Charlie y el encuentro de Daniel [YAOI-GAY]

| Capítulo 7.- Reflejo|

Alexander

No tenía contemplado este momento y esta reconciliación, las cosas pasan de manera aleatoria y no las podía controlar, aún así, estaba feliz de que una paz me envolviera cuando menos la esperaba. Era hora de poner los pies sobre la tierra y dejar de tomar malas decisiones, acaricié la mejilla de Charlie y él besó mi mano

— ¿Qué hiciste en este tiempo de no hablar? — Me preguntó, yo dejé de acariciarlo —. Yo me la pasé muy aburrido, he de admitirlo — sonrió —, ¿me extrañaste?, ¿pensabas en mí?

La imagen de Daniel vino a mi cabeza, el ejemplo vivo de una mala decisión

— No hice nada — me senté —. Te extrañé más de lo que pensé

Eso era cierto, lo extrañé tanto que llegué a buscarlo en otros lugares, aquella noche al ver los ojos de Daniel y percatarme que no eran los de Charlie, me sentí miserable.

— ¿De verdad? — Colocó ambas manos tras su cabeza —. Yo te extrañé tanto que me pregunté si se era posible extrañar más

— Cursi — reí, pero no estaba bien

Sin querer había provocado que Daniel se comportara como Charlie, sentir esa misma energía y algo que llenara mi dolor. Los viajes nocturnos no cantaban en la misma sintonía, eran abstractos y poco atractivos cuando mi realidad me afirmaba que no era Charlie quien conducía, sino, alguien más.

Piensa que soy único con él, es una lastima tan grande, no quise dejar morir los recuerdos con Charlie, lo mejor es platicarlo...

Pero tengo tanto miedo, fue culpa mía.

— En algún momento tú... — musité dándole la espalda —, ¿sentiste la necesidad de llenar el vacío?

— ¿A qué te refieres?

— Buscar a otra persona

— ¿Por sentirme solo? — Preguntó, yo asentí —. No lo había pensado, no lo sentí

— ¿En ningún momento? — Lo miré a los ojos —. ¿No pasó por tu cabeza?

— No, no sucedió — él se sentó —. ¿Por qué?

— Por nada — me levanté de la cama —. Algunas personas hacen eso — tomé mi mochila

— ¿Ya te vas?

— Debo ir a casa — respondí

— Alex, ¿estás bien? — Se levantó y caminó hacia mí —. ¿Quieres platicar sobre algo?

— ¿Algo cómo qué? — Bufé con nerviosismo —. Tengo que regresar

— Por favor... — caminó y se detuvo frente a mí —. Si es lo que estoy pensando, por favor dímelo — sonrió —. Dime, Alex

— ¿Qué debo decirte? — Traté de evadirlo, quería huir

— ¿Quién es? — Sus pobres manos comenzaban a temblar —. Alex, ¿quién es?

Trataba de aparentar que estaba tranquilo, seguramente para darme a entender que no iba a pasar nada cuando se lo confesara. El egoísmo y los celos no eran parte de su naturaleza.

— Alex... — insistió, yo estaba congelado —. ¿Es Daniel? — Soltó de golpe, me tomó de los hombros —. ¿Daniel y tú hicieron algo?

Desvié la vista hacia la puerta

— No — respondí —, sólo fue un comentario

— No pasará nada — acarició mi mejilla —. Sólo dime que fue él, te lo ruego. Dime lo que deseo escuchar