𝐄𝐥 𝐮́𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨 𝐡𝐨𝐧𝐨𝐫

𝟐-𝐄𝐧𝐭𝐫𝐞𝐧𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐊𝐮𝐧𝐠 𝐅𝐮 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐧𝐢𝐧̃𝐨𝐬

Actualidad, Ciudad de Gongmen

El sol hacía mucho que había abandonado el horizonte y se elevaba con orgullo sobre la ciudad de Gongmen. Ya había mucha actividad en las calles esa mañana, las obras de construcción del palacio estaban casi terminadas, solo se hacían todavía algunas artesanías finas aquí y allá. E incluso tan silenciosamente que no molestaba a nadie, incluso el suave martilleo no pudo despertar a cierta persona en el quinto piso. Pero cuando uno de los artesanos golpeó más fuerte de lo deseado, la figura comenzó a moverse en la cama. El pavo real blanco se enderezó, cansado y bostezando, su ala palpó automáticamente a la derecha. Pero el lado de la cama junto a él estaba vacío. Con un profundo suspiro, Lord Shen se dejó caer sobre la almohada y miró hacia el techo. La habitación estaba pintada exactamente como la conocía cuando era niño, era extraño que lo hubiera extrañado tanto. Nunca quiso despertar la nostalgia en su interior, pero sucedió de vez en cuando.

Después de un rato de profunda reflexión, se levantó de la cama, se puso su bata plateada y bajó las escaleras del palacio hasta el primer piso, donde llegó a la cocina.

Ya lo esperaban allí.

-Mira eso ¿Quién se arrastró fuera de la cama?

Shen se frotó la cara mientras la adivina lo saludaba con tanta alegría. El pavo real no respondió de inmediato, simplemente se sentó en una de las sillas de madera de la mesa. La cabra lo miró pensativa.

-Te ves un poco destrozado. ¿No dormiste bien? - ella preguntó.

-¿Recibiste un mensaje hoy? - Shen preguntó sin responder a su pregunta.

-¿De Yin-Yu? - La cabra negó con la cabeza con pesar - Todavía no, pero estoy seguro de que se pondrá en contacto lo antes posible. Después de todo, dejaste la ciudad de Yin Yan primero para que ella pudiera viajar a su antigua ciudad natal. Solo entonces, quería unirse a nosotros ... .

-Sí, sí - refunfuñó hoscamente el señor blanco - Mientras ella se fuera, quería que volviera a entrenar Kung Fu con los niños ... Por cierto, ¿dónde están los niños?

La vieja cabra sonrió mientras llenaba un cuenco de arroz - Ellos ya desayunaron y ahora están en el campo de entrenamiento.

Shen se puso de pie - Voy a ver cómo están.

-¡Pará pará Pará! - La cabra lo sujetó por la manga a modo de advertencia - ¡Primero desayunarás!

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En el campo de entrenamiento, o más precisamente en la explanada del palacio, ya estaba ocurriendo un desastre. El maestro Cocodrilo saltó y se lanzó de un lado a otro para evitar los golpes del niño pavo real Sheng. El pavo real pío se burló de perseguir un poco al reptil con el palo, lo que al cocodrilo no le gustó en absoluto.

-¡Oye! - se quejó el maestro - Más despacio, estamos entrenando Kung Fu aquí y no apuñalando  ¡OUCH!

De repente, el maestro fue golpeado por la espalda con un palo, pero no era de Sheng. Una pequeña figura zumbó alrededor del cocodrilo como el viento y golpeó al cocodrilo con su bastón de entrenamiento.

-¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! ¡No seas tan salvaje!

El siguiente golpe golpeó al reptil en la espinilla y el maestro aterrizó sin delicadeza en el fondo.

-¡Una buena actuación, Zedong! - Sheng elogió.

Inmediatamente otro pequeño pavo real aterrizó junto al gran pavo real. Había coloreado casi exactamente como él, color básico azul verdoso con manchas blancas, el pequeño pavo real se levantó de un salto y ambos se dieron la mano con las alas.