Final [vida normal]

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— Vamos Jiro, tenemos que ir al hospital y a pasar por una tienda antes — le dije a mi esposo

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— Vamos Jiro, tenemos que ir al hospital y a pasar por una tienda antes — le dije a mi esposo.

— Ya voy — me respondió.

Poco después de haber escuchado esas palabras él bajó las escaleras de nuestra casa y llegó al salón, donde yo me encontraba sentada esperándolo.

— Ya nos podemos ir — avisó.

— Claro, vamos —

Me levanté del sofá y guardé mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón, a continuación me acerqué a Mikey y agarré su mano para después salir de la casa e ir hacia la cochera donde estaba el coche. Nos subimos en él, yo iba como co-piloto y Manjiro era el que conducía.

Llegamos al centro comercial y buscamos una tienda en específico, una vez la encontramos nos adentramos en ella aún agarrados de la mano.

— Buenos días, ¿desean algo? — nos dijo una de las chicas que trabajaban allí.

— Oh~ sí, venimos buscando algo de ropa para bebé — le dije a la dependiente.

— Si claro, síganme, ¿es para ustedes? — preguntó mientras la seguíamos hasta la sección de ropa de bebé.

— Oh~ no, es para el bebé de mi hermana y su esposo — respondió el peli negro.

— Ya veo, por la derecha está la ropa de niña y por la izquierda la de niño — señaló los sitios — si necesitan algo más no duden en pedirme ayuda — después de esas palabras la mujer se retiró.

Comenzamos a buscar algo de ropa para la niña recién nacida que había tenido Emma hace unos dos días. Ella estaba en el hospital aún ingresada, pero no nos preocupaba que estuviera sola porque su esposo, Draken, estaba con ella.

Obviamente la ropa que íbamos a comprar era un regalo por la bienvenida al mundo de la pequeña, es por eso que antes de ir a visitar a la rubia decidimos ir a comprar algo de ropa para la bebé.

— Yo creo que este vestido le debe quedar muy lindo a la niña — le dije mostrándose lo.

— Opino lo mismo, ¿pero sabes que es más lindo que ese vestido? —

— Oye el vestido es muy hermoso, no creo que haya alguno mejor — le dije.

— Tú —

— ¿Yo? —

Solté una risa por el repentino halago que me hizo, eso era una de las grandes facetas de Mikey, siempre buscaba cualquier momento para halagarte.

— Gracias, tu también eres muy lindo Jiro — le mostré una sonrisa.

Terminanos de comprar el vestido, una rebeca y unos zapatos para la niña, las prendas que habíamos elegido eran muy bonitas.



E̶s̶q̶u̶i̶z̶o̶f̶r̶e̶n̶i̶a̶ || Sano ManjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora