𝑾𝑨𝑺𝑻𝑬 ─hyunin

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Su Spotify Wrapped del año, seguramente tendría a Hangover Cure en el primer lugar de todo, todo, y todo.

No podía tener suficiente de esa canción, pues además de ser realmente buena... Claramente tenía un valor sentimental.

Y agradecía que tenían algo de tiempo libre, para pasarla juntos.

—Es que no quiero lucir así para esos videos —decía HyunJin, en una videoconferencia con el resto de sus amigos.

—Cambia tu tinte —propuso, desde la cocina.

—¡Esa es una magnífica idea! —comentó MinHo.

—Sí, HyunJin, suena bien. Deberías intentarlo —apoyó ChangBin.

—Bien... Digamos, ¿Y qué color?

—Rubio.

—Estás demente.

—¡Sí, sí, HyunJin rubio!

—¡Cállate, MinHo!

—¿Se te ocurre algo mejor? —volteó a verlo divertido, sabiendo que tenía razón.

Bufando, Hwang cortó la llamada con sus amigos y permaneció en ese contacto visual con su novio.

Jamás había tocado su cabello, exceptuando cortes o hidrataciones para mantenerlo perfecto.

—Será superficial, tonto, puedo hacerlo yo mismo, si quieres —caminó hasta él. —¿Te da miedo una tintura?

—No es eso, sólo- ¿Y si me queda horrible?

—HyunJin —tomó asiento en sus piernas. —Nada te queda horrible.

—No lo sé.

—Por favor —rogó. —Inténtalo.

Necesitaba esconderse de la mirada de JeongIn, tan bonito, que haría cualquier cosa por él.

Y sí que lo haría. Por su álbum también.

•

—No puedo creer que seas tan bobo —bufó JeongIn, cruzado de brazos, frente a la puerta de la casa de sus padres.

—Pues lo siento, no iba a arruinarme la cabeza teniendo que conocer a tus padres.

—¡No te la ibas a arrui-! Papá, hola —sonrió, tomando la mano de su novio, suave.

Mark recibió a su hijo con un cálido abrazo, y se contuvo al ver a HyunJin. Pues lo admitía, era fan suyo.

Estrechó su mano, sonriente y los invitó a pasar.

—JeongIn nos ha hablado tanto de ti —decía. —Ya ansiabamos conocerte, HyunJin.

—Oh, igualmente, de verdad —tragó pesado, al ver a otro hombre acercarse.

—Él es Jackson —murmuró el menor a su lado, apretando su agarre. —Es lo que tanto querías, papá.

—No comiences —rió. —HyunJin, un placer.

—El placer es mío —aceptó el apretón.

Ambos se veían muy amables, serviciales y buenos. Tal cual JeongIn le había descrito en una de sus llamadas.

Le ponía contento que su novio haya tenido, y aún tiene, un buen ambiente familiar.

Mark se acercó a él algo tímido, y a escondida de los otros dos, quienes parecían molestarse mucho; le firmó un autógrafo.