¿Me dejarías ser tu alfa? °|DaiKage

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Diciembre 21, 2021.

- Universo: canon.

Especificaciones: Omegaverse AU.

- Lemon: No.

- Advertencias: contenido sexual no consensudo.

- Palabras: 4548.

- Dedicado a: nayqwon, Que_miras_sapo.


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Narrador omnisciente.

Omega, eso decían los resultados del examen que les hacían a todos los miembros de los clubes deportivos en secundaria. Las presentaciones del segundo género solían ser entre los 14 y 15 años, pero algunas personas comenzaban a sufrir síntomas de su dinámica desde temprana edad, por eso era importante para todo individuo que fuese a formar parte de algún club deportivo (también algunos clubes artísticos lo requerían, pero no era tan común) tomar algunos análisis que indicarían su segundo género aún sin presentarse, así se tomarían las medidas necesarias.

Y bueno, la vida nunca había sido particularmente buena con Tobio, así que las letras en negritas que lo anunciaban como el sub-género más débil de todos no fue una sorpresa para él. A Tobio no le importaba mucho, no es como si eso fuera a cambiar algo con su abuelo, que también era omega, o con su hermana alfa. De sus padres no tendría que preocuparse, raramente los veía y estaban demasiado ocupados en su trabajo como para prestarle atención. Y el hecho de pertenecer a dicha dinámica no representaba nada exorbitante para Kageyama, ser omega no lo iba a definir como persona, y definitivamente tampoco como jugador.

Claro, esa filosofía ante su sub-género hubiera estado bien si no fuera porque al mundo sí le resultaba algo exorbitante que fuera un omega. Y es que Tobio no lo entendía, ¿qué, además de los obvios rasgos fisiológicos, lo hacía un omega? ¿Ser delgado? ¿Tener una cintura pequeña y caderas un poco más anchas de lo usual? ¿Usar ropa bonita y estilizada? Porque no tendría que haber una regla o requisito que seguir para ser un omega, pero aparentemente a los demás eso no les parecía.

Cuando Kageyama creció y se presentó por fin comenzó a escuchar esos comentarios como "no pareces un omega" o "deberías actuar más acordé a tu dinámica", y cosas por el estilo. Y no es que Tobio fuera único y detergente, o especialmente distinto a otros de su sub-género, él tenía una complexión delgada y un cuerpo que encajaba en los estándares de belleza de la sociedad, le gustaba verse lindo, vestirse con colores cálidos y ropa bonita, podía llegar a ser amable... en ocasiones, y hasta ofrecer su ayuda si es que la situación lo requería; todo lo que un buen Omega debía ser, pero él no era así porque fuera un omega, era así porque ese era el tipo de persona que quería ser y ya, independientemente de su dinámica.

Luego, conforme más crecía y convivía con nuevas personas los comentarios aumentaron, ahora no le sugerían ser más omega, le reclamaban o exigían dejar de ser como era porque "un omega no grita", "un omega no exige", "un omega no reclama", "un omega no manda", y, por sobre todas las cosas, "un omega no debe jugar". Y Tobio no lo aguantó, así que gritó, y exigió, y reclamó, y mandó, más, más, y más, cada vez más. No supo si fue la muerte de su abuelo, la ida de su hermana a estudiar en Tokio, o su propia protesta en contra de los estereotipos, pero todo se condensó tanto que terminó siendo el rey de la cancha. ¿Qué fue lo que pasó? Lo abandonaron. Lo dejaron solo, lastimado, y sintiéndose como la mierda.

The king of the court °|Kageyama TobioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora