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Estos últimos días había estado estresada estudiando para exámenes, por lo cual no había tenido tiempo para hablar demasiado con Manjiro y mucho menos quedar para salir con él

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Estos últimos días había estado estresada estudiando para exámenes, por lo cual no había tenido tiempo para hablar demasiado con Manjiro y mucho menos quedar para salir con él.

Hoy era sábado, pero a pesar de ser un día sin escuela, me desperté con alondra para poder seguir estudiando, pues aún tenía que hacer  dos exámenes más para terminar con los estudios, ya que ya mismo finalizaba el trimestre y nos darían unas pequeñas vacaciones por navidad.

Estaba estudiando historia cuando escuché como alguien tocó en la puerta de mi habitación. Me limité a decir un "pase" y cuando oí como la puerta era abierta me giré para observar a mi madre entrar.

— Hija, ¿por qué no sales hoy con Manjiro? — me preguntó con una sonrisa — estuviste mucho tiempo estudiando.

— Mamá, sabes que tengo que aprobar los exámenes — le recordé.

— Pero solo te queda hacer dos exámenes y son de historia e inglés, ya de por sí sabes hablar con soltura en inglés e historia te encanta y te es fácil estudiarla — me intentó convencer.

— Esta bien — suspiré — le avisaré a Jiro — dije mientras recogía todos los libros en mi escritorio.

— Oh~ no te preocupes, él llamó y yo le dije que irías — me informó.

— ¿Enserio mamá? — hablé en un falso tono enojado, me era imposible enfadarme con mi madre.

— Y te voy a ayudar a que te vistas linda para la ocasión — dijo emocionada, yo no contradije sus palabras, pues me alegraba ver a mi madre feliz y yo no le quitaría su emoción.

Mi madre comenzó a mirar en mi armario para ver lo que me pondría, yo de mientras guardaba los libros en mi mochila.

Cuando me giré vi a mi madre con un vestido que ni siquiera sabía de su existencia. No era feo, es más, era muy hermoso, pero no acostumbraba a utilizar vestidos.

Al final me lo acabé poniendo, llevaba una camisa translúcida blanca y un vestido negro suelto, junto a unos zapatos demonia kera negros.

— Te ves hermosa, hija — me halagó mi madre después de verme salir del baño.

— Gracias mamá — le regalé una sonrisa.

— Ahora vamos a echarte un poco de maquillaje —

Me pinto levemente los labios quedando un poco rosados y me hizo el eyeliner, yo sabía hacerlo, pero me ella me dijo que le hacía ilusión hacérmelo.

Una vez lista, bajé abajo junto a mi madre y llegamos al salón donde se encontraba mi padre leyendo un libro, cuando captó nuestra presencia, levantó la mirada del libro y nos observó.

— Que linda te ves hija, ¿vas a algún sitio? — preguntó amablemente.

— Eh~ sí, voy a salir con Jiro — le expliqué y pronto su semblante cambió a uno más serio.

E̶s̶q̶u̶i̶z̶o̶f̶r̶e̶n̶i̶a̶ || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora