- Cállate.- Un trueno se oyó a lo lejos y un ardor llegó desde mi estómago a todo mi cuerpo. Una nueva Sophie que nunca había visto estaba en mí, como si el diablillo del hombro izquierdo estuviera controlándome.
- ¿Cómo has dicho, puta?- Los chicos entraron a la habitación y se empezó a reir levemente. Mis puños se cerraron y apreté los dientes. Quería pegarla, —¿Merecerá la pena?— Preguntaba y mis venas hinchadas del cuello gritaban que si. Así que lo hice, le di una bofetada que todo se volvió silencio. Se tocaba donde le había pegado y su cara estaba girada mirando al suelo, justo en la dirección donde iba mi golpe.
- Nunca me llames así, la zorra aquí eres tú.- Los chicos nos miraban petrificados, no sabían que hacer. Y no les culpo, yo tampoco sabía lo que iba a pasar.
- Puta- Me dijo de nuevo y me empujó contra la pared.
Se acercó a mí y le quise dar una patada en el estómago, pero me cogió de la pierna y me tiró al suelo. Las voces de los chicos se oían de fondo, —¡Pelea de chicas!— repetía Zack con entusiasmo, pero yo solo veía unos ojos llenos de furia agarrándome de la camiseta y dándome varios golpes contra el suelo. Hice un movimiento que yo me puse encima de ella y pude empezar a darle puñetazos en la cara. Las manos de Zack rodearon mi cintura atrayéndome hacia él para separarme de Helen, daba fuertes movimientos con los brazos para que me soltara. Nick la levanta y la sujeta de la misma forma que a mí.
- ¡Déjame! ¡Quiero darle una paliza a esa zorra!- Protestaba Helen intentando acercarse a mí.
- ¿Cómo me has llamado?- Intenté soltarme pero de nuevo, no pude.
Se oyó un trueno muy fuerte y a continuación un golpe contra la calle. Fuimos corriendo hacia la ventana para ver y había un árbol arrastrándose con el agua que hacía un río bajando la calle. —¿Cuándo había pasado todo esto?— Me puse una mano en la cabeza y de mis dedos goteaba sangre.
[...]
- ¿Por qué os peleáis?- Preguntó Nick desde el sillón que separaba los dos sofás donde estábamos sentadas una a cada lado, mirándonos con furia.
- Porque...- Empezó Helen pero alcé una ceja amenazante como diciendo: —Si, dilo y ya verás lo que te espera— Entonces se calló y Zack me puso una bolsa con hielo en la herida de mi cabeza.
- Au- Me quejé haciendo que él soltara una pequeña risa.
Nick puso la tele y aparecieron las Noticias del mediodía.
—La lluvia en Washington va a seguir así hasta dentro de una semana. No salgan de sus casas.— ¿Cómo? ¿Una semana con ella en una misma casa todo el día? Esto me supera. Miré a Helen que tenía los ojos como platos, igual que yo.
- Bueno...- suspiró Nick -Deberéis llevaros mejor si queremos sobrevivir.
- Yo con ella no voy a estar- Dijo Helen poniendo mala cara
- Anda que contigo...- Ruedo los ojos
- ¿Cómo dices?- Pregunta amenazante
- No voy a vivir con alguien como tú
- ¿¡Alguien como yo!? Tú eres la zorra aquí.- Me señala y yo sonrío triunfante -¿Por qué te ríes?
- Pobrecita...- Chasqueo la lengua varias veces y me levanto para ir a la cocina. Me siguen todos.
- ¿Qué haces?- Pregunta confusa, creo que se referirá a mi espontánea huida.
- Cojer un zumo.- Abro la nevera y cojo un zumo de naranja, le doy un sorbo y me sigue mirando. -¿Por qué me miras así?
- Cállate.- Me tira el vaso al suelo, dejando cristales esparcidos. -¿Quieres que les cuente tu secretito?- Alzo una ceja despreocupada y se gira hacia los chicos que miran de nuevo, petrificados.
- Ahá.- Encojo los hombros y abro el armario para cojer una taza de café que dejé allí anoche, aún sigue caliente.
- Nick, tu pequeña zorra se estaba acostando con Zack a tus espaldas.- Nick le hecha un pequeño vistazo a Zack y frunce el ceño confundido.
- Enhorabuena, Helen.- Dejo el café en la mesa y aplaudo sarcásticamente -Has contado mi secreto, bien hecho.- Nick me mira con cara de —¿Enserio?— y yo alzo una ceja dejando escapar un suspiro corto para responderle —Se lo inventa—. Cojo de nuevo el café y le doy un sorbo.
- ¿No te importa?
- Ay, Helen, Helen, Helen...- suspiro y miro la taza detenidamente. Le tiro el café a la cara y le mancho toda la ropa. -Esto si que me divierte- Sonrío y tiro la taza al suelo, rompiéndola.
- ¿¡Pero que haces!?- Se limpia la cara con la manga de su camiseta y grita frustrada. Se va hacia las escaleras dando fuertes pisotones y cierra la puerta de un portazo.
Nick va con ella y Zack se queda mirando como sube escalón por escalón hasta que cierra la puerta. Me mira a mí y suspira con una sonrisa.
- Casi nos pillan. ¿Cómo sabías que Nick no se iba a dar cuenta?- Me siento encima de la mesa y sonrío.
- No lo sabía, supongo que fué... Intuición.- Me da un beso corto en los labios.
- ¿Tu intuición dice algo más?
- Matar a Helen.- Sonrío y él solo rueda los ojos.
- Eso son celos.
- ¿celos?
- Celos.- repitió
- No tengo celos.- Se ríe fuertemente y frunzo el ceño. -¿De qué te ríes?
- De que no te des cuenta que estas celosa.- Pone sus manos en mi cintura.
- No lo estoy.- Repito.
- Que sí.- Me hace cosquillas y me río fuertemente, me hecho hacia atrás para alejarme de sus rápidas manos pero me alcanza y me deja tumbada encima de la mesa.
- Hey...¡Zack!...- Digo entre risas y me duelen las costillas de tanto reír. Le doy un pequeño empujón hacia atrás para apartarlo y deja de hacerme cosquillas.
Oímos un cristal rompiéndose arriba y vamos corriendo. Subimos las escaleras lo más rápido posible y Zack se pone delante mío para abrir la puerta, lentamente.
- ¡Nick!- Entra corriendo y yo aún no había visto lo ocurrido. Entro y me horrorizo.
- No...
Empecé a llorar, las lágrimas nublaban mis ojos y solo oía a Zack gritarle a Nick.
—¿¡Qué haces!?—
—¡Nick! ¡Está llorando!—
—¡Eres un imbécil!—
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Obsession
RomanceNick Harper, un chico de 20 años que trabaja en un restaurante en California conoce a Sophie Williams, una clienta que será habitual en su trabajo y en su mente. Hasta llegar a un punto obsesivo