|Capítulo 23.- Sebastián | [FINAL]

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Alexander

Tentado por la curiosidad que era más fuerte que mi razón di un paso hacia adentro del cuarto, aquél hombre tosió con debilidad, lo observé con atención, su cabello era castaño claro pero sus ojos celestes como el mar, sus facciones era idénticas a Sebastián, mis conjeturas deben ser ciertas, debía ser su padre. El hombre comenzó a musitar en francés, salí del cuarto, su tos se volvió fuerte, 

Nervioso volví para acercarme, él insistía débil tratando de levantar su mano lo más alto que podía, apenas unos centímetros de la cama, señaló con su dedo índice

— Perdone, no fue mi intención haber entrado — respondí, noté que él me observó extrañado —. La puerta estaba abierta, yo...

— ¿No hablas francés? — preguntó y yo negué con la cabeza —. Tampoco tienes uniforme, ¿quién eres?

— Soy un amigo de Sebastián — él apartó su máscara de oxígeno y la dejó a un lado 

— ¿Podrías..., servirme un poco de agua? — con una voz débil y rasposa, se dirigió hacia mí. Caminé para tomar la jarra que yacía en una mesa con ruedas y la serví en uno de los vasos de vidrios que se encontraban a un lado de la misma —. Debieron de haberse conocido en el instituto

— Sí — respondí mientras le daba el vaso en su mano, con cuidado, permanecí a su lado

— Insistí en que no fuera a estudiar al otro lado del mundo, no era necesario — bebió lentamente —. Su madre, ella, lo consciente demasiado, cualquier cosa que el chico dicte o demande ella lo cumple — tosió, después pasó su mirada de mis pies a la cabeza 

— Perdone, ¿usted es su padre? — solté de golpe, el hombre soltó una risita indiferente

Se veía mayor, adivinaba en mi cabeza si tenía cerca de 65 años, o tal vez era sólo su enfermedad la que lo tiene de esta manera; acabado. Asintió

— Hace ya tiempo que no hablo con mi hijo — extendió su mano y yo tomé el vaso de regreso —, ni siquiera estaba enterado de que había llegado a casa. No es un chico tan interesante, a veces me pregunto qué o cuáles son las cosas que pasan por su cabeza

No dije nada, estaba estático

— Qué tipo de visión tiene acerca de la vida y qué es lo que tiene planeado para la suya — posó su mano en su pecho —. Es torpe, ha sido reservado más lo que debe. ¿Tú lo conoces?

— ¿Conocerlo? Bueno, somos amigos

— No me refiero a eso — hizo una mueca decepcionado —, me refiero a que si lo conoces o sabes de él, a pesar de ser amigos. ¿Conoces a Sebastián? De sus pensamientos, sus miedos y sus alegrías

— No lo sé — respondí 

— Lo imaginé — cubrió sus labios al toser secamente —. No me sorprende en lo absoluto, ni con sus amigos el chico es capaz de abrirse. Después de tantas terapias creo que lo mejor fue habernos rendido

— ¿Cómo...? — abrí mis ojos como platos —. ¿A qué se refiere con rendirse?

— Dejar de buscarlo 

— Pero usted es su padre, ¿cómo pudo haber pensado algo así? — alzó sus hombros —. Sebastián no es torpe, admito que es muy reservado y algunas veces es socialmente extraño pero, no es torpe. De hecho, es demasiado interesante

— ¿Eso crees? 

— Claro, bueno no es porque lo que crea, es porque lo es. Él es la persona más interesante que jamás volveré a conocer, es difícil poder entrar en sus pensamientos — apreté el vaso —, sin embargo, a pesar de aún no terminar de conocerlo en su totalidad, puedo sostener que no existe otro ser humano como él

Charlie y el encuentro de Daniel [YAOI-GAY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora