CAPÍTULO SEIS
Las siguientes dos semanas pasaron en un borrón de reuniones de trabajo, informes y plazos. Llegaba a casa más tarde de lo normal y me paseaba mis noches probando nuevas recetas y experimentando con opciones más saludables que me convenían. Lo más loco era que, tan ocupado como estaba, mis sesiones de gimnasio me mantuvieron concentrado.
Me esforzaba mucho, con Jimin como una constante a mi lado, y tenía razón: en la tercera semana de mi programa de ejercicios, no estaba ni de lejos tan adolorido.
Claro, algunas cosas duelen. Como llegar justo encima de mi cabeza para conseguir carpetas desde el estante superior en el trabajo o conseguir estar en cuatro patas para recuperar una pluma que rodó bajo mi sofá en casa. Pero para las cosas normales, de todos los días estaba bien.
Y lo más loco de verdad era, que en realidad estaba empezando a disfrutar de mis entrenamientos No era un castigo en el que me obligaba a ir, como si no tuviera otra opción
Yo tenía muchas ganas de ir al gimnasio, y si era completamente honesto, tenía ganas de ver a Jimin. Su sonrisa era siempre tan cálida y amplia cada vez que entraba por la puerta, y a pesar de que probablemente trataba a todos sus clientes con la misma ilusión, todavía se sentía bien. Él me ayudó con mis técnicas; me animó a esforzarme un poco más cada día. Confiaba plenamente en que podría alcanzar cualquier objetivo que me hubiera propuesto.
Y ese tipo de fe, esa confianza absoluta, era todo lo que yo necesitaba.
Mi sesión del jueves por la mañana con él fue normal. Hicimos cardio, luego ejercicios de fuerza y después algunas pesas para las piernas y los brazos. Y aunque no era raro que me dejara solo durante unos minutos cada vez, esta vez no lo hizo. Hizo conmigo todos los ejercicios, todo el tiempo hablando de las recetas que había hecho, cuando dos chicos pasaron junto a nosotros hacia las pesas libres. Uno de ellos en particular, era todo sonrisas y sugerentes ojos de dormitorio para Jimin y probablemente no podría haber intentado mucho más duro el conseguir la atención de Jimin.
―Creo que hay alguien interesado ― dije en voz baja, moviendo la cabeza hacia donde estaban los chicos.
―Hm.― Jimin sólo se encogió de hombros, pero se dio la vuelta y miró en dirección contraria a donde estaban los chicos preparando sus pesas. Habló en un murmullo que sólo yo podía oír. ―Lo hace. Él me pidió salir.
―Oh.― Traté de actuar con tranquilidad porque esto era aparentemente alto secreto.―¿Cuándo?
―La otra semana. Le dije que no estaba listo.
― Y eso es bastante razonable.
―Bueno, es mejor que decirle que no estaba interesado.― Tomó un sorbo de agua. ―Él no es mi tipo.
Me volví para mirar a la persona de la que hablábamos y tuve que admitir que no estaba sorprendido.
Es decir, era musculoso pero demasiado exagerado, y en cambio Jimin lucía como la imagen de la salud y el buen estado físico, este tipo podría ser el chico del póster de "Por qué no tomar esteroides".
Me encogí de hombros.
―Sus músculos se ven tan falsos que podía pasar como un globo de animal.
Jimin casi escupió su agua. Tosió y se ahogó mientras trataba de disimular su risa.
―Por favor, no te mueras de segundo grado de ahogamiento. O el chico burbuja podría correr hacia ti y darte RCP. ―Me limpié la cara con mi toalla y me sentí un poco mal por reírme de un tipo al que ni siquiera conocía. ―Estoy seguro de que probablemente es un tipo muy agradable, y no se les debe juzgar por las apariencias por su apariencia.
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El contrapeso perfecto
FanfictionNo se trata de encontrar su peso ideal. Se trata de encontrar su contrapeso perfecto.