Capitulo 7

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SAMUEL P.O.V

Mis pesadillas volvieron, aunque estaba tomando medicamentos y pastillas no logre salvarme de putos sueños. Hace tres años que deje de pensar en mi pasado, en mi familia, en mi puto padre y sus maltratos.

Muchas cosas malas ocurren cuando las pesadillas vuelven, lo sé.

Esta noche me di cuenta que ya no tuve más pastillas, no sabía qué hacer, eran las tres de madrugada.

Me levante, revise toda la habitación, toda la casa y no encontré nada.

-No puede ser...

Estaba respirando con mucha rapidez, descontrolándome por completo.

La ansiedad también volvió, salí de habitación y entre al baño.

No pude calmarme, todas las cosas que quería y todas las cosas que realmente admiraba de mi padre eran las cosas que más odie en la vida.

No eran las cosas que decía, era también que sabia pegarnos en más de una ocasión, a Nano no le pasaba mucho porque era su favorito y tampoco se encontraba en casa, pero a mí sí.

Era un desgraciado y tampoco puedo explicar mis actos hacia mujeres y todos los demás porque no puedo decir que es culpa de mi vida familiar y mi padre. Para mí no existen excusas, no tengo ese privilegio como todas personas normales.

-Está bien... - susurre al cerrar los ojos en frente del espejo - ... voy a contar hasta diez y ya.

Estaba seguro de mi mismo, mi doctor me enseño esta táctica, pero cuando no hay pastillas no hay liberación de pesadilla que es mi vida. Debería existir alguna otra forma, algo más que me salva de mi mismo, de esta oscuridad que hay adentro.

Conté hasta diez, abrí los ojos y no funciona, toda mi vida se me pasa en frente de ojos.

Quería hacer desaparecer esos recuerdos, esas pesadillas, pero no puedo, simplemente sin medicamentos es imposible.

Siempre fui perfecto porque cada vez que cometí un error pague y eso me daba miedo, por eso sufrí de insomnio durante adolescencia. Cuando cosas como esas ocurren simplemente quieres ser un hijo de puta y dañar a los demás, no crees en recuperación y quieres seguir así toda la vida.

Volví respirar descontroladamente, no pude calmarme, vi mi pasado y nada más que eso, trate calmarme, me recordé todas las putas veces que tuve peleas con papa, cada vez que me pego...

De repente, algo me distrae, alguien tocando mi brazo me hace girar y ver que es Carla, pero ahora ni estoy seguro que sea realidad, podría ser otra de mis pesadillas.

-Samuel...

-¿Qué? ¿Qué quieres? – decía sorprendido

-Cálmate – me ruega

-¿Qué sucede? – dije trastornado

Ella me mira muy preocupada, yo estaba sudando, tenía ojos rojos y tanto le daba miedo, pero también quería ayudarme.

Me abrazo y me hico sentir una calma que necesitaba toda la vida, una calma que nunca logre encontrar en ninguna parte de esta planeta.

CARLA P.O.V

Viéndolo así me da miedo, me sorprende y me hace sentir gran confusión, no sabía qué hacer. Era un Samuel diferente, de hecho cuando estábamos en el teatro también era otro Samuel, ese tipo odioso y frio estaba desapareciendo.

Me desperté porque tenía que tomar un vaso de agua, pero vi luz encendida en el baño, además al verlo en ese estado es acto humano ayudarle y entender que sucede.

Igual ahora está confundido y preocupante, pero mañana podría volver ser un imbécil como siempre.

-Necesito mis pastillas – decía

-¿Pastillas?

Estaba lleno de sudor, no entiendo de que cuales pastillas habla, sé que no es drogadicto pero esto me pone intranquila.

Volví a la habitación con él, quería asegurarme que no iba pasarle nada y que iba quedar dormido.

-Tienes que dormir, Samuel – decía

-¿No entiendes que no puedo? – susurra

¿Por qué no puede dormir?

¿Por qué está tomando pastillas?

-¿Qué te está pasando? – pregunte, tratando sacar cualquier cosa que podría hacerme entender todo el misterio

-No puedo dormir, no quiero dormir – dijo

-Ven...

Le tome por la mano, va tener que dormir, le guste o no.

Samuel se acuesta en la cama, yo decidí acostarme junto a él, al menos hasta que se calma un poco o hasta que se duerma.

Samuel se acuesta sobre mis brazos, estaba un poco calmado.

Aun seguía respirando alterado, es primera vez que veo algo así, viniendo de alguien como él es demasiado raro. Llevo dos años en esta casa y es primera vez que le veo tan alterado y confundido.

Acaricie su pelo, le di un masaje a la cabeza para calmarlo y hacerlo dormir, en sus ojos veo que no ha dormido las últimas dos noche, creo.

-Duerme... - susurre

-No te vayas.

-Está bien, pero duerme.

-Quédate a mi lado.

No tuve otra alternativa que seguir despierta para asegurarme que nada malo que pase, por lo menos.

Un matrimonio sin amor - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora