¬ Tobio uke one-shtos.
Porque el rey de la cancha, es, sin duda alguna, un genio digno de reconocer.
° Tobio uke/bottom/pasivo.
° Historia 100% original mía.
° One-shots del manga/anime "Haikyuu". Uso de universos alternativos.
° Las imág...
- Advertencias: quizá pueda haber spoilers del manga, aunque no muy importantes.
- Palabras: 2327.
- Dedicado a: AIRS08
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Narrador omnisciente.
Kageyama Tobio, actual jugador profesional de voleybol, estaba dejando su baba sobre el asiento del avión que lo transportaba de regreso a Japón para pasar su cumpleaños y navidad allá.
Luego de unas 15 horas de viaje, el avión por fin aterrizó en el aeropuerto de Tokyo, donde Miwa lo recogería. Tobio recogió su maleta y caminó aún algo somnoliento a los baños más cercanos, para poder cambiarse de ropa.
Ser reconocido como uno de los mejores jugadores del mundo era genial, sí, pero también molesto. La prensa se volvía loca buscando material de chismes donde sea que fuese, y si eso no excluía a Tobio: después de ese rumor de su supuesto amorío con Ushijima cuando jugaba para los ADLERS y todo el acoso que recibieron ambos por redes sociales y cada partido que tenían, Tobio desarrolló un especial odio por los medios. Así que procuraba cambiar de atuendo constantemente y cubrir su rostro tanto como fuera posible, para evitar que los reporteros lo siguieran.
Y, aunque no se había hecho público su viaje de vuelta a Japón, muchos deportistas y celebridades volvían a sus países en estas épocas, por lo que los reporteros estaban muy activos, así que era mejor prevenir.
Una vez estuvo vestido con una sudadera dos tallas más grandes, cubrebocas y un gorro, determinó que eso sería suficiente para recorrer un pequeño tramo del aeropuerto hasta donde lo recogería su hermana. Salió de los baños con el teléfono en mano, entrando a spotify y reproduciendo en aleatorio su playlist nombrada "para no escuchar a la gente molesta cuando salgo a lugares públicos", que contenía una gran diversidad de canciones de varios géneros y una duración de 7 horas, 42 minutos. No le pregunten a Tobio, a él solo le irrita el ruido de la calle.
A unos metros de ahí ubicó la cafetería del lugar, Miwa le había dicho que lo vería por ahí, pero la mujer no daba señales de vida y Tobio comenzaba a desesperarse luego de 15 minutos sin rastros de ella.
Suspiró con pesadez al ser enviado por quinta vez al buzón de voz. Decidió que se compraría un café y, si Miwa no llegaba en los siguientes 10 minutos, iría a buscar un taxi.
Justo acababa de pagar su café (más una taza extra de leche) y se dirigía a buscar un lugar para sentarse cuando sintió una mano en su hombro y una presencia detrás aparecer de la nada. A Tobio casi le da un infarto.
