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—Sólo quería tener tu permiso para hacerlo —habló JeongIn, caminando por los pasillos de su empresa, justo luego terminar una práctica.

—Tú puedes hacer lo que quieras —respondió HyunJin del otro lado, cerrando la puerta del estudio ante tanto ruido de batería y bajo. —Creo que es una buena idea, para calmar todo.

—Pues sí, pero te involucra, por eso quise llamarte —buscó un asiento y lo tomó. —De verdad espero que funcione.

—Así son las fans, JeongIn, y la prensa. Quieren saberlo todo, pero con tal de dar muy pocos detalles y demostrar que en serio seremos reservados, poco a poco dejarán de insistir.

—Eso espero —suspiró. —Pero dejemos el tema, ¿Tú cómo estás?

—Mejor que nunca, pero extrañándote.

Sonrió con sólo haber escuchado eso, entonces cruzó sus piernas y mordió su labio inferior.

—Yo a ti; lo bueno, es que Seung saldrá con Felix este sábado, supongo que estarás libre también.

—¿Sábado? Oh, sí, Felix lo invitó a- Espera, sí, tienes que venir conmigo.

—¿Yo? ¿A dónde? —preguntó divertido.

—A la listening party de Downfall, lo olvidé por completo. ¿Quieres?

—Nada me haría más feliz —seguía sonriendo ampliamente, hasta que pudo ver a lo lejos, Chris viendo para todos lados hasta conectar con él y saludar, para pronto acercarse.

—Podremos despejarnos y pasarla bien, lo juro, lindo.

—Sí, déjame llamarte más tarde Hyun. Adiós, te amo.

Guardó el teléfono en su bolso, el cual se lo llevó al hombro y rezó a todos los dioses posibles, tener la paciencia para soportar cualquier cosa.

Y las palabras para mandar a volar a Chan.

—JeongIn —sonrió.

—Hola —intentó devolverle la sonrisa, pero de verdad no pudo. —¿Ocurre algo? Tengo cosas por hacer.

Negó. —Nada en especial, sólo venía nuevamente a seguir viendo la situación de 3RACHA.

—¿Aún no ceden?

—No es que no cedan, JiSung y ChangBin sí están algo dispuestos, pero la disquera ya no quiere líos.

Rió. —A ver si así aprendes. Adiós, Chan.

El australiano abrió su boca para intentar frenar a JeongIn, pero ChangBin apretó su hombro, llamando su atención.

—Ya, Chris, es suficiente.

YoungJae conducía tranquilo, sin poder evitar ver la mirada tan perdida que tenía JeongIn, por el espejo retrovisor.

Tenía muy en cuenta todo lo que el mundo ya sabía, pero era imposible siquiera saber, lo que ocurría y pasaba por la mente de su primo.

Y le conocía. Era frágil.

—Tú tienes algo atorado ahí —le ayudó con su bolso, una vez dentro de su apartamento. —Y no me gusta cuando te guardas cosas.

—Hay veces que es mejor no decirlas —suspiró y caminó hasta la cocina, dispuesto a ahogar sus penas con café.

—¿Y te ha funcionado?

𝑾𝑨𝑺𝑻𝑬 ─hyuninDonde viven las historias. Descúbrelo ahora