Silencioso

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Desde hace días no puedo evitar sentir que alguien me está observando. Me pasa cuando estoy en el trabajo, haciendo las compras o simplemente cuando estoy en mi casa viendo la televisión. Es como si hubiese una presencia cerca de mi, pero cada vez que miro, a mi alrededor, estoy sola. Le he contado esto a mis amigas y creen que estoy loca.

-Vamos, Valeria. Te lo estás inventando.- dice  Anna, una de mis amigas.

-Les juro que no. Incluso, ahora, siento que me están mirando.-

-Pues, obvio que si. El chico guapo del equipo de tecnología no te ha quitado el ojo en un rato.- me dice Alicia y yo me viro para comprobar lo que dice. Mis ojos se encuentran con unos ojos color café y, por cortesía, le sonrío para luego virarme.

-Uhhh, alguien va a tener una cita pronto.- dice Anna un poco emocionada.

-Cállate. Ni siquiera sé su nombre.- le digo mientras la golpeo en el hombro.

-Amiga, ¿cómo que no conoces a Damien?- me dice Alicia, a lo que yo niego con la cabeza.

-Valeria, él es el hombre más cotizado de la empresa. Entró hace unas semanas y todas quieren con él. Al parecer es graduado del MIT y con buenas recomendaciones. Aunque algunos dicen que oculta algo y que puede ser un hacker, pero con esa apariencia lo dudo.- Yo solo asentí.

-Ay, Valeria. Tienes que aprender a vivir. Si un chico así de lindo se te lanza, tú atrápalo y ya está.- me dice Anna y puedo notar algo de envidia en su tono.

-Anna, no todas somos como tú y nos lanzamos al primero que nos habla.- le respondí y me levanté para irme. Sé que es mi amiga, pero siempre me irrita que me trate como una estúpida. Para ella todas tenemos que ser unas lanzadas y acostarnos con todos los hombres que se nos aparezcan.

Después del almuerzo no volví a ver a Anna y Alicia. Sé que lo hice mal al contestarle así a Anna, pero ya me cansa que se burle todo el tiempo de mi estilo de vida. Además, he estado irritable estos últimos días. Quizás la llame más tarde y me disculpe. Por ahora, cerraré la computadora y me iré a mi casa. Soy la última en salir de la oficina o eso pensaba hasta que llegó elevador y ahí estaba ese chico, Damien. Entré y las puertas se cerraron. No dije nada y él tampoco habló, por lo que el camino hasta el primer piso fue un silencio incómodo, pero podía sentir sus ojos encima de mí. Cuando las puertas del elevador se abrieron, salí disparada hacia la salida del edificio. Estoy buscando mi auto cuando de nuevo siento esa presencia extraña cerca de mi. Comienzo a aumentar el paso y a sacar mis llaves. Me comienzo a desesperar cuando siento que está más cerca de mí y las llaves se me caen.

-Maldita sea.- maldigo por lo bajo mientras intento coger mis llaves para poder largarme de aquí. Entonces, siento una mano en mi hombro y brinco del susto. Cuando me viro, el que está detrás de mi es Damien. ¿Qué diablos hace aquí? ¿Me siguió? 

-Lo siento, no quería asustarte.-dijo y se notaba, ¿sincero? La verdad es que no sé, pero tenerlo cerca me ponía los pelos de punta y no en el buen sentido. Yo no dije nada, por lo que él prosiguió.

-No te haré daño. Trabajo contigo.-dijo mientras señalaba el edificio.

-Soy Damien, el nuevo del equipo de tecnología.- prosiguió y yo seguía sin responder. No me había movido porque sé que hubiese sido descortés y no tenía motivos para serlo.

-Lo siento, se te cayó esto cuando salias del elevador.- me dijo mientras me entregaba mi identificación del trabajo. 

-Gracias.- le respondí mientras cogía mi identificación. Me despedí y me dirigí al auto. Me apresuré a entrar para poder irme de aquí, cuando unos toques en el cristal me hicieron sobresaltarme. Bajé la ventana del auto y ahí estaba él. Enserio, ¿qué quería?

One ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora