ϾΛPłТUŁФ ÐФS

529 47 8
                                    

🇨🇦»»——⍟——««🇲🇽

  Supongo que nada puede prepararte para ver algo así, ¿no? Es bastante... fuerte encontrar esa escena, y también lo fue para Canadá. Fue como si en un segundo todo lo que pensó se hubiera distorsionado. ¿A caso es una pesadilla? Si es así, ¿por qué podía sentir sus ojos llorar?

  Los pocos segundos en los que los tres toparon miradas se sintieron eternos.

  —C-Canadá- —trató de hablar México, pero parecía que ya nada de lo que dijera podría solucionarlo.

  Canadá dejó los regalos en el suelo frente a la cama, y se fue.

  Esa noche tuvo que pedir a los vecinos poder quedarse a dormir.

  Los siguientes días tampoco mejoraron, fue como una bomba que dejó caos alrededor, y en cuestión de una semana ya todos se habían enterado: el rayo de luz de un pueblo se apagó de pronto por culpa de un muchachito. Todo se perdió, y los rumores comenzaron a correr. La  antigua "pareja perfecta" ahora era el centro de atención y no podían escapar.

  Canadá se sentía como un insecto atrapado en un charco de aceite, con las alas pesadas, moviéndose con dificultad mientras el resto observaba su agonía. Ningún esfuerzo era suficiente para entender lo que ocurrió, simplemente decidió desaparecer.

  Durante esa semana no hubo día donde México no preguntara por el canadiense, pasaba los días caminando tímidamente por las calles mientras preguntaba si alguien lo había visto, pero nunca lograba hallar nada. Su amado no pasaba dos días en el mismo lugar, no tenía ganas de hablarle, no respondía mensajes ni llamadas, y la gente no tenía una buena imagen del mexicano.

  Cuando esa semana terminó, México volvió a su hogar, con el cuerpo dolido y las piernas cansadas, pero cuando alzó la cabeza, se dio cuenta de que Canadá había venido, empacado, y dejó una nota.

  "Voy a irme, México. Gracias por ser parte de mi vida".

  Todos pudieron corroborarlo, el canadiense se había ido... Había escapado de todo.

/
.
.
.
.
.
.
.
.
.
\

  13 de junio, 2020.

  Tres años de oscuro silencio cerraron la profunda herida, al menos para Canadá.

  El incidente para él había sido catastrófico, al principio se negaba a hablar con nadie al respecto, pero cuando el resto de su familia se enteró, fue obligado a arreglar las cosas con U.S.A, quien también se llevó un intenso regaño. Sorpresivamente —aunque casi a la fuerza—, ambos acordaron la paz y cada uno siguió con su vida por separado. De vez en cuando se hablaban, pero ahora Canadá ya solo se enteraba del otro a través de las noticias.

  U.S.A había tenido una hija el mes pasado, y vivía cómodamente con ella y su esposa en una ciudad cercana. «La vida la ha sonreído muchísimo» pensaba Canadá cada vez que se acordaba de él y cómo cumplió el sueño que antes le pertenecía al canadiense.

  Demasiado había sucedido y ya era hora de enterarse. Un día, sin dar aviso a nadie, regresó a la ciudad que lo empezó todo. Había pasado ese tiempo viajando al rededor del mundo, cargaba miles de anécdotas, y una dulce satisfacción por haber vivido, junto con el deseo de rehacer su vida y tal vez, solo tal vez, encontrar a alguien con quién compartir su futuro.

𝙱𝚘𝚗𝚓𝚘𝚞𝚛 𝙼𝚘𝚗 𝙰𝚖𝚘𝚞𝚛 | 𝓒𝓪𝓷𝓶𝓮𝔁 | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora