One Shot

Una última oportunidad

Inspirado en la canción Dream de Jae Youn. Se encuentra en la galería.

Cuenta la leyenda que en un castillo abandonado vive un rey inmortal que se ha aislado del mundo. Muchas versiones se han dado sobre la razón de su inmortalidad, pero solo una ha sido la más popular de todas. Se dice que en sus tiempos era un rey amable y justo, al que todos querían. Tanto era así que hasta las mujeres hacían fila para estar con él, sin embargo, él no le hacía caso a ninguna. Un día, llegó esta dama extranjera que con sus ojos como el jade, logró cautivar a todo aquel que la viese. El rey no fue la excepción y muy pronto se vio enamorado de esta desconocida. Sin embargo, este no era el único que la deseaba, su medio hermano también se había enamorado y resentía mucho al rey. Él deseaba toda la atención que el rey tenía y pensaba que si no podía tener eso, al menos la tendría a ella, pero no fue así. Ella se había enamorado perdidamente del rey y muy pronto el anuncio de un compromiso se hizo público. Esto enfureció al medio hermano y estaba ansiando vengarse por haber sido obligado a vivir en las sombras.

Así que una noche mientras bebía hasta la inconciencia, un hombre extraño con una capucha, se le acercó al príncipe.

-¿Estás buscando venganza?- le preguntó el hombre. El joven estaba un poco ebrio, pero no evitó que mirara con suspicacia al hombre de la capucha.

-Qué te importa viejo.- respondió de manera violenta el joven.

-Te puedo dar todo eso que deseas: la gloria y el poder.- Esa respuesta del extraño, hizo que el príncipe se sintiese intrigado.

-¿Enserio me puedes dar eso?-

-Claro, pero deberás pagar un precio muy alto.-

-De eso no se preocupe, tengo todo el oro del mundo.- Y acto seguido le presentó dos bolsas de monedas de oro  al extraño. El extraño las abrió para revisar su contenido y luego las guardó bajo su túnica.

-Puede irse que en la mañana podrá ver los resultados.-

-Solo asegúrese de que mi hermano sea el que pierda.- respondió el príncipe antes de seguir su camino.

A la mañana siguiente, los gritos despertaron al príncipe, el cual salió corriendo en dirección a la habitación real. Allí encontró a su hermano llorando sobre lo que parecía ser el cuerpo de alguien. Desde lejos no se podía vislumbrar quien era, pero cuando se acercó, la vio. Era Rosalina, su amada. No lo podía creer, ¿qué había pasado? Ella estaba bien el día anterior, ¿por qué había muerto? Entonces, un susurro lejano le llegó al oído: "Asegúrate de que mi hermano sufra". No había podido ser su deseo quien causase eso, no podría haber sido él quien la matara, pero muy pronto obtuvo la respuesta. Con la muerte de Rosalina, el rey se sumió en una gran depresión que estaba arrastrando al reino con él. En busca de la salvación, el pueblo acudió al príncipe para que asumiese el control del reino y los salvase. En ese momento, supo que su deseo se había hecho realidad y toda la atención era para él. Sin embargo, con cada día que pasaba al mando del reino, podía sentir como la vida se le escapaba. No entendía lo que le sucedía y se ponía ansioso porque podía sentir que estaba muriendo. Lleno de furia, mandó a sus guardias a buscar al hombre de la capucha. Este apareció con un relámpago en el medio de la sala del trono, revelando su verdadera identidad. Él era el dios truquero y había convencido al príncipe con engaños.

-Me prometiste la gloria y el éxito, pero apenas los tengo y siento que estoy muriendo.-gritó con furia el príncipe, ahora rey.

-Su majestad, yo le dije que tenía un alto precio.-respondió el dios.

-Yo le di el pago de dos bolsas de monedas de oro y usted las aceptó.-

-Sí, pero eso era solo el inicio, el verdadero pago era su alma. Tan pronto obtuviera el trono, día a día estaría muriendo.-