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— Entonces, ¿él vendrá contigo ahora? —preguntó el pelinegro mientras se ponía a su lado y solo asintio

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— Entonces, ¿él vendrá contigo ahora? —preguntó el pelinegro mientras se ponía a su lado y solo asintio.

— Si, desde ahora vendrá conmigo —sonrió leve mientras miraba al castaño el cual estaba tecleando algo en su teléfono— ¿No es tierno? Quiere protegerme y hasta me dijo que estaría de espaldas o en el celular para no verme y así no me incomode. Es demasiado considerado.

~Demasiado, realmente muy considerado y tierno, mucho.~

Y si, estaba de acuerdo con su lobo.

El otro omega simplemente lo miraba sorprendido. Nunca había oído al azabache así, con una voz melosa y tan enamorado que deslumbraba con su sonrisa blanquecina. Parecía otra persona y verlo feliz también le alegraba, solo que hace tan solo cinco días que el chico estaba en pánico y confundido por no saber que ocurriría entre aquel alfa, y claramente, él.

Pero si ya tenía todo claro, entonces significaría no ser como una madre para aquel chico. Algo que realmente le tenía tranquilo ya que debía encargarse de sus asuntos personales.

— Entiendo, Rubius es considerado, tierno, lindo, protector, etcétera. Ahora deja tu sonrisita de adolescente enamorado y ve con Aroyitt para que te maquille —el azabache hizo un leve puchero al verlo, solo rodó los ojos divertido— Y yo me encargaré de decirle a Rubius a dónde fuiste, tranquilo.

— ¡Gracias, por eso eres el mejor! —lo abrazó rápidamente y así luego se fue donde le dijo el mayor.

Este sonreía hasta perderlo de vista, para mirar nuevamente a aquel alfa seriamente, su instinto maternal estaba activo y su lobo le decía que debía hacerle unas preguntas al, aún no, futuro esposo y padre de los cachorros de su amigo.

Se encaminó hacia él, el cual al sentir el aroma a arándanos volteó a mirarlo con una leve sonrisa, solo que desapareció al verlo serio. El omega daba miedo, al verlo imponente a pesar de su baja estatura, demostraba respeto y a pesar que a su edad parecía demasiado joven, le aterraba el simple hecho de que fuera mayor que él y por eso esperaba que el contrario hablará.

— Mira Rubén, seré directo y muy conciso con la pregunta que te haré —habló, su voz en esos momentos no parecía la que escuchó en el hospital hace unos días, era un tanto más grave— ¿Qué intenciones te traes con Vegetta?

— ¿Vegetta...?

— Samuel, hablo de Samuel —lo interrumpió y solo asintió entendiendo ante el tono serio del más bajo.

— No son malas —si lo seguía mirando así claramente a cualquiera le haría temblar— Y-Yo le juro que no tengo malas intenciones con Samuel, solo quiero lo mejor para él y quiero protegerlo. Sabes a lo que me refiero ¿verdad? Tú también quieres protegerlo y por eso estás ahora en tu modo protector por Sam —se cruzó de brazos, aligerando su expresión y dándole la señal al menor de que continuará hablando— No quiero a Samuel por sexo si es lo que piensas, tienes el derecho a desconfiar después de todo, no nos conocemos muy bien; pero, puedo decirte con seguridad que Sam en conoce y yo a él, literalmente desde que éramos unos críos. Siempre e querido lo mejor para él, ver su sonrisa en cada instante y eso ya era suficiente para alegrarme a mí, ¿entiende? —claro que entendía— Lo que pueda ocurrir con Samu, quiero que sea verdadero y no apresurar nada. Por ahora, solo quiero evitar que salga herido y si realmente logro estar con él, créeme cuando te digo que nunca saldrá herido, no lo lastimaría.

ミLustful secretミ RubegettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora