Final

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La pequeña ceremonia de casamiento de Carla y Samuel ha ocurrido en una de las playas fuera de Madrid. No querían hacer ningún espectáculo, tampoco podrían esperar hasta que su hijo nazca.

Ninguno de los dos quería esperar más, el padre de Carla ya se estaba recuperando y las cosas entre pareja estaban mejor que nunca.

En esos momentos Samuel se encontraba en frente de Carla mirándola con más deseo que nunca, antes ni podía imaginar estar casada y ahora tenía tremendas ganas que esos pocos minutos pasan para que ella por fin se convierta en su esposa de verdad.

-Yo jamás pude imaginar querer a alguien tanto como te quiero a ti, tu sabes todo sobre mi y no hace falta hablar de esas cosas. Me conoces, sabes como soy, sabes cómo me estoy sintiendo y a pesar de mi pasado de mala persona me aceptas tal y como soy – susurra el castaño

La tomaba por ambas manos, sintiéndose más cerca de ella que nunca.

-Y la verdad es que gracias a ti soy mejor persona – añadió

Carla tenia ojos llenos de lágrimas, sabía que había logrado cambiarlo, pero cada vez que recordaba la evolución de esa relación se sentía muy emocional.

-Y yo jamás me cansare de decir cuánto te amo, Samuel... a pesar de todo, siempre te voy a querer. Existe un antes y un después de ti, el hecho es que jamás soportaría vivir sin ti y te lo digo enserio.

Samuel y Carla querían hacer eso a solas sin amigos ni familias, esa ceremonia era algo muy privado y por eso allí se encontraba solamente un cura que tenía el permiso de casarlos.

El juez les dio el permiso de besarse, era un beso muy largo y más significante que cualquier otro.

Luego de eso los dos se tomaron por las manos y decidieron tomar un paseo por la playa.

-Se siente una gran tranquilidad en este lugar – susurra ella

-Sabía que ibas a decir eso, por eso te tengo una sorpresa.

En esas alturas la rubia no sabía que esperar más, las sorpresas de Samuel le preocupaban un poco.

-No me miras así, que no te lo voy a decir hasta que llegamos.

- ¿A dónde?

Los dos caminaron por un rato más, Samuel le cubrió los ojos con las manos lo que le ponía intranquila.

- ¿Samuel?

-Tranquilo, ya estamos aquí.

-Eso lo dijiste hace diez minutos.

Samuel se ríe y por fin la deja ver la sorpresa que le tenía preparada.

Carla veía una casa muy bonita justamente en lugar que más le gusta.

- ¿Y esto?

-Es nuestra casa.

- ¿Cómo?

-Así es... ya sé cuánto te gusta venir aquí y pensé que podríamos comprar una casa.

Carla sonreía enormemente, el castaño no paraba de sorprenderla.

-Es nuestra casa – añadió

Antes de poder seguir explicándole la rubia salta sobre sus brazos y le besa en labios.

Seguían besándose con mucha pasión y felicidad, lo que realmente estaban sintiendo.

-Te amo, Samuel.

-Y yo a ti, mi rubia caprichosa.

Carla lo empuja fingiendo ser molesta, los dos siguen corriendo uno detrás del otro en ese mismo lugar, parecían unos niños chiquititos quienes no tenían ni una sola preocupación en la vida.

Si alguien les viera de seguro pensaría que son una pareja muy feliz y que van a pasar el resto de su vida juntos.

-Espera, no puedo más – decía Samuel

Carla se encontraba acostada sobre él, riéndose.

-Eres muy viejo, Samuel.

-Ya... es que, yo sé que a ti no te gusta perder, por eso es mejor detenernos, ¿no?

-Te amo cada día mas – susurra ella

Se dan otro beso antes de levantarse y dar vuelta por aquella casa que Samuel compro, su otro hogar.

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Y aqui llegamos... otra historia que termina ❤️

Un matrimonio sin amor - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora