9.

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Sophie POV's

Al fin me pude ir con él a Las Vegas. Aunque me dijo que se iría a otro país, sólo se va a otro estado. No importa, lo que de verdad importa es que estoy con él. Han pasado ya varias horas y está anocheciendo. Nick me ha cambiado el sitio porque en la parte de atrás no hay cinturón y cree que estaré más segura aquí. Puede que sea un criminal, pero es muy considerado.

- Sophie.- Me llama el rubio desde atrás con voz apagada.- Duérmete, Zack y yo conduciremos durante la noche.

- No tengo sueño, duérmete tu.- Le sonrío y me devuelve la sonrisa.

- Vale, pero duerme.- Se tumba en los asientos de atrás y cierra los ojos.

- Lo haré.- susurro y él sonríe sin mostrar dientes.

Miro a Zack que está concentrado mirando la carretera y bebiendo una lata de Cocacola. Miro el resto del coche y es bastante espacioso, abro la guantera y hay papeles desordenados, la vuelvo a cerrar.

- ¿Que tal, Sophie?- Pregunta Zack con una sonrisa.

- Cansada.- apoyo la cabeza en el asiento y miro el techo del coche- Ha sido un día largo.- sonrío sin ánimo.

- Lo sé, aunque ha sido una suerte que te haya recogido. Si no, no estarías aquí.- Afirma y se me congela la piel por el frio que entra por la ventana.

- ¿Puedes cerrar la ventana?

- Claro.- Sube la ventanilla y le doy las gracias. Nos quedamos en silencio un rato hasta que me quedo dormida...

[...]

- Melocotón...- susurra en mi oído y giro la cabeza para acercarme mas a su voz aun con los ojos cerrados. -Despierta- Le agarro del cuello y le beso, me sigue el beso y pone sus manos en mi cintura, mis manos suben a su mentón y noto una fina barba. Abro los ojos y me encuentro a Zack.

- Lo siento, creí que eras Nick.- Me ruborizo por la incómoda situacion y se sienta en su sitio de nuevo. Miro alrededor y no veo a Nick en el coche.

- ¿Por qué crees que era Nick?- Me froté el brazo tímidamente y me perdí en sus ojos marrones.

- Ehmmm... Me llamaste melocotón, sólo me llama así Nick.- Sonrío al recordarlo.

- Necesito un apodo para ti.- Sonríe- Por cierto, ayer por la noche paramos frente a una cafetería 24 horas, dormimos y ahora Nick está comprando comida.

- Ah, vale.- Miro por el parabrisas y veo venir a Nick hacia el coche. Deja la comida en los asientos de atrás y se sienta al lado, me mira y sonríe.

- ¿Ya te has despertado, melocotón?- Miro rápidamente a Zack y sus ojos expresan culpabilidad, tuerce la boca como arrepentimiento y vuelvo a mirar a Nick.

- Si.- hago una pausa- Deberíamos seguir.

- Vale, pero siéntate conmigo.- Da palmadas al asiento de al lado y me siento rápidamente al lado suyo.

- Muy bien...- Dice Zack encendiendo el motor- Vamos.- Arranca y apoyo mi cabeza en el hombro de Nick, me rodea con el brazo y me besa en la mejilla.

Pasamos el viaje en silencio, en la carretera habia varios baches y daba un pequeño salto de vez en cuando. Después de un rato sentí un agujero en mi estómago, rugía pero nadie lo notaba por el sonido del motor.

- Nick...- susurré en su oído, se giró hacia mi y me miró cansado.

- ¿Mmh?- Hizo un pequeño gemido y se me olvidó por completo lo que le iba a decir. Hasta que su mirada penetrante me devolvió la memoria.

- Tengo hambre.- Susurré inocente. Puso su cabeza en mi cuello y su pelo acariciaba mi mentón.

- En las bolsas hay comida.- Dijo con el aliento en mi cuello. Estaba cansado, se le notaba.

