— No soy su novia y no soy muda — dije siendo directa, ganándome las miradas de todos los presentes.
— Tienes una voz muy suave y agradable — habló un chico rubio con ojos azules y cogote rapado.
— Oh~ gracias — le agradecí el halago y le dediqué una sonrisa.
— Y bueno . . . ¿Qué hacían aquí? — preguntó un chico muy alto con un tatuaje en la sien.
— Venimos a montar en skate, Yumeko me va a enseñar — respondió Mikey mientras me abrazaba como si fuera un niño pequeño.
— Necesito ver eso — aportó con gracia el chico de colmillos afilados — seguro te caes — dijo eso último y todos comenzaron a reír.
— No se burlen de mí, Yumeko diles algo — decía apegándose más a mí.
— No lo molesten, si se cae del suelo no pasa — dije intentando que dejaran de reír pero causó el efecto contrario.
Nos acercamos a donde algunas personas hacían skate, habían algunas barras y plataformas para hacer trucos y luego había un espacio para patinar libremente, ahí es donde nos acercamos nosotros.
— Empecemos por el equilibrio — le dije cogiendo la patineta que tenía en sus manos y dejándola en el suelo, la mía la había con los chicos que recién conocía que se encontraban a unos metros de donde estábamos - súbete al skate, no te preocupes yo estoy a tu lado por si te caes.
Él subió a la patineta un poco dubitativo.
Yo le dí mis manos para que las agarrara y después soltarlo para que se acostumbrara.Omnisciente
— Parecen pareja — dijo el chico de cabello lila mirándolos con una leve sonrisa.
— Adiós a mis ilusiones de invitarla a salir — se entristeció Nahoya al ver cómo el chico rubio casi se cae y la chica lo agarró haciendo que casi caigan los dos.
Los dos seguían en su mundo en una situación que parecía amartelada a los ojos de cualquier otra persona que no fueran ellos.
Poco después el rubio consiguió mantener el equilibrio y andar un poco en patinete, pero pronto se resbaló y cayó al suelo, pues la chica estaba mirando como montaba.
Fue inevitable no reírse al ver la escena, aunque la peli blanca estaba intentando contener la risa, pero se le escapó una carcajada, pero parece que el chico la escuchó y la miró feo.Ella se acercó a él para ayudarlo a levantar, pero él no aceptó su ayuda y se levantó el haciendo un infantil berrinche debido a que se hubiera reído.
Al final se sentaron junto a los demás observando a las pocas personas que había allí haciendo trucos.
— ¿Me estás diciendo que tu cumpleaños es el 28 de febrero? — habló baji — entonces eres mayor que todos nosotros, aunque sólo por unos meses.
— Que lástima que no hayamos podido conocerte antes, te hubiéramos hecho una súper fiesta — se entristeció Manjiro, pues esperaba regalarte algo lindo.
— No te preocupes, podremos celebrarlo el año que viene todos — dijo la única chica con una sonrisa.
— ¿Y como se conocieron Mikey y tú? — preguntó ahora Takemichi.
Eso te hizo ponerte a pensar, no querías decírselo, no querías que pensaran que eras una loca por escuchar a menudo voces en tu cabeza, no querías que te tacharan como rara, querías caerles bien y el hecho de tener esquizofrenia te lo impedía, al menos eso es lo que pensabas tú.
Miraste a Jiro en busca de respuesta y él solo te miró con confianza y asintió, dándote a entender que no te juzgarían, tú le devolviste el asentimiento y él entendió que querías que el les explicara.
-La conocí el día que operaron a Draken, ella era una paciente de allí, por lo tanto por el jaleo que había despertó y ahí fue cuando nos conocimos - explicó sin dar muchos detalles, a pesar de que sabía que preguntarían.
— ¿Por qué eras paciente de allí?¿Estás mal?¿Te hiciste daño? — preguntó Takemichi de nuevo exaltado.
— Yo . . . — te ponía nerviosa captar todas las miradas — tengo esquizofrenia, pero ya estoy mejor, es por eso que era paciente de allí, ya no estoy internada allá — dió una sonrisa intentando quitarle peso al asunto.
— Debió ser difícil, cuentas con nosotros para lo que necesites — habló el de cabello morado con una suave sonrisa también.
Te alivió el hecho de que no lo tomaran a mal, era cierto cuando Manjiro te decía que eran unos buenos chicos y que eran de esos pandilleros buenos que ayudaban a las personas.
Estuvieron un rato más hasta que se fueron todos menos la chica y el rubio.
Sano Manjiro
Yumeko y yo estábamos solos por fin, realmente quería pasar este día con ella, solos, ella y yo. Aunque me alegró el hecho de que conoció a mis amigos y ahora, suyos también.
— ¿Algo más que quieras hacer hoy? — pregunté.
— Mm~ —
La ví meter la mano en el bolsillo de su vestido y mirar la lista de cosas que quería hacer, me pareció muy lindo de su parte, me contó que no había tenido la mejor infancia de su vida y que no había podido hacer muchas cosas correspondientes a su edad y por eso la existencia de esa lista.
Ver el atardecer junto a Jiro.
— ¿Conoces algún sitio para ver el atardecer? — preguntó después de analizar la lista.
— Claro — le ofrecí mi mano para guiarla hacia mi moto y ella la aceptó.
Llegamos a mi moto y nos subimos a ella para después ir hacia una parte al lado de un puente donde no solía frecuentar mucha gente y había césped.
Afortunadamente cuando llegamos no había nadie.
Nos sentamos en el pasto y pudimos observar como pasaba el ocaso, era una agradable vista.— ¿Nunca vistes un atardecer? — pregunté.
Se me hacía raro que no haya visto ninguno al menos una vez y por eso pregunté.
— Claro que sí — me respondió — pero no es lo mismo que verlo contigo — añadió con una sonrisa mientras me miraba.
Noté como el calor subía a mis mejillas levemente y aparte un poco la mirada para seguir viendo el ocaso.
Por un momento mi mirada se apartó de la puesta de sol y miré a mi lado donde se encontraba la chica que me alegraba frecuentemente, se veía muy ilusionada, sus hermosos ojos grises brillaban cual estrellas, era muy linda.
Siento la demora, espero que les guste.
Me alegra saber que hay personas que les gusta y leen mi historia, gracias <3
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E̶s̶q̶u̶i̶z̶o̶f̶r̶e̶n̶i̶a̶ || Sano Manjiro
Fanfiction➪Kimura Yume, una chica que padece de esquizofrenia. Después de la pelea de Moebius, llevan a Draken al hospital, en el cual se encuentran a una chica que despertó por el ruido que había, encontrándose a muchos pandilleros en la sala de espera. Come...