𝟔 - 𝐔𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐧̃𝐚𝐧𝐚 𝐢𝐧𝐮𝐬𝐮𝐚𝐥

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Todavía era temprano en la mañana cuando la cabra se levantó y caminó por los pasillos del palacio. En su camino, pasó por la habitación de Shen. Con cuidado, miró por la puerta. Shen yacía pacíficamente en su cama y junto a su cuello yacía la pequeña Shenmi. La adivina sonrió y se retiró con una sonrisa.

No pasó mucho tiempo antes de que la niña pavo real se despertara, después de haberse estirado y bostezado un par de veces, su mirada se posó en los pies libres de Shen que se asomaban por debajo de la manta. Ella se rió y se arrastró hacia ellos. Una vez allí, pasó sus deditos de plumas por las plantas de los pies.

De repente, Shen hizo una mueca y se sentó de un tirón. Aún no estaba completamente despierto, pero de inmediato se dio cuenta de quién lo había despertado.

-¡Shenmi! Sabes que no quiero que me hagan cosquillas.

-Mamá a menudo hace eso contigo.

-Es algo completamente diferente con ella.

-¿Cómo es eso?

Eso hizo que Shen fuera difícil de explicar.

-Bueno, para mí, ella es ... algo muy especial, con nosotros a menudo funciona de manera diferente ...

Con eso, el pavo real blanco la levantó y la dejó en el suelo. Shenmi ya estaba bastante despierto y saltó a diferencia de Shen. Tan pronto como la chica estuvo afuera, volvió a cubrirse la cabeza con la manta.

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-Padre, te ves muy cansado.

Shen dejó de bostezar cuando Xia señaló esto, el gobernante se detuvo cuando vio que todos lo miraban.

Estaban sentados a la mesa del desayuno y era incomprensible para cualquiera que Shen fuera el único que parecía muy agotado.

-Oh, no es nada - dijo con un gesto de negativa - Solo el cambio de aire.

Xia no estaba tan convencida y parecía ser la única en la mesa que estaba particularmente preocupada, pero Shen simplemente le sonrió.

-Todo está bien - la tranquilizó y miró a Fantao.

-¡Fantao! ¡Deja de jugar con los palitos de arroz!

Fantao había agarrado todos los palillos y los había amontonado en una torreta.

-¡Jian! ¡Guarda tu instrumento musical!

-¡Shenmi, no derrames sopa en tu camisa!

Shenmi, que estaba sentada junto a su padre, manchó accidentalmente su vestido con una mancha de sopa.

-Lo haré, padre - se ofreció Xia y tomó una toalla para frotar la mancha de sopa.

Sheng se aclaró la garganta - Entonces, ¿qué vamos a hacer hoy?

Shen se alegró de haber cambiado de tema - Hoy harás tu entrenamiento matutino.

-¿Por qué nunca participas? - Preguntó Zedong.

-Porque el entrenamiento es importante para ti, no necesito más lecciones.

-Pero también podrías entrenar con nosotros - instó Zedong.

Ahora fue Shen, quien se aclaró la garganta - Será mejor que sigas a los maestros, solo haz lo que te digan.

Shenmi lo miró inquisitivamente - El Maestro Buey siempre me dice, 'Shenmi, hagas lo que hagas, no te vuelvas como tu padre'.

Las manos de Shen se apretaron - Entonces, ¿él dice eso? - Pero mantuvo su sonrisa discreta en su pico. Si estaba enojado, Shenmi no debería verlo, porque entonces se volvería a sentir culpable

𝐄𝐥 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐡𝐨𝐧𝐨𝐫 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora