ミLustful secretミ Rubegetta

🔥 - O3

Habían pasado unas semanas en las que el azabache se había unido a las reuniones o salida que hacían sus amigos. Todo estaba bien, era un ambiente agradable y solo eran sus amigos, nada malo ¿verdad?

Si, eso es lo que él quería pensar, pero un castaño estaba cada vez más frustrado por el hecho que lo evadía.

Desde que los demás dijeron todo lo de la revista y el modelo que le interesaba a Rubén, pensó que no habría problemas, no era la única o la última vez que sus amigos lo molestarian. Pero aquel omega recién llegado lo estaba evadiendo cuando trataba de hablarle, nisiquiera le dirigía la mirada cuando inventaba una excusa y escape del intento de conversación.

Estaba pensando varias cosas que podrían molestarlo como para que haga eso; uno, el tiempo que llevaban sin hablar; dos, se sentía extraño a su lado; tres, le incomodaba por lo que sus amigos dijeron que era un maldito pervertido por lo de la revista y el modelo, lo cual significa que el omega sentía un tipo de asco hacia su persona, lo cual también significaba que no quería volver a verlo y debería salir de su vida antes de perder más dignidad.

~Te comes la cabeza demasiado, ahora entiendo porqué nos dicen gilipollas.~

Rodó los ojos por la presencia de su lobo, es que ni para cuando iba a entrar en una crisis estaba callado. Suspiró mientras miraba hacia el frente, encontrando como aquel chico, que estaba en su mente poniéndolo nervioso por no saber que ocurría cuando trataba de hablarle, estaba riendo por algún comentario de uno de sus amigos.

¿Por qué era tan difícil encontrar un motivo para saber la razón de que alguien te evada?

No debían decírselo, era claro, pero no quería creer que el de ojos morados se sentía incómodo con su presencia por lo de aquel día en la heladería. No quería creerlo, debía haber otro motivo.

~¿Seguirás como subnormal mirándolo o lo enfrentarás de una buena vez?~

Habló nuevamente su lobo, pero ahora harto ya que su parte humana al parecer era lento en todo y no se dejaba guiar, es que quería salir y el mismo ir por ese omega para aclarar todas sus dudas.

— ¿Cómo lo hago? Literalmente cuando trato de acercarme él huye. ¡Es imposible! —contestó en su mente, claramente haciendo algunas muecas y agradecía estar al último mientras sus amigos estaban en su propio mundo.

~Ve tras él, agárralo por la muñeca y lo atraes hacia tí. Luego, solo lo miras serio y eso hará que se sienta cohibido, aprovechamos eso para hablarle de cerca y con nuestra voz gruesa para que hable con nosotros. Dirías algo como: Samuel, quiero hablar contigo y está vez no quiero una excusa tonta porque no dejaré que escapes, no más ~habló su lobo haciendo más gruesa su voz, él solo estaba atento a todo lo que le describía a detalle y lo que significaba que ya no debería ver más telenovelas que le recomiende su madre~ y claramente aceptará hablarnos ya que ningún omega se resiste a un intimidante y sexy alfa.

— Bien, pero hablamos de Samuel. Es Samuel De Luque Batuecas, un omega que nos conoce desde hace mucho y no cae en los encantos de nadie por una voz que haría temblar a cualquiera o un aroma embriagante. Es Samuel, mi amigo, un chico que es inmune a todo y eso es bueno ya que no cae en alfas estúpidos como lo pareces ahora con todo lo que me has dicho de tu plan.

Y si, claramente su lobo se sintió un tanto ofendido por todo lo que dijo, pero debía admitir que era verdad. Samuel era un omega increíble por eso, no buscaba lo que podías encontrar en películas románticas o esas novelas dónde te muestran que los protagonistas se enamoran a los pocos días de haberse visto, él buscaba a alguien que quiera conocerlo, que lo comprenda y que no esté de acuerdo en todo lo que piense, buscaba otra manera de pensar, quería saber cómo esa persona ve el mundo y que ambos se complementen.

Samuel es un chico que te atrae por su forma tan característica de ser, sus chistes malos pero que resultan sacarte una risa y al bromear con eso te das cuenta que su risa es lo que quieres escuchar todos los días de tu vida a partir de ese momento. Como si tu serotonina aumentará al cien por ciento con una simple mirada que te daba, porque su mirada que parecían dos bellas amatistas, te dejaban pensar que flotabas en el espacio.

Samuel es Samuel y eso le hacía feliz.

~Entonces se tu mismo y ve a pedirle si es que pueden hablar. No esperes más~

Y su lobo tenía razón, debe hablar con aquel azabache o nunca lo haría. Así que suspiró y apresuró su paso para que cuando estaba a punto de tocar el hombro del omega, este se detuvo al caminar. Un celular estaba sonando.

— Es el mío —dijo mientras sacaba su teléfono y se alejaba un poco del grupo. Vió como movía los labios al contestar cuando se quedaban quietos por unos segundos y se ruborizó por ello. Solo pudo ver luego como el chico guarda su celular y se acercaba a ellos.

— ¿Qué ocurrió? —preguntó uno de sus amigos, un albino para ser específica.

— Temas del trabajo, al parecer debo volver a casa para revisar una cosillas, lo lamento —sonrió sin ganas, los demás solo le dijeron que no se preocupará.

— ¿Ya te tienes que ir? —esas orbes amatistas se conectaron con las suyas.

— Si, el trabajo no me da descanso —contestó, asintió leve mientras fruncía los labios— ¿Ocurre algo Rubius?

— Bueno, yo... —miró de reojo a sus amigos, los cuales presenciaban todo con una sonrisa, miró al azabache otra vez— nada, no ocurre nada, solo suerte en tu trabajo —sonrió leve.

El omega asintió despacio, no tan convencido— Gracias, nos vemos Rub —miró a sus amigos— Adiós chavales, cuidaros.

Y así se alejó de todos hacia otra dirección para irse a su hogar. Todos dirigieron su mirada al castaño que mantenía su mirada en el suelo, esperando alguna palabra, que dijera algo sobre lo que habían visto.

— Necesito una cerveza —fue lo único que dijo al mirarlos y empezando a caminar hacia donde quedaba el bar más cercano.

No pudo hablar con Samuel después de todo.

1074 palabras—

Se os quiere <3

—Natssu🌠