Capítulo 3

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Hemos aterrizado en Londres hace más de dos horas. No sé qué hora es ni que día es, felicítenme.

El vuelo fue tranquilo, la mayoría de las veces tome fotografías del cielo y de los chicos durmiendo. Jay lucia como niño pequeño armando su Lego. Theo cayó dormido después de descargar tanta música con mi tarjeta de iTunes. Derek leyó mi libro y a la mitad, se quedó dormido.

En conclusión: más dulces para mí.

Como he dicho, hemos aterrizado y estoy perdida. Alguien demonios explíquenme que pasa aquí.

Hay una gran limosina que nos espera con un cartel que dice: "Silence". Obvio es para nosotros.

Tomamos nuestras maletas y nos acercamos a la limosina. A decir verdad, parecemos Zombis.

Dios, estamos tan despeinados y ojerosos que parece que no hayamos dormido en días. Estoy tan cansada y no sé por qué.

―Jet Lag― me dice Derek en tono obvio. Rueda los ojos y le vuelvo a sacar la lengua. Agh, maldito Jet lag.

Nos subimos a la limosina y el chofer nos sonríe. No parece querer hablarnos, creo que por cometer un error, tal vez piense que no hablamos en inglés.

Estoy tan cansada que me limito a mirar por la ventana. No sé ni a dónde vamos. Tal vez sea un secuestrador violador que nos quiere llevar a Silent Hill. Lo sé, estoy paranoica. No debí de haber visto esa película.

El chofer estaciona la limosina en un gran edificio.

Para ser la primera vez que estamos en Londres, no lucimos tan emocionados. Estamos cansados y siento que me desplomare en cualquier momento.

Entramos al edificio sin una maldita idea de que hacer. Se nos acercan varias personas, asfixiándome con preguntas y con bandejas de plata con comida.

Uh, comida.

Tomo un poco de todo. Los chicos me miran raro. Si, lo sé. No es un momento femenino. Termino y me acomodo el pelo.

―Min, tienes un poco de...― me trata de decir Theo antes de ser interrumpido.

― ¡Bienvenidos a Modest! Ustedes deben ser "Silence and Noise". Hemos estado esperando por ustedes casi un mes. Y finalmente están aquí. Permítanme presentarme: Soy Janine Andrews, asistente de Mathew Dick. No necesitan presentarse, se quiénes son. ― nos dice con sonrisa Colgate que asusta.

Ella es delgada, pelirroja y alta. Me recuerda a la asistente de Van Houten, en Bajo la misma estrella. Basta, Min. No es momento.

No sabemos qué decir, así que nos limitamos a asentir y contestar un "hola".

―Síganme, por favor― nos dice― Oh, Min. No querrás entrar a ver a los dueños con mostaza en pelo, ¿oh si?―me dice divertida, muestras me entrega una servilleta.

Los chicos estallan en carcajadas y me limito a fulminarlos con la mirada.

―No, querida. Te equivocas. ― comienzo decirle en tono fresa― Es mi nuevo gel. Así se usa en América.

Los chicos parecen querer orinar, pues se están muriendo de risa internamente. Hasta se sostienen el estómago con las manos, evitando estallar en carcajadas. Janine asiente incomoda.

Nos dirige a un elevador. Nos metemos en él, algo apretados.

Rápido, rápido, rápido. Es lo único que pienso.

El elevador se abre y soy la primera en salir. Mientas los demás avanzan detrás de Janine, yo me limpio la mostaza de mi cabello. ¡Qué vergüenza!

On top of the world (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora