5.

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Me encontraba en la pequeña celda, solo. Estaba húmeda y con poca luz, la poca que entraba por la ventana. Esperaba a los policías que me llevarían al interrogatorio. Por mi experiencia, sé que toda celda tiene su punto débil.

Apretaba, tiraba, empujaba cada barrote de la puerta y ventana. Tocaba, golpeaba, movía cada ladrillo de la pared. Hasta que me encuentro con un fina orquilla en el suelo. Sonrío y lo meto en la cerradura para intentar forzarla.

-Vamos...- refunfuñaba al perder la paciencia detrás de minutos de trabajo.

Tras un rato, oigo un pequeño ruido. -Perfecto-

Sophie POV'S

Observaba las noticias en la televisión, aburrida. Me pesaban los párpados y escuchaba de fondo la tranquila y relajante voz del presentador. No le prestaba atención. -Nick Harper a escapado de la cárcel...- Abro un poco los ojos y encuentro la imagen del chico que me estaba acosando. Esto es peor de lo que pensaba...

Me levanto del sofá de un salto y tapo las ventanas con las cortinas. Voy hacia la mesa de la cocina y me siento en una silla. Oigo el reloj marcando los segundos, parece que me hablara. -Queda poco...- ¿Para qué? ¿Para qué quedará poco? Mi mente se inventa paranoias a las que yo sigo la corriente. Está aquí, lo sé.

-Tranquilízate- ordenaba mi subconsciente aún con sentido común.

Eso haré... Miraba a mi alrededor y veo la nevera. -Claro, ¿por qué no?- Creo que aún me queda un poco de tarta de fresas en la nevera. Me acerco, la abro, y efectivamente, aún queda. Cojo un tenedor y me siento de nuevo. Como lentamente el trozo de tarta con un silencio a mi alrededor.

Sigo sintiendo que alguien me observa, me sigue o planea algo. Sujeto mi cabeza con mi mano y apoyo el codo en la mesa. Miro fijamente la pequeña fresa apartada a un lado del plato, se ve borrosa. Cada vez más, mis párpados se van bajando hasta cubrir totalmente mis ojos. Mi cabeza se ladea hacia un lado del plato y el tenedor cae al suelo, dejándome totalmente dormida...

[...]

Me despierto y veo todo negro, tengo algo sobre la cabeza pero no sé que es. Me agobio, me intento mover pero casi no puedo. Noto mi cabeza cubierta con una tela fina donde atraviesa un poco de luz, pero no se puede ver nada. Muevo mis manos pero me hacen daño en las mueñcas, como con cuerda muy gruesa y apretada. Las piernas las tengo igual, los tobillos sufren al hacer movimientos bruscos.

Estoy apoyada en alguna pared, pero la habitación da botes de vez en cuando y oigo un motor de fondo. -Estoy en un coche- Lo sé, pero este maletero es muy grande, demasiado para que sea un coche normal. -Furgoneta- Pensó rápidamente mi subconsciente. Noto una presión sobre mis labios, intento hablar pero no puedo. Cinta.

Al rato, oigo un frenazo y me doy contra la pared del maletero en la cabeza. Me mareo y caigo de nuevo al suelo donde antes estaba para volverme a dormir...

[...]

-Sophie, despierta.- Me llama una voz irreconocible en mi estado. -Despierta- Vuelve a llamar con un tono más alto y abro los ojos lentamente.

La imagen está nublada, pero cada vez se ve mas nítida y veo frente a mí unos ojos azules cristalinos y pelo rubio. Me sonríe y al momento frunzo el ceño. Nick Harper. Intento gritar pero sigo con la cinta.

-No intentes nada de lo que puedas arrepentirte después- Sonríe. ¿Es una amenaza? Oh, dios. Prefiero no saberlo. A saber las cosas que puede hacerme.

Miro alrededor un poco confundida y veo un apartamento más pequeño que el mío, con un sofá rojo frente a un gran ventanal, estoy sentada en una silla verdaderamente incómoda en el salón donde da a un cuarto con una cama muy grande de sábanas azules.

-Bienvenida.- Me quita la cinta de la boca y alza una ceja esperando que diga algo.

-¿Dónde estoy?- Lo primero que se me vino a la mente era preguntarle eso. Simple, lo sé. Pero era lo más lógico.

-En mi casa, querida. Y si no quieres que te haga nada, haz lo que yo te diga. ¿Entendido?- Se aparta un poco de mí, me mira, y sonríe de medio lado. -¿Entendido?- Pregunta ahora con más autoridad y frunciendo un poco el ceño al no recibir respuesta.

-Si.- Respondo tímidamente articulando cada letra con sumo cuidado.

Ahora yo estoy en su poder, puede hacer conmigo lo que él quiera. Esta vez el control lo tiene él, miro su expresión satisfactoria y se me hace un nudo en la garganta.

Él, haciéndome lo que quiera conmigo... Sólo de pensarlo me estremezco, siento que lo primero que voy ha hacer va a ser algo vergonzoso. Que él pueda controlarme como quiera me hace sentir débil, insegura... y por alguna razón me gusta.

Me desata las manos y los pies, el tacto de su piel con la mía me causa inseguridad, sólo de pensar que me va a tocar más veces así... Dios. Me muerdo el labio inconscientemente, me mira y alza una ceja.

-¿Eres virgen?- Se me seca la garganta al escucharle decir esas palabras de su boca. Niego tímidamente mirando al suelo aún sentada, me mira de arriba a abajo y se da la vuelta. -Levántate- Ordena y al segundo obedezco. Apunta con la mirada hacia la habitación de la cama, sonríe de medio lado y me mira de nuevo.

-Túmbate en la cama, y prepárate-

ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora