Nunca pensó que podría ser descubierto, menos que fuera por el más bobo de sus amigos al encontrar una de las revistas. Aunque tal vez aquel chico, si que lo sorprenda.
- ¿Qué condición?
- De que no me alejes de tí.
-💜-
[🔥] Temática omegaverse
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El azabache solo mantenía su mirada en la mesa, mientras los comentarios y risas de sus amigos se escuchaban lejanas. En su mente solo estaba el hecho que uno de ellos, el alfa que menos pensó que vería la revista, sería Rubén Doblas.
Su lobo no decía nada y eso que fue el primero en decirle que en cualquier momento podrían descubrirlo.
Se imaginó que entraría en pánico, pero no, estaba tranquilo, como si nada estuviera pasando. Mientras él tenía un debate mental en si debía quedarse o salir corriendo para comprar un pasaje de avión e irse a otro país.
~ Deja de agobiarte, no sabe que eres tú.~
— ¿Y cómo no piensas que podría descubrirlo? Literalmente ya está viendo cada revista donde salgo, si es paz de razonar, sabrá las similitudes que hay. No muchas personas tienen los ojos morados —le respondió a su lobo dentro suyo.
~Bueno, no sería tan malo si lo supiera. Lo conocemos hace mucho, siempre nos a gustado su aroma a chocolate y nos comprendemos bastante bien. Nos gustaba que nos abrazará, sus brazos eran nuestro lugar seguro.~
— No empecemos con esto otra vez, no sabemos cómo reaccionaría si supiera sobre las fotografías... No es momento, no estoy listo, está conversación la habíamos cerrado hace tiempo.
~Y por ese tiempo es que te metiste en esto.~
— ¡Samuel! —se sobresaltó al oír el grito llamándolo, levantando su mirada hacia unos ojos limón— Hace rato te estamos hablando, pero pareciera que no estabas con nosotros.
Miró rápidamente a cada uno de sus amigos, para así suspirar— Es solo el cansancio, lo lamento, no eh tenido mucho tiempo de relajo por haber estado ordenando mi casa, por la mudanza —respondió, era en parte verdad. No había podido descansar bien por el tema de su mudanza y los días que llevaba en la ciudad, fueran el arreglar su casa y esperar que traigan algunas cosas que mandó por camiones de mudanza.
— Tranquilo, entendemos Vegetoide —el otro castaño habló— sería mejor si es que te acompañamos a tu casa, así de paso la conocemos. ¿Qué dices?
Asintió leve— Claro, no hay problema.
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