Miro en las bolsas y veo una pequeña botella con batido de chocolate. -Me encanta- Afirmó mi subconsciente con los ojos fijos en la botella. Empecé a beber con pequeños tragos, los baches no ayudaban a que bebiera con más facilidad, eso seguro. Acabo media botella y la cierro dejándola de nuevo en la bolsa. Miro a Nick y le acaricio la mejilla, cuando duerme parece tan frágil e inocente, no parece el mismo secuestrador del que me enamoré.

- ¿Por qué estás tan cansado?- pregunté cerca de su oído, movió un poco su cabeza para acomodarla en mi cuello y bufa.

- Le cambié el puesto a Zack para conducir, estuve toda la noche conduciendo hasta que me cansé.- bosteza- Y me paré frente a esa cafetería.- Dice con voz ronca.

Sonrío y me apoyo en el respaldo del coche para cerrar los ojos lentamente.

[...]

- ¡Melocotón, despierta!- Abro los ojos rápidamente para verificar que es Nick. -Lo es- Se le ve agitado y nervioso. Me mira pero yo aún estoy medio dormida.

- ¿Qué pasa?- Me froto el ojo derecho con la mano y miro alrededor. El coche esta parado, Zack me mira también.

- Nos tienes que ayudar, allí hay un peaje para entrar a Las Vegas. No podemos pasar Zack y yo por ahí, saben que somos delincuentes.

- Va-vale, ¿que queréis que haga?- Me peino un poco con la mano y Zack y Nick se miran un momento, me vuelven a mirar y Zack habla.

- Nosotros, nos metemos en el maletero, mientras tú hablas con el policía. ¿Si?- Alza una ceja y no tengo más opción. Esto es lo que se paga por estar con unos delincuentes.

- Vale.- Salimos del coche. Nick abre el maletero y se miran incómodos.

- Esto...- Empieza Zack- Es un poco pequeño para dos. ¿No?- Alza una ceja.

- No importa, más incómodo es la cárcel.- Afirma Nick y se mete él primero, consecutivamente Zack. Cierro la puerta y me voy al asiento del conductor.

Tengo carné de conducir, pero hace mucho que no uso un coche. Arranco torpemente y avanzo a un paso de tortuga. Me voy acercando a las cabinas de peaje y me incomoda. -Me van a pillar- Decía mi subconsciente con las manos en la cabeza. Paro frente a la ventanilla y me atiende un hombre con un traje de policía, una placa en un lado del pecho y gafas de sol negras. Me mira y no mueve ni una facción de la cara. Está serio y eso me hace que me suden las manos de nerviosismo.

- ¿Lleva armas?- Me pregunta aún serio.

- No. - Respondo rápidamente y negando con la cabeza. Mira el interior del coche alzando la vista y frunce el ceño.

- ¿Qué hay en esas bolsas?- Apunta con un bolígrafo a los asientos de atrás.

- Comida.- Estiro el brazo y saco la botella de batido medio vacía. Me mira y afirma con la cabeza satisfecho.

- ¿Lleva algo en el maletero?- Trago saliva y mi corazón se dispara.

- No.- Digo nerviosa y parece que lo nota. Sale de la cabina y se acerca a mi ventana.

- ¿Puedo hechar un vistazo?- Se quita las gafas y alza una ceja. Miro a sus ojos negros y esos labios rosados y me ruborizo. No puedo dejar que mire dentro.

- Ah... No hace falta, ya le he dicho que no hay nada.- Sonrío inocente y va hacia el maletero, desabrocho rápidamente mi cinturón de seguridad y abro la puerta desesperada.

- Abra el maletero.- Se coloca las gafas en la cabeza, sosteniéndolas con su pelo marrón alborotado y me mira impaciente.

-¿Ahora qué?- Pregunta mi subconsciente con la mente en blanco y muy nerviosa.

ObsessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora