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Luego de la salida de Angels & Demons, podría decir que SeungMin volvió a la vida.

O algo así.

Seguía distante, no hacía sus comentarios sarcásticos a cada rato ni le preguntaba por HyunJin. Lo cual le preocupaba, bastante.

No le ha hablado de esa noche con Felix, y según su ¿Pareja? el mismo también había estado raro un par de días.

Aunque sea agradecía que le saludaba o hablaban de vez en cuando.

Entonces, SeungMin concentrado en su laptop y el viéndolo desde su cama, llamaron a la puerta.

Por supuesto, era HyunJin. Le saludó con un beso y se cruzó de brazos, las mañanas eran algo frescas en París.

—Buenos días —saludó, contento de verle.

—Hey, sólo pasaba a verte antes de trabajar. Tengo muchas cosas por hacer —puchereó.

Alzó sus cejas, sorprendido. —¿Ya tienes listo el álbum?

—No, no, pero pronto lo estará —sonrió. —Por cierto... YeJi vendrá hoy.

Dijo aquello luciendo algo nervioso, y con una clara voz cargada de emoción.

Le aterraba, pero su corazón se sentía tan cálido, estaba feliz por él, y eso, era muy buena señal.

¿Se estaba enamorando? Tal vez...

—Estoy orgulloso de ti- —alcanzó a decir que su sonrisa reveladora, antes de que HyunJin se acercara y lo abrace.

Era un niño, quería cuidarlo.

—Ya, ya —palmeó su espalda, sintiendo cada músculo perfectamente marcado, provocando una pizca de adrenalina por todo su cuerpo.

Volvieron a besarse, como despedida y al HyunJin voltear para abandonar el pasillo, JeongIn tomó su brazo.

Harto de hacerse la cabeza.

—¿Puedo preguntarte algo antes?

—Claro que sí.

—¿Felix no ha vuelto a hablar de... Esa noche?

Negó. —Pero ya es Felix de nuevo.

—Pues SeungMin algo así —suspiró. —No entiendo qué le pasa.

—Dale tiempo, eres su mejor amigo, te dirá pronto —sobó el costado de sus brazos.

—Sí, tienes razón —apoyó su frente en el pecho de HyunJin por unos segundos. —Ahora ve, trabaja.

Entre risas, el mayor hizo caso y finalmente se alejó.

Volvió a su habitación, ya dispuesto a preparar sus cosas para la práctica de ese día y listo para ultimar detalles.

La competencia era ese sábado y los nervios le llegaban de a poco.

—¿Ya te vas? —preguntó SeungMin, volteando a verlo.

—Casi, aún debo desayunar. ¿Vienes conmigo?

Tras quedar en silencio por unos segundos, el joven asintió y juntos bajaron hasta el desayunador del hotel.

Hasta no tener todo ya en la mesa, y estar sentados uno frente al otro, no habían intercambiado ni una sola palabra.

JeongIn sentía esa maldita incomodidad que le dejaba pensando todo el día, ¿Qué demonios había pasado esa noche? Su mejor amigo se caracterizaba por ser estrictamente duro, frío y para nada dramático.

𝑾𝑨𝑺𝑻𝑬 ─hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora