muy amigo de Charlie Puth.  Sin embargo, no estuvo solo porque Taehyung y Namjoon con sus viajes han tenido al fandom muy ocupado. Empiezo a pensar que nosotros no sabemos lo que es la definición de descanso porque estamos más activos que antes o al menos ellos. Yo pues me he quedado en casa y de vez en cuando salgo con alguno de mis amigos a tomar unas copas y conversar. Así mismo con el tiempo que he tenido libre, he aprovechado a conocer a mi sobrino que ya bastante grande que está. Sun está a punto de cumplir sus primeros 100 días de vida y estoy más que feliz por eso, ha traído mucha felicidad a nuestra familia y no voy a negar que me he estado comportando como tío consentido y quiero darle todo a ese bebé. ¿Pues qué de bueno tiene tener dinero si no lo voy a gastar en mi sobrino hermoso? Aparte de todo eso, el resto del tiempo me lo he pasado en mi apartamento descansando, jugando videojuegos o viendo televisión. La verdad es que he estado un poco aburrido y en parte la culpa la tiene Nam por haberse ido de vacaciones sin mí. No sé que hacer, siempre que he  estado trabajando todo lo he pensado y planificado, pero ahora me urge hacer algo espontáneo. Quiero hacer algo alocado y sin pensar, que la gente lo vea y no pueda creer que lo hice yo. Todos mis veintes me los pasé siendo responsable y cauteloso, pero quiero que estos treinta digan otra historia de mi. Quiero mirar al pasado y decir que viví  mis 30 como si fuera el último día y que me atreví a hacer todo lo que quería. Con eso en mente encendí la computadora y  fui a la página de la agencia de vuelos. Seleccioné el vuelo más cercano para ir a Jeju y compré  dos boletos sin siquiera pensarlo. Si me detenía aunque fuese por un segundo a pensar lo que estaba haciendo, estoy seguro que me hubiese arrepentido. Una vez terminé la compra de los boletos, escuché que la puerta  del apartamento se abrió y un sonriente Namjoon entró por ahí.

-Buenos días.- dijo mientras me ofrecía el café que me trajo.

-Nos vamos a Jeju en cinco horas.-le dije, a lo que su rostro sonriente cambió a uno de confusión. Sé que lo que hago no tiene sentido,  pero solo por hoy quiero viajar sin tener nada planificado y dejarme fluir como el viento. A eso de la una de la tarde tomamos el vuelo y en menos nada ya estábamos en la isla. Durante la espera, Nam se encargó de separar nuestro alojamiento. A veces esto es lo más que me gusta de esta relación que él no pregunta cuando decido hacer cosas así y solo me sigue la corriente. Sé que él ama viajar y en parte es la razón por la que no se quejó, pero también sé que le gusta que haga cosas así de inesperadas. A pesar de ser dos años menor y de ser el líder de nuestra banda, él muchas veces se ha dado el lujo de fluir con el viento y poder relajarse. Siempre me dice: Seokjin debes vivir más, por eso creo que apoyó esta decisión. Llegamos al hotel y dejamos nuestras maletas en la habitación; moría por ver el mar y  había encontrado un lugar muy bonito cuando íbamos en dirección al hotel y no estaba muy lejos. Era una bendición que no estuviese lejos porque Nam no tenía su licencia de conducir y a mí no me apetecía rentar el auto para un solo día. Así que comenzamos a caminar hacia el área que había visto, según el Internet era un área muy  conocida por donde pasaba la gente, pero hoy no había nadie. Es un alivio que  no estuviese concurrido ya que los dos podíamos disfrutar del lugar sin la presión de que nos estuviesen mirando. Me detuve en el medio del puente y me acerqué a la barandilla. Cerré mis ojos y tomé un poco de aire para luego exhalar.

-Esto era lo que necesitaba. Necesitaba estas vacaciones y sentir que soy yo mismo de nuevo.-

-Lo sé.- dijo Nam, quien estaba a mi lado.

-Sabes, hoy sentí que no había hecho nada en esta semana y por eso pensé que debería hacer este viaje y sin pensarlo nos compré los boletos.- le dije a Nam. Él se volteó, me miró y me movió unos mechones de cabello que por el viento se habían puesto sobre mis ojos.

-Siempre te digo que vivas un poco más, pero no te debes presionar. Si descansar y no hacer nada es lo que te gusta, sabes que te apoyo de igual forma y lo que siento no va a cambiar.-

-Lo sé, lo sé, pero no dejo de pensar en que tan solo por hoy, quiero hacer cosas impredecibles.-

-¿Todavía quieres hacer algo más? ¿El viaje no era solo lo que querías hacer?-

-No, en realidad llevo un buen tiempo reuniendo el valor para hacer esto. Ya tu, JK y Hobi enseñaron sus tatuajes, así que quiero hacer lo mismo.-

-Pero, te lo hiciste en un lugar que es más difícil de mostrar que el nuestro. Nadie te culparía por no enseñarlo, hasta creo que las armys entienden que eso no pasará.- me dijo Nam.

-Lo sé, pero quiero hacerlo, al menos por mí. Quiero ver de lo que puedo ser capaz y una foto de mi espalda no le hará daño a nadie.- le dije antes de coger los bordes de la camiseta y proceder a quitármela. Él se quedó mirándome todo el rato como si no pudiese creer lo que estaba haciendo. Entonces, le di mi celular y le dije que me tomara la foto desde lejos, quería que en el fondo se viese el mar. Él hizo lo que le dije y se puso a mi espalda dando un poco de espacio entre los dos. Cuando terminó, se acercó a mí y me dio el teléfono para que pudiese ver la foto que me había tomado, había quedado genial y estaba lista para subirla a mi cuenta. Mientras miraba el celular, Nam pasó su mano por mi cintura y se detuvo justo en el área donde estaba el tatuaje. Con uno de sus dedos comezó a recorrer el tatuaje en forma de siete que me había hecho como prueba de la amistad que nos teníamos todos en la banda y el lazo que nos unía.

-¿Te he dicho que ese es mi lugar favorito?- me preguntó un tanto coqueto, yo solo asentí. Era imposible no deducirlo si desde que me hice el tatuaje no ha dejado de recorrerlo con sus dedos.

-A veces juro que te lo hiciste en el costado porque ahí suelo descansar mi mano siempre.- me dijo Nam. Desde el día que llegué con el tatuaje ha estado preguntándoselo, pero nunca le he respondido. La verdad es que ni yo mismo sé la respuesta, quizás si o quizás no.

-Tal vez en tus sueños.- le dije coquetamente antes de volver a ponerme la camisa. 

One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora