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Hoy era fin de semana, para ser exactos un sábado

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Hoy era fin de semana, para ser exactos un sábado.

Durante toda esta semana Ima-chan se unía algunas veces a almorzar con Mikey y yo, no me molesta, simplemente la noto extraña. Cuando venía a comer con nosotros casi no me prestaba atención, se la pasaba preguntándole cosas a Manjiro, yo realmente no entendía su actitud.

Dejando ese detalle de lado, hoy era de mañana.
Como ayer antes de dormir me dí un relajante baño esta mañana no me duché, pero si me estuve aseando.

Me estaba cambiando de ropa, pues aún tenía el pijama y aún no bajaba a desayunar.

Me estaba sacando la camiseta cuando un ruido proveniente de la puerta me interrumpió.
Miré hacia la puerta y ví a Jiro, al principio cuando entró se notaba feliz, pero cuando abrió los ojos estaba, ¿paralizado?

Sano Manjiro

Esta mañana había decidido ir a casa de Yumeko-chan para pasar el rato.

Cuando llegué toqué la puerta y pronto fue abierta por la madre de la peli blanca. Esta tenía una gran sonrisa implantada en el rostro.

— Oh~ pero si es mi futuro yerno — ensanchó su sonrisa — pasa, pasa — me ofreció entrar.

Entré a la casa y pronto la señora Kimura me dijo que me podría sentar en el salón.
Me dejó un momento sólo y poco tiempo después llegó con un plato con galletas y dos té.

— Y dime — comenzó a hablar mientras se sentaba en un sillón que estaba al lado de donde estaba sentado — ¿cómo va la relación con mi hija? ¿Hace muchas tonterías?

— Estamos bien, es muy buena amiga, me alegra mucho verla feliz — contesté a la primera pregunta — realmente los dos hacemos tonterías, aunque creo que yo hago más — le contesté a la segunda pregunta mientras soltaba una carcajada.

— Me alegra escuchar que se llevan bien — dijo alegre — mi hija nunca tuvo la oportunidad de tener amigos, pues siempre la pasaba en el hospital haciéndose pruebas — dijo con murria — menos mal que ya se encuentra mejor — se alegró a sí misma — ella....¿te gusta?

- No te voy a mentir, ciertamente me gusta o puede incluso que me haya enamorado de ella, pero eso queda entre nosotros - le confesé.

- Yo también creo que le gustas - dijo - aunque creo que ella no se dió cuenta, es una chica inteligente, pero como nunca tuvo ninguna relación amistosa con gente de su edad no entiende lo que es enamorarse - me explicó - hablaré con ella para que se aclare, vas a ver cómo te corresponde.

Escuchar que podría tener la oportunidad de salir con la chica de la cual estaba enamorado me llenó de euforia.

— No quiero robar más tu tiempo, no viniste a verme a mí sino a mi hija. Ella está en su habitación, ¿sabes cómo llegar no? —

E̶s̶q̶u̶i̶z̶o̶f̶r̶e̶n̶i̶a̶ || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora