Prefacio

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"Spaces, One Direction"

25 de marzo de 2015, sin duda el peor día de mi vida. Llegué del colegio con la idea de descansar. Me tumbé en la cama, mirando el techo, otro día pero con la misma rutina. El sonido de mi celular me despertó en el momento en el que estaba preparándome para una siesta. Al menos unos 7,000 mensajes en WhatsApp.

Estoy desconcertada. Prendo la radio mientras los mensajes se cargan. Una conversación al principio de la lista hace que mi mundo se derrumbe en segundos.

El mensaje es claro: "Es oficial, Zayn se fue de la banda". Zayn, mi Zayn, el chico de los tatuajes y vans, el chico de las escaleras. No puedo llorar, estoy en shock.

Sé que no debo armar un escándalo por esto, no me dijeron que tenía cáncer o algo por el estilo, sin embargo, esto me cae como una puñalada.

One Direction es parte de mi vida. 

Por si fuera poco, "Spaces" comienza a sonar por la radio, en "homenaje" a Zayn.

Entonces las lágrimas cobran vida y corren por mis mejillas.

Los posters, las fotos, el perfume, los discos están ahí, pero Zayn ya no. Zayn sigue en la caja del perfume, el poster con los chicos, el álbum "FOUR", que de un momento a otro cobra sentido, Zayn en la radio cantando "Spaces", justo en la línea más dolorosa

Who's gonna be the first to say goodbye? Tú, Zayn. Fuiste tú.

El enojo crece de un momento a otro y sin pensarlo dos veces, me incorporo de la cama y arrancó el poster justo en la parte de Zayn, quedando solo los cuatro chicos. "Spaces" termina y la habitación se queda en silencio por un largo momento. 

Zayn estaba cansado de la fama, de no tener privacidad, estaba abrumado y con ello, deprimido.

Merece una buena vida, con o sin las Directioners. One Direction no es lo mismo sin Zayn, pero yo voy a estar ahí, apoyando a los chicos que decidieron quedarse.

Harry, Niall, Louis y Liam estarán peor que yo, digo, era como su hermano. Reviso el celular y las fotos que aparecen me hacen volver a llorar. "Spaces" sigue sonando en mi cabeza.

Las imágenes son demasiado para mí: su último abrazo, su último concierto, el tweet de Niall, la publicación oficial en la página de Facebook, la foto de Zayn en Instagram, Harry llorando en el concierto, Louis fingiendo que Zayn está ahí...

Es tan difícil, así que cierro Facebook y aviento el celular. En una hora, mandé más de 200 tweets.

Ya tomé mi decisión: Seguiré siendo Directioner como prometí hace cuatro años, y lo seré por siempre. Yo apoyare a los chicos y los levantare como ellos lo hicieron alguna vez conmigo.

El frío se cuela por la ventana y me dispongo a cerrarla. Cuando me acerco, me doy cuenta de que mi vecina, Becka, ha estado grabándome.

― ¿No te da pena llorar por One Direction?―me grita con una sonrisa burlona. Se nota que se ha estado divirtiendo toda la hora.

Y con todo mi coraje y mi valentía le grito:

― ¡Me daría más pena llorar por una prueba de embarazo positiva a los 15 años!―Su cara palidece. He dado en el clavo. Lanza su celular al suelo con tanta furia, que puedo escuchar cuando la pantalla de este se rompe. Me enseña su dedo corazón y cierra sus cortinas.

Nadie se mete conmigo.

La puerta se abre sin ser tocada y mi madre entra apresuradamente.

―Min, hay alguien... ¿has estado llorando?―me cuestiona con el ceño fruncido.

―Sí, mamá. Zayn se fue de la banda―le contestó con la voz cortada.

Ella rueda los ojos, y seguido me da un sermón. En conclusión, me llamó inmadura estúpida por llorar por alguien "que no conozco". No le digo nada más, me limito a mirarla fijamente. Sus palabras me han herido.

―Bueno, vengo a verte para decirte que hay alguien en la sala que quiere hablar contigo. No tardes, por favor. Y límpiate ese rímel corrido―dice y sale de la habitación.

Corro al baño y me limpio los ojos, se me ven hinchados y tengo la nariz congestionada. Un poco de inhalaciones y salgo del baño. Me recargo en la pared, observando todo.

Me acerco al poster que arranque y con cinta adhesiva lo uno. Zayn seguirá formando parte de la banda. Los chicos me sonríen y una sonrisa nostálgica es devuelta.

Coloco el poster donde estaba y me detengo en la puerta. Ni mi madre ni nadie comprenden mi amor por estos chicos. Ellos me salvaron y ahora es mi turno.

Cierro la puerta de mi habitación y bajo las escaleras. Entró a la sala de estar y me encuentro con un hombre mediana edad, que parece ser ejecutivo y está bebiendo el té con mi madre. Al verme, se incorpora y me estrecha su mano, la cual sujeto con seguridad.

―Buenas tardes, Min. Permíteme presentarme: Soy Mathew Dick, representante de la disquera Sony y vengo aquí para ofrecerte una oportunidad a ti y a tu banda, "Silence and Noise".

OH. MI. DIOS


On top of the world (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